La Sala de lo Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León ha confirmado los cuatro años de prisión que la Audiencia provincial de Valladolid impuso al hombre N.I.A.J., por un delito continuado de abusos sexuales cometido contra la hija de la que era su pareja entonces, una niña de entre cuatro y seis años. La defensa del acusado recurrió el fallo de la Audiencia provincial solicitando su absolución y alegando error en la valoración de las pruebas; infracción del principio de presunción de inocencia por no haberse practicado suficiente hoy prueba de cargo para su enervación y prescripción del delito.

Sin embargo, el Alto Tribunal Autonómico, según la sentencia facilitada por el TSJCyL, ha desestimado íntegramente el recurso presentado por el recurrente y avala el fallo de la Audiencia Provincial, que no consideró probado que existiera violación, como solicitó la Fiscalía, que planteó catorce años de prisión.

VERSIÓN DE LOS HECHOS

La víctima explicó en el jucio que fue el novio de su madre quien abusó de ella cuando solo tenía seis años (ahora tiene 17). Primero se lo contó a una amiga y después a la orientadora del centro educativo donde estudiaba. A ambas las detalló que el procesado cometía los abusos a la hora de la siesta, mientras su abuela estaba dormida en su casa en el sofá y él la llevaba a una habitación donde encendía la televisión, en la que ponían una conocida serie por las tardes.

Siempre ocurría después del colegio a la hora de la siesta en la cama del dormitorio, cuando tenía entre 3 y 6 años, narró la víctima. Un psicólogo, que declaró como perito, subrayó que la niña lo relató cuando tenía 14 años al verse superada por el recuerdo y la necesidad de trasladar ese relato. 

El encausado dijo que no sabía el motivo de que la menor hubiera hecho esas manifestaciones y sugirió que pudiera deberse a intentar llamar la atención o por alguna venganza de su madre contra él. Señaló que conoció a la niña cuando ella tenía unos 5 años, con la que convivió en el mismo piso entre ocho meses y un año. Al hilo de los abusos, el responsable de los hechos negó que durmiera la siesta y que, por su horario de trabajo, cuando iba a mediodía a casa, situada en la ciudad, solo le daba tiempo a comer, ya que tenía que regresar por la tarde a su empleo en un pueblo.