Los Pasos Grandes de Rioseco salen a la calle en pleno octubre

Se han trasladado al Museo de Semana Santa para poder arreglar el tejado de la capilla donde reposan todo el año

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Los Pasos Grandes de Rioseco salen a la calle en pleno octubre
Fotos: Ayuntamiento de Medina de Rioseco
El autor esJosé Ángel Gallego Vázquez
José Ángel Gallego Vázquez
Lectura estimada: 2 min.
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No era Viernes Santo, pero el corro de Santa María estaba a rebosar. Tampoco era el frío de Semana Santa y un sol más que agradable envolvía el atípico momento que iban a vivir dos de las hermandades más numerosas de la Pasión riosecana.

La Crucifixión, conocida popularmente como Longinos, y El Descendimiento, al que llaman La Escalera, debían abandonar la capilla en la que reposan todo el año. El motivo: las obras de restauración de la techumbre que, con un presupuesto superior a los 25.000 euros, sufragarán Diputación de Valladolid y Ayuntamiento de Rioseco.

Los dos conjuntos escultóricos más grandes de la Semana Santa abandonaban la Capilla en medio de la expectación de una salida que siempre es un momento de tremendo esfuerzo y pericia por parte de los cofrades afortunados en cargar los pesados pasos.

A las cinco y media de la tarde, el cadena del Longinos mandaba rezar por los hermanos difuntos y en el recuerdo de todos estaba Pedro Choya, recientemente fallecido a la edad de 49 años y que tantas veces llevó la cadena, el puesto de mayor responsabilidad. Su primo, Ramón San José, pronunciaba unas emotivas palabras en recuerdo al cofrade fallecido repentinamente.

Luego, el paso de la Crucifixión salía la calle en un momento de tremenda emoción. Minutos después lo hacía La Escalera y todas las miradas confluían en la figura de Nicodemo, la más alta del conjunto que tiene que salvar el dintel del portón. Y a partir de ahí celebraban un multitudinario traslado hasta la iglesia de Santa Cruz, sede del Museo de Semana Santa, y único templo con una puerta lo suficientemente amplia para que puedan entrar los dos pasos.

Los conjuntos, llevados a hombros por cofrades y por otros riosecanos a los que se les concedió este privilegio, avanzaron por la calle Cardenal Carlos Amigo y Rúa Mayor, hasta llegar a la iglesia. Allí, con otra complicada maniobra, Longinos y Escalera quedaron ubicados junto al altar mayor en una estampa inédita. De hecho, en la actualidad se encuentran todos los pasos procesionales de la Semana Santa, excepto el Cristo de la Clemencia. Un buen motivo para visitar este espacio que narra cómo es la genuina Pasión riosecana.

Esta misma semana comenzarán los trabajos de reparación de la techumbre y, probablemente, en un par de meses regresaran a la capilla. Se da la circunstancia que hace poco más de 25 años, los dos Pasos Grandes también tuvieron que realizar este traslado. En aquella ocasión se acometió una restauración integral del salón de Pasos construido por la Penitencial de la Quinta Angustia en 1663.

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