Escaso bagaje del festival sin picadores en Olmedo

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Escaso bagaje del festival sin picadores en Olmedo
Fotos: Fermín Rodríguez
El autor esJesús  López Garañeda
Jesús López Garañeda
Lectura estimada: 2 min.
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No pudo ser y además fue imposible por el fallo a espadas de todos los intervinientes en el festival con motivo de las fiestas de San Miguel y San Jerónimo en la Villa de Olmedo, con un casi lleno en el tendido y temperatura ