El nuevo gerente de la Fundación Municipal de Cultura, José Ignacio de Uribe, concede la primera entrevista tras su polémico nombramiento hace apenas mes y medio
"Di el paso porque creo que es un cargo más técnico que cultural y las directrices políticas vienen dadas"
El nuevo gerente de la Fundación Municipal de Cultura, José Ignacio de Uribe, concede la primera entrevista tras su polémico nombramiento hace apenas mes y medio
José Ignacio de Uribe (Valladolid, 1962) asume, desde el pasado 25 de junio, la Gerencia de la Fundación Municipal de Cultura (FMC) del Ayuntamiento. El que fuera número 2 de VOX en las elecciones autonómicas de 2019 sustituye en el cargo a Carmelo Irigoyen, que ya disfruta de su merecida jubilación. El vallisoletano concede la primera entrevista a TRIBUNA desde la polémica que surgió a raíz de su nombramiento por su relación con el partido que, precisamente, lidera el área local de Educación y Cultura bajo las directrices de la concejala y teniente de alcalde Irene Carvajal.
A pesar de que no es muy amigo de este tipo de charlas, de Uribe se sincera sobre todo lo que pasó a finales del mes de junio, algo que no le ha impedido centrarse en lo que tiene que hacer a partir de ahora... que no es poco. De hecho, sigue al pie de la letra una serie de apartados que él mismo ha querido desvelar a este medio. Desde "el respeto a los principios constitucionales", pasando por "evitar la ofensa a los sentimientos religiosos", hasta "lograr una programación variada que abarque todas las sensibilidades y gustos".
Además, reconoce que dio el paso, a pesar de no tener experiencia en el sector, porque considera que "es un cargo más técnico que cultural", con "directrices políticas que vienen dadas". Es más, él prefiere mantener al margen de la Gerencia la ideología porque no es lo que realmente le compete, aunque comparta planteamientos (según él, no todos) con la mencionada formación.
PREGUNTA: ¿Cómo se ha adaptado al cargo en este primer mes y medio como gerente?
RESPUESTA: Desde que fui nombrado, me han facilitado tanto mi llegada como mi adaptación. Por un lado, está la figura de Carmelo Irigoyen, mi predecesor en cargo, que habló conmigo días antes, incluso, de mi definitiva incorporación. Me estuvo contando la situación actual de la Fundación Municipal de Cultura y sus avances históricos.
De hecho, antes de que existiera la fundación, había una serie de entes a cargo del propio Carmelo que se acabaron integrando. Todos los espacios iniciaron su andadura. Le agradezco las cosas que me ha contado... me han servido mucho. Todo el mundo necesita el 'enganche' necesario para tomar las riendas de una institución u organismo, como es el caso. También aprovecho para agradecer la gran labor que hacen los trabajadores. Tenemos la suerte de contar con grandes profesionales.
P: ¿Le ha dado tiempo para implantar medidas o aún es pronto?
R: Todavía no he podido. Lo único que he querido hacer es… aterrizar. He de decirte que hay cosas que sí que me gustaría que cambiasen. Me han hablado de todas las necesidades que tiene la fundación. Me he reunido con varias personas, pero estamos en periodos vacacionales que no han ayudado a profundizar sobre diversos temas.
P: ¿A qué se refiere con cambiar cosas? ¿Puede poner algún ejemplo?
R: Sí. Quiero hacer una centralización de las reservas de los espacios y homogeneizar los contratos de alquiler. También quiero poner en marcha un sistema de programación de actividades para hacer un control estadístico y presupuestario del mismo. Se está controlando mediante hojas de cálculo o documentos, y esa no es la mejor manera de hacerlo. Ese es uno de mis objetivos por mi herencia informática (ríe).
También veo necesario incrementar las inversiones para renovar los espacios, los cuales necesitan un mantenimiento más eficaz en comparación con el que ya se estaba haciendo. En el pasado no se hicieron todas las inversiones que eran necesarias. Los PERTE nos han ido marcando las inversiones. Parte de esta renovación de los espacios ya se ha iniciado gracias a las actuaciones de Irene Carvajal. Se han cambiado los motores de las barras del LAVA y del Teatro Calderón. Se está arreglando la fachada de la Sala de Exposiciones de la calle Pasión. Había un deterioro considerable y, por seguridad, era inasumible.
