De generación en generación (V): Cuando el orgullo de pertenencia cobra protagonismo

Fran, Neo y Lucas, del CD Victoria, han construido y compartido una identidad que se vive tanto dentro como fuera del campo

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De generación en generación (V): Cuando el orgullo de pertenencia cobra protagonismo
Neo y Lucas, del CD Victoria. Fotos y vídeo: Sergio Borja
El autor esAlejandro De Grado Viña
Alejandro De Grado Viña
Lectura estimada: 5 min.

El CD Victoria no solo es un club. Para la familia Platel, es un punto de encuentro, un escenario de crecimiento y, sobre todo, un hogar deportivo donde padre e hijos han encontrado un vínculo difícil de separar. Hablamos de Fran (Madrid, 1971), coordinador de la Escuela del Club y miembro de la Junta Directiva, y sus hijos, Neo (Valladolid, 2006) y Lucas (Valladolid, 2002), entrenadores del Cadete Juvenil Femenino y del Cadete Puente Jardín A, respectivamente.

En una entrevista concedida a TRIBUNA, en el marco de la serie 'De generación en generación', revelan cómo el CD Victoria ha protagonizado su día a día hasta convertirse en un eje central de su rutina. Desde los comienzos casuales de Fran, pasando por la evolución de Neo desde jugador a técnico, hasta la dualidad de Lucas entre jugador y entrenador, el recorrido de los Platel es el retrato de una familia que encuentra en el fútbol un canal de unión constante. Entre vivencias, aprendizajes y muchas conversaciones en torno al balón, han construido y compartido una identidad que se vive tanto dentro como fuera del campo.

Fran Platel, de traer a sus hijos a entrenar a convertir el Club en su segunda casa

La historia de Fran en el CD Victoria comenzó casi por casualidad: "Llevo 10 temporadas, aproximadamente, en el Club, y vine, como suele ser habitual, por uno de mis hijos, que le traje a jugar, y poco a poco vas conociendo y entrando en la dinámica". Ese primer paso lo llevó, con el tiempo, a asumir responsabilidades como entrenador antes de llegar a la coordinación de la Escuela. Y lo hizo sin haberlo planificado: "Yo no quería ser entrenador, fue toda una casualidad… Vengo del mundo del judo. El fútbol siempre me ha gustado, pero no era tan futbolero como ahora".

Su rutina familiar gira inevitablemente en torno al deporte, con el reto constante de separar lo profesional de lo familiar: "En casa hablamos mucho de fútbol y mi señora… se enfada y dice basta. Nos llevamos las 'cosillas' del Club a casa… Lo intentamos evitar, pero es imposible". Aun así, establece límites para mantener el equilibrio: "Controlo lo que digo en casa del Club… Y tampoco comentamos cosas de casa en el Club… Está prohibido".

Ese compromiso se refleja también en la libertad que concede a sus hijos: "Ellos pueden decidir lo que quieran… Si quieren marcharse, que lo hagan". Sin embargo, su implicación le lleva a estar ligado tanto al Club que, para él, es un "privilegio" poder compartir "algo tan bonito" con sus hijos. "Mi tiempo de ocio lo he pasado aquí… El CD Victoria es una parte muy importante de mi vida… Te llevas cosas intangibles con un valor incalculable", añade.

Neo Platel, de jugador por casualidad a entrenador por convicción

Neo llegó al CD Victoria por su hermano pequeño: "Vine al Club de la mano de mi hermano pequeño, que quería jugar al fútbol". Aunque, como su padre, había probado otros deportes, el ambiente del CD Victoria le atrapó hasta el punto de cambiar el rol de jugador por el de técnico: "Decidí dejar de jugar para ser entrenador… Siempre tengo que agradecer al Club todo lo que me da y me ha dado".

Su incorporación al cuerpo técnico coincidió con un proceso de madurez personal en el que entendió que el fútbol no es solo competir: "Ahí me di cuenta de que no solo es venir al campo, jugar y entrenar, sino que hay un trabajo detrás previo". Ese recorrido le permitió pasar, además, por distintas etapas formativas dentro del Club y desligarse progresivamente del peso de su apellido: "Te asocian al principio… por ser hijo de Fran, pero con el paso de los años… acabas siendo Neo a secas".

Así, como su padre, Neo siente un fuerte arraigo verde: "No estoy preparado para vestir otros colores… El Victoria me ha permitido practicar el deporte que más me gusta… Tendría que recibir una oferta muy suculenta para quitarme esta chaqueta". En cualquier caso, valora especialmente la relación de aprendizaje continuo que mantiene con su familia: "Nos damos muchos consejos… Mi padre tiene la confianza de decirnos las cosas, pero alguna vez lo evita y prefiere comentarlo en casa porque todos cometemos errores".

También comparten un hábito muy particular: "Dentro de unas locuras normales, vemos fútbol juntos". Para él, el CD Victoria se ha convertido en un espacio donde no solo se entrena, sino también se tejen amistades: "Muchos amigos míos hoy son entrenadores, jugadores del Club o lo han sido… Son cosas que te llenan como persona".

Lucas Platel, del fútbol sala a seguir los pasos de su hermano

Lucas inició su relación con el balón en el fútbol sala, pero pronto sintió la llamada de unirse a sus compañeros en el CD Victoria: "Te picaba el gusanillo de querer estar jugando con tus amigos y de hacer, además, el deporte que más te gusta". Desde benjamines no ha dejado de vestir los colores del Club y, como su hermano, dio un paso más obteniendo el carné de entrenador: "Decidí, como mi hermano, sacarme el carné… para enseñar lo que me han enseñado".

Su impulso para entrenar surgió mientras echaba una mano a su padre en la Escuela: "Quise ser entrenador cuando ayudaba a mi padre… Los niños me gustan… Quería formar a chavales como hicieron conmigo". Aunque admite haber escuchado comentarios sobre su apellido, no lo ha querido dar mayor importancia: "Siempre me he centrado en dar lo máximo… Yo sabía que, si jugaba, era porque me lo merecía".

El vínculo con el Club es tan fuerte que condiciona su futuro: "O juego en el Victoria, o no juego". Es más, ve tanto a Fran como a Neo un apoyo constante dentro y fuera del campo: "Nunca he sentido presión… Son los mejores fans que he tenido y que voy a tener en la vida". Incluso, reconoce que algunos consejos paternos han tenido efecto inmediato: "He metido algún gol por el consejo que me ha dado mi padre".

La relación familiar también tiene momentos de pausa cuando el carácter aflora. "A veces, he evitado hablar con él porque el partido no había salido como quería", confiesa entre risas. Pero el punto de encuentro siempre acaba en casa, a pesar de que esté más tiempo en el campo, como asegura, que en clase.

Tres caminos diferentes en torno a un mismo escudo

La experiencia de los Platel dentro del CD Victoria es el reflejo de cómo un club puede convertirse en motor de desarrollo personal donde el orgullo de pertenencia cobra protagonismo. A través de distintas funciones y etapas, Fran, Neo y Lucas han tejido una historia compartida que muestra la fuerza del deporte como espacio de aprendizaje, unión y valores.

Es decir, no solo comparten una pasión, sino también una forma de vivir, un modelo de vida.

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