Cada 14 de febrero, el mundo celebra a San Valentín, un día dedicado a honrar el amor en todas sus formas: romántico, platónico, familiar e incluso el amor propio. Esta fecha, cargada de simbolismo y tradición, ha evolucionado a lo largo de los siglos, desde sus orígenes en la antigua Roma hasta convertirse en una celebración globalmente reconocida, marcada por gestos románticos, intercambios de regalos y la oportunidad de expresar sentimientos hacia seres queridos.

En la actualidad, el Día de San Valentín trasciende las fronteras religiosas y culturales, transformándose en una fiesta secular celebrada en todas partes y, por supuesto, en Valladolid. En esta fecha, el comercio también juega un papel importante. Las floristerías, los chocolateros, los joyeros y las tiendas de tarjetas son solo algunos de los negocios que se preparan para la avalancha de consumidores que buscan expresar sus sentimientos a través de flores, chocolates, cenas románticas y otros obsequios.

Sin embargo, no solo se celebra el amor entre parejas. Muchos aprovechan el día para manifestar su cariño hacia amigos, familiares e incluso compañeros de trabajo, recordando que el amor y la amistad son los pilares que nos unen como seres humanos. 

No obstante, a pesar de la comercialización que ha acompañado a esta fecha, el Día de San Valentín sigue siendo un recordatorio de la importancia de cuidar nuestras relaciones y de celebrar las conexiones que dan sentido a nuestras vidas. En última instancia, más allá de los regalos o de las expectativas sociales, San Valentín es una oportunidad para reflexionar sobre lo que significa el amor y cómo este influye en nuestras vidas cotidianas.

Así, cada 14 de febrero se convierte en una ocasión especial para detenernos, mirar a nuestro alrededor y celebrar esos vínculos que nos hacen sentir completos y acompañados. ¿Cómo van a celebrar los vallisoletanos este día? ¿Se consideran románticos? ¿Son más de flores o de bombones?