P: ¿Qué cree que va a priorizar?
R: Debemos priorizar todas las cuestiones relacionadas con la seguridad de los ciudadanos. En el Teatro Calderón hay que adquirir una serie de sensores para ello. También hemos incluido una bomba más de repuesto para el foso de achique que hay en la zona del Calderón, que está construido cerca del antiguo cauce del Esgueva. No teníamos un motor al respecto, y ya lo tenemos. Actuaremos en la cubierta porque hubo filtraciones debido a la tromba de agua que cayó en Valladolid.
P: Y respecto al alquiler de los espacios, ¿qué medidas va a implantar?
R: Nosotros disponemos de una serie de espacios que utilizamos para las actividades que nosotros programamos. Y, de manera paralela, para que lo usen las asociaciones o empresas.
P: ¿Ese coste de alquiler va a aumentar?
R: Sí, esperemos que así sea. Repercutirá, de manera directa, a nuestro modelo de financiación. Se regularizará el coste. Y en el LAVA, en este sentido, las cosas van a estar mucho más formalizadas porque no lo estaban siendo. El formalismo, en algunos casos, no estaba existiendo. Las personas que alquilan estos espacios deben saber los requisitos a los que se exponen. Lo único que buscamos es evitar problemas.
P: Aprovecho que habla de economía. ¿La Fundación Municipal de Cultura goza de una buena salud económica?
R: Nosotros siempre andamos un poco justos (ríe). Tratamos de hacer lo máximo posible con el presupuesto que tenemos. Están surgiendo nuevas posibilidades para seguir creciendo. El problema es que no podemos incluirlas en nuestra programación. Hay un sistema de financiación que nos limita las cosas que podemos hacer u organizar. La política actual del equipo de Gobierno tiene como objetivo no incrementar la carga impositiva a los ciudadanos. Tendremos que hacer más con… ¿menos? No, con lo mismo.
P: ¿Hay alguna línea roja que, como gerente de la FMC, no quiere pasar?
R: Soy un cargo técnico, no político. Me encargo de la función administrativa, de la económica-presupuestaria, y de contratación administrativa. Las directrices políticas no las voy a poner yo, y no tengo por qué ponerlas. Las directrices políticas vienen dadas por un acuerdo de Gobierno y, en particular, por la concejala del área de Educación y Cultura.
A mí me han dejado claro una serie de principios que no tengo problema en desvelarlos: respeto a los principios constitucionales; libertad de dirección de nuestros programadores; protección a la infancia y juventud; evitar la ofensa a los sentimientos religiosos; lograr una programación variada que abarque todas las sensibilidades y gustos, incluido el disfrute familiar; evitar la confrontación y buscar una programación que unan a los ciudadanos. Estamos viviendo una época muy polarizada. Debemos buscar la unión de los vallisoletanos en temas comunes.
Es cierto que la lógica política te dice que pueda haber críticas, pero no voy a entrar en eso. No me considero que, en estos momentos, tenga que realizar una labor política. Para eso están nuestros cargos electos de todos los partidos. En el caso de VOX está el Comité Ejecutivo Provincial que plasmará sus objetivos. Aun así, puedo ser crítico con diversos planteamientos porque, como gerente de la FMC, no tengo que tener ningún poder político. Hay que servir a todos los ciudadanos de Valladolid, independientemente de su ideología.
P: ¿Le cuesta separar lo técnico de lo político?
R: Es cuestión de actitud. Habrá gente que le costará y habrá gente que no le costará. Yo tengo muy claro que debo separar ambas cuestiones. Puedo pensar de una manera o de otra, pero voy a hacer mi labor como gerente, no como político. En este mes y medio que llevo como gerente estoy dejando al margen todos los planteamientos políticos.
P: De los eventos que depende, en parte, de su gestión. ¿Ha podido hablar con Irene Carvajal de la pasada edición del TAC?
