Se trata de una de las actuaciones más completas realizadas por el Gobierno autonómico en una infraestructura catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC)
Un renovado Vía Crucis en Rioseco pasado por agua
El Cristo del Amparo y la Virgen Dolorosa se encuentran por vez primera en la Plaza Mayor, aunque la procesión se vio interrumpida por la lluvia
La tarde se antojaba lluviosa en Medina de Rioseco, pero el vendaval se llevó las nubes y a las ocho de la tarde, casi como un milagro, se iniciaba el Vía Crucis al Cristo del Amparo. En esta ocasión una procesión renovada ya que el aliciente principal del encuentro del crucificado, que desfila sin andas, con la Virgen Dolorosa se produjo en la Plaza Mayor, en lugar del templo de Santiago como es habitual.
El cortejo se desdobló. Por una parte, el Cristo gótico del Amparo, devoción del recordado cardenal monseñor Amigo, partía de la Iglesia de Santa María, acompañado por cofrades de las diecisiete hermandades riosecanas. Por la calle Mayor se dirigían hasta la renovada Plaza. En la otra parte del trayecto, la Virgen Dolorosa (Tomás de Sierra, siglo XII). Salía en medio de una gran expectación desde la iglesia jacobea de Santiago.
Por la calle de los Lienzos avanzaba la cofradía de la Dolorosa acompañando a su paso. Al llegar a la Plaza ambas tallas protagonizaban un emotivo encuentro mientras se rezaba la cuarta estación de un Vía Crucis, que en ese momento se veía interrumpido por la lluvia. Cuando el aguacero comenzó a arreciar, ambos pasos tuvieron que aligerar la marcha para resguardarse en el templo de Santiago, donde en su interior se finalizó la lectura del Vía Crucis y se daba por finalizada esta renovada procesión truncada por la lluvia.












