Me rindo
Lo admito con la máxima humildad y siguiendo el consejo de la gente a la que tengo cerca y me envía mensajes diciendo que estoy equivocado y debo de cambiar mi actitud tan radical.
En la última consulta, el psicólogo me recomendó que me olvidara por una temporada de los temas que yo creo que a mi parecer son injustos y que en ocasiones no es bueno luchar contra las aspas de molinos tan grandes, subido solo en un caballo sin raza conocida y con una lanza de la que solo queda el palo, sin más.
Así que desde hoy saco la bandera blanca y me retiro a un espacio más tranquilo. En esta oportunidad que me concede este medio digital, a partir de ahora solo hablaré de libros, de algún viaje realizado, de mis canciones favoritas, del estado del tiempo o de los progresos de mi sobrino con el inglés.
En estos momentos solo tiene cabida hablar de los golfos del PSOE, rendirse a los caprichos de TRUMP, soñar con el soterramiento, defender que la ciudad está más limpia que nunca y que las obras que rodean toda la ciudad son lógicas en una ciudad viva, cuando antes eran solo el capricho del anterior equipo de gobierno.
No puede uno decir que le duelen los muertos inocentes de Israel, o que siga habiendo en Canarias centenares de niños que buscan desesperadamente un hogar de acogida.
Aquí solo eres bien aceptado, en una mesa o en una tertulia si se te hincha una vena hablando de Ábalos, de la mujer del Presidente y de las prostitutas que duermen en Paradores.
Da igual que el Barcelona haya ganado con un futbol espectacular los últimos partidos a su eterno rival, lo importante es acercarse al museo y contemplar las quince Copas de Europa.
Da igual felicitarse que en las más importantes escuelas de cine de todo el mundo se señale que Almodovar puede ser uno de los mejores directores de los últimos treinta años, lo esencial es que es maricón y rojo.
En los postres no puedes decir que parece que lleva tiempo más tranquilo el panorama en Cataluña, ya que lo deseable es que estuvieran todos en la cárcel.
No puedes decir ni en voz baja, que me gusta cuando voy de vacaciones a Galicia y en la terraza de un bar de pueblo escucho a los paisanos hablar en su idioma, que me suena a música, ya que lo fundamental y lógico es que les deberían de prohibir amar y respetar su lengua para hablar en la única que entendemos todos.
La corrupción solo está en un espacio. La mala gestión, el desorden, el despilfarro y el libertinaje tiene un bando claro.
Yo estoy equivocado en todas mis reflexiones. Algo ha pasado que me lleva a no aceptar que los demás están en lo cierto y yo he elegido una ruta que no lleva a ningún camino.
El país es una ruina, estamos muy cerca de parecernos a Venezuela como esto siga así, nuestros pisos están siendo okupados ante la pasividad de los poderosos y nuestros hijos no encuentran trabajo por el efecto llamada que está llenando de negros las calles.
Esto es lo que hay de menú, amigo. O lo comes de tres veces o ya en la mesa no eres bien recibido. Tienes un problema y no asumes la realidad.
Así que este verano he decidido pasarlo en Madrid, bebiendo las cervezas en las terrazas de la verdadera libertad y siendo atendido en perfecto castellano, por hombres y mujeres sanos y de padres españoles que resistieron a la pandemia.
Intentaré ya que estoy allí que me coincida con alguna corrida a la que asista el emérito, para ver como la plaza se pone de pie a reverenciar al hombre que pago Setenta Millones de Euros a su amante.
A lo mejor me cuesta un poco, pero estoy seguro que con las pastillas del tratamiento todo me ayudará.
No volveré a criticar nunca más a nadie de la derecha, ni de la ciudad, ni de la comunidad, ni de la oposición. "Me he equivocado y pido perdón". Así ya todos más tranquilos.
Empezaré a disfrutar de esos molinos grandes, que, con sus aspas gigantes, renuevan el ambiente y hacen que mis amigos y mi entorno disfruten de una brisa placentera en estas noches de verano en las que a partir de ahora, seré uno más de ellos, pero sin voz ni voto, observando como gozan de ese momento insoportable que estamos viviendo.
Lo acepto y me resigno. Me rindo.