R: La programación del TAC gusta a los ciudadanos de Valladolid, y eso es lo que más me importa. Trataremos de mejorar la calidad de los espectáculos. Sé que hay críticas de articulistas... no les han gustado ciertas representaciones. Tenemos una ciudadanía muy variada.
El TAC es un festival que tiene cosas que a mí me pueden gustar más o menos... El objetivo sigue siendo el mismo: que la programación abarque todo tipo de sensibilidades o ideas. Debe ser rico en calidad y variado en lo que espectáculos se refiere. Hay mucha gente que pone toda su ilusión en este festival, que es parte del tejido cultural del ámbito regional, nacional e internacional.
P: Pero para que lo siga siendo debe evitar las polémicas...
R: Sé a lo que te refieres. Carmelo estaba muy disgustado con todo lo que pasó. Las cosas se acaban politizando… ya sabemos cómo funciona la lógica de la política... No quiero hacer más comentarios al respecto. Lo único que me gustaría añadir es que, desde el punto de vista técnico, hubo un cierto sufrimiento de las personas que participaron en la preparación de estos espectáculos. Se cuidó mucho que no hubiera daños. Y, de hecho, se analizó esta cuestión desde el primer momento.
Creo que la forma de actuar no tenía como objetivo dañar el patrimonio. Se tramitaron los expedientes de manera adecuada. Se comprobó que había zonas de este Bien de Interés Cultural deterioradas e, incluso, abandonadas. Se precisan cantidades ingentes de patrimonio de Valladolid que, al final, debemos priorizar. Agradecemos a las anteriores generaciones su labor para poder contar y disfrutar de este patrimonio en la ciudad. Como vallisoletano, por supuesto, me gustaría que se cuidase mejor el patrimonio. Se creó, en este sentido, una polémica innecesaria.
P: Respecto al personal de la FMC, ¿es necesario aumentar el mismo?
R: Nos falta, quizás, alguna plaza. La carga administrativa es muy grande. Estamos tramitando más de 1.000 expedientes cada año: 1.300 en 2023, 1.100 en 2024... Sumamos más de 900 en la actualidad y aún quedan cuatro meses para acabar el año...
P: A eso se sumarán más expedientes para organizar la SEMINCI...
R: Ese, precisamente, es nuestro siguiente reto. José Luis Cienfuegos es el responsable de toda la parte artística, y nosotros de la técnica.
P: ¿Ha podido hablar con él?
R: Sí, está al pie del cañón (ríe). La SEMINCI es un festival muy importante para la ciudad. Guardo recuerdos de ir al festival cuando aún no se llamaba SEMINCI. Es un referente cultural para todos.
P: Pensaba que solo lo llevaba la Concejalía de Turismo... A raíz de lo que explica, ¿qué puede aportar el gerente de la FMC al festival?
R: Trabajo. Hay que sacar adelante todos los expedientes de contratación. Es fundamental. Supervisamos, modificamos si es necesario, llevamos a cabo informes… Son cuestiones que están relacionadas con el aspecto administrativo.
P: Después de hablar con usted del cargo que ostenta, me gustaría que explicara cómo ha vivido la polémica que surgió a raíz de su nombramiento. ¿Lo ha pasado mal?
R: ... (ríe). No, no lo he pasado mal. No he leído, prácticamente, ninguna de las críticas. Entendía que las iba a ver porque vivimos en una situación muy polarizada. He estado 10 años en una empresa privada, y otros 28 en la Junta de Castilla y León. Como sabían de qué partido era, la decisión que se tomó no sentó bien.
A lo largo de nuestra vida desarrollamos diferentes facetas. Pero quiero dejar claro que en política tampoco he estado en primera línea, salvo cuando estuve presidiendo la gestora del partido hasta que se nombró al nuevo presidente. Hice alguna aparición pública, pero eso no era lo que buscaba. Recuerdo haber intervenido en la plaza de Toros de Arroyo, y hasta ahí puedo leer… Mi labor ha estado en un segundo plano.
P: ¿No se ha arrepentido de haber dado el paso?
