Jóvenes y adiciones (Primordial atención al Alcohol y Cánnabis)

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Jóvenes y adiciones  (Primordial atención al Alcohol y Cánnabis)
Drogas incautadas por la Policía Local de Ávila.
El autor esJAVIER  URRA PORTILLO
JAVIER URRA PORTILLO
Lectura estimada: 4 min.
  1. La ansiedad, baja autoestima, desvinculación de iguales, depresión, pueden cronificar una conducta de consumo, convirtiéndola en hábito. Siendo la edad de inicio, los 14 años, pues pese a la legislación restrictiva, la facilidad de acceso a bebidas alcohólicas y cannabis es innegable.
  1. El consumo habitual de cannabis y alcohol afecta negativamente a la capacidad de toma de decisiones, a la atención, a la memoria y al rendimiento escolar (produciéndose un "círculo vicioso, tóxico" entre abandono educativo y consumo).
  1. El aumento de ideaciones extrañas hunde ocasionalmente sus raíces en consumo de cannabis, generando trastornos mentales que afloran en cuadros psicóticos.
  1. Hemos comprobado recientemente que el consumo de cannabis conlleva un amento muy significativo de descontrol, con conductas violentas (entre pares y/o de violencia filio-parental).
  1. El uso (y aún más el abuso) de alcohol en la adolescencia se asocia por causalidad con accidentes, peleas, agresiones sexuales (individuales y grupales).
  1. Algunos adolescentes mezclan alcohol y cannabis, incrementando los efectos negativos, las conductas disruptivas, asociales, y la probabilidad de generar dependencia.
  1. En Fiscalía de Menores comprobamos que algún joven busca consumir alcohol como excusa para agredir sexualmente, y aún intentar que la víctima también ingiera albohol, buscando vencer su resistencia, y que además pierda credibilidad al verbalizar lo acontecido.
  1. Las adicciones en menores son un problema de consumo, de salud mental, de convivencia, que exige una reacción educativa y de cultura social. Desde promoverse el bienestar emocional natural, sano, y la capacidad de afrontamiento de la vida (con lo que exige, demanda, frustra).
  1. Hemos de educar en la importancia de priorizar hábitos que cuiden el cerebro y el cuerpo frente al uso de estimulantes artificiales (deporte; acampadas en la naturaleza; desarrollar potenciales como el teatro, la música, la tertulia entre amigos).
  1. Subrayemos que hay jóvenes que consideran el tabaco como aversivo, pero entienden la marihuana como una droga suave, sin anticipar los riesgos asociados al cannabinol, que es el compuesto activo, como es el daño que infringe en la memoria, al deteriorar las neuronas del hipocampo.
  1. Recordemos que el 70% de los Trastornos Mentales en adultos, tienen su etiología en la adolescencia y juventud. Al respecto reseñemos las patologías duales, y estudios que llegan a reseñar que hasta el 8% de la incidencia de esquizofrenia en la población puede estar relacionada con el consumo de cannabis en jóvenes.
  1. El consumo de alcohol y de cannabis, sí produce tolerancia y dependencia y pueden considerarse una puerta de entrada hacia sustancias poderosamente nocivas.
  1. Comparto que pusimos en marcha de la mano de Aula Siena y la Universidad Camilo José Cela, el Máster en Salud Mental Infanto-Juvenil, dirigido a profesores. Este Máster Universitario ha sido muy bien acogido, y se encuentra en su tercera edición.
  1. No dejemos en el tintero el grave tema de la Violencia de Género, y entendamos, que hablamos de sentimientos de posesión, de pertenencia, y que el alcohol y el cannabis avivan situaciones, ya de por si inaceptables y preocupantes.
  1. Aclarar que generalmente dividimos a las drogas en estimulantes, como la cocaína; depresoras, como el alcohol; alucinógenas, como el ácido lisérgico. La marihuana es psicodepresora, psicoestimulante, y alucinógena.
  1. Nada tiene que ver beber desenfrenadamente "para perder la razón" con "conversar un vino" (como dicen los chilenos). Preguntémonos por la desesperanza de algunos jóvenes que desean evadirse de su realidad (aún subjetiva).
  1. Desde hace 14 años, soy el Director Clínico de recURRA GINSO, trabajamos 135 profesionales en el Centro Terapéutico Residencial (en Brea de Tajo); en la Clínica Ambulatoria (en Corazón de María 80) y en el Hospital de Día (en Roncesvalles 2). Hemos intervenido con 1300 adolescentes residenciales (con estancia media ininterrumpida de 11 meses; y con otros 4000 de manera ambulatoria). También mediante el programa Concilia, trabajamos en los hogares de los pacientes. Apreciamos que un 40% manifiestan trastornos relacionados con el cannabis, entendiendo que la ingesta de alcohol es puntual – y por tanto controlable – aun cuando sea de grandes cantidades. Les llama la atención el carácter de algunos amigos, que les lleva a beber hasta el delirium tremens.

En nuestros centros no hay consumos, sí hay analíticas, y no hemos tenido ningún problema. Concluimos que la adicción es mas "social, de presión de grupo", que fisiológicas.

  1. Cuando nos dirigimos a los adolescentes, debemos de partir de su disminuida percepción de riesgos. Y a los padres, sabedores de su estilo más permisivo, y su actitud tolerante. Los profesores centran su preocupación en el "consumo de pantallas" (riesgo de trastornos de la alimentación; inclusión en bandas violentas; consumo de pornografía machista, etc.).
  1. Precisamos campañas mediáticas y en redes sociales con lenguaje joven que desmonten la normalización del consumo.
  1. Hemos de identificar jóvenes en riesgo (entorno social; salud mental; personalidad). Promover actividades extracurriculares (implicación en proyectos sociales, voluntariado). Formar a los docentes en los factores de riesgo, en detección temprana de consumo, para intervenir y/o derivar.

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