La provincia de Valladolid ya vivió una profanación similar meses antes del caso de La Santa Espina

La herida abierta en Arroyo de la Encomienda que vuelve a doler tras lo ocurrido esta semana en la iglesia de Santa María en el monasterio vallisoletano

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La provincia de Valladolid ya vivió una profanación similar meses antes del caso de La Santa Espina
La iglesia de Nuestra Señora de la Vega, en Arroyo de la Encomienda.
El autor esMiguel Ángel  Fernández
Miguel Ángel Fernández
Lectura estimada: 2 min.

El robo y profanación del sagrario ocurrido esta semana en el monasterio de La Santa Espina ha reavivado el recuerdo de un suceso similar registrado este mismo año en la provincia de Valladolid. En marzo, la Archidiócesis denunció la profanación del sagrario de la iglesia de Nuestra Señora de la Vega, en el municipio de Arroyo de la Encomienda, un hecho que causó una profunda consternación entre los fieles.

Según informó entonces la Iglesia vallisoletana, el asalto fue calificado como un "hecho de especial gravedad que supone una ofensa para el Señor y para la Iglesia católica", al tratarse del robo de hostias consagradas, uno de los elementos centrales de la fe católica. La denuncia fue puesta de inmediato en conocimiento de las autoridades.

Los hechos guardan paralelismos con lo ocurrido ahora en La Santa Espina, donde los autores del asalto forzaron el sagrario y sustrajeron las formas consagradas, sin llevarse objetos de valor económico ni artístico, centrando su actuación exclusivamente en el espacio considerado más sagrado del templo.

En el caso de Arroyo de la Encomienda, la investigación permitió esclarecer lo ocurrido meses después. En septiembre, la Guardia Civil de Valladolid identificó a un hombre de 43 años, de nacionalidad extranjera y sin domicilio conocido, como presunto autor del hurto del viril y de varias hostias consagradas del interior de la iglesia de Nuestra Señora de la Vega, también conocida como iglesia de Santa María de la Vega.

Desde la Archidiócesis se subrayó entonces, al igual que ahora tras el suceso de La Santa Espina, que este tipo de actos no solo tienen una dimensión delictiva, sino también un profundo impacto religioso y emocional en las comunidades parroquiales afectadas. Por este motivo, la Iglesia suele responder con actos litúrgicos de desagravio y reparación espiritual, además de colaborar con las fuerzas de seguridad para el esclarecimiento de los hechos.

Mientras continúa la investigación por el robo registrado esta semana en el monasterio de La Santa Espina, el antecedente de Arroyo de la Encomienda recuerda que este tipo de profanaciones, aunque poco frecuentes, generan una especial alarma social y religiosa en la provincia.

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