R: Yo me he presentado porque cumplía con los requisitos y porque creo que puedo asumir este cargo. Normalmente, soy una persona que no meto en camisa de once varas (ríe). Cuando fui jefe del servicio de informática (empresa privada) no me postulé a ejercer como tal, sino que di el paso para aspirar a eso. Acabé siendo el responsable, y me supuso un cambio radical en mis funciones.
P: Entonces, ¿qué le motivó para ser gerente de la FMC?
R: Siempre me ha gustado asumir nuevos retos. Lo he hecho tanto en la empresa privada como en la pública. Lo pueden ver en mi perfil de LinkedIn, que está muy de moda últimamente (ríe).
P: Sí, pero no cuenta con experiencia en el sector... No tiene experiencia en el mundo de la cultura.
R: Así es, pero no me he presentado en una sección especializada, como ha hecho José María Esbec para dirigir el Teatro Calderón... Esa labor, por ejemplo, no la podría hacer.
P: Por concretar, ¿dio el paso porque piensa que este cargo es más técnico que cultural?
R: Efectivamente, eso es lo que pienso. Creo que tengo experiencia en diversos aspectos que están relacionados con este cargo. Es decir, son responsabilidades que no son nuevas para mí. Es cierto que, a partir de este cargo, tendré un mayor conocimiento que todo lo que rodea a la Fundación Municipal de Cultura. Me refiero a las artes escénicas o a las artes plásticas. Si conservo este puesto, voy a saber más cosas de las que sabía anteriormente. Estoy seguro. Aun así, la lógica política, insisto, me dice que la situación puede cambiar en cualquier momento.
P: Cita, en varias ocasiones, la palabra "política". ¿Le molesta que se mezcle, como pasa con el deporte, la propia política con la cultura?
R: Es inevitable que esto suceda, y que haya un trasfondo político. No me importa que las cosas, en la medida de lo posible, se politicen, pero hay que contar con las versiones y sensibilidades de todas las formaciones. Al final, se secuestran ciertos eventos por ciertas ideologías. Creo que, si vivimos en una democracia, hay que demostrarlo. Deben expresarse todos los planteamientos posibles porque la política afecta a todo, y es lógico.
P: Se ha planteado, a raíz de las críticas, aunque dice que no ha leído ninguna...
R: ¡Una, al menos, sí! He leído que, mientras yo sea gerente, solo se programarían misas y toros. Me reí cuando lo vi. De las mismas se encarga la Archidiócesis y de los toros... no es precisamente la Fundación Municipal de Cultura la que se encarga. Esa no es una de sus competencias, tampoco la tiene el área de la que depende. Se publicita a través de Tauroemoción. Aquí no programamos toros. Uno de los que disfrutaba de ellos, por ejemplo, era Óscar Puente...
P: ¿No le ha llegado la crítica de Valladolid Toma La Palabra? Cataloga su nombramiento como parte del "chiringuito cultural de VOX..."
R: Hay cuatro directores, y uno de ellos viene del Teatro Principal de Zamora. Hay programadores que llevan muchos años en la fundación. Nosotros vamos a mantener nuestros principios: que haya una clara libertad de dirección. Soy lo que soy, pero voy a cumplir los objetivos que me han transmitido. Nunca se ha hablado de censuras. Ni por unos ni por otros.
P: Por último, y a raíz de esta cuestión, ¿se ha planteado darse de baja de VOX?
R: Me daré de baja del partido cuando VOX deje de ser un instrumento útil para la política en España. Uno puede ser de una formación sin estar de acuerdo al 100% en sus planteamientos. De hecho, me considero una persona crítica con las cosas que hace VOX, independientemente de la lealtad que existe como afiliado. Una cosa no quita la otra. Mantengo sus principios, pero no todos me parecen los correctos. Eso sí, no voy a posicionarme en temas políticao porque, desde un punto de vista profesional, no hay razones para ello. Me voy a centrar en hacer mi trabajo, y si a Irene no le gusta, ya sabe que el cargo está a su disposición. Todos conocemos las reglas del juego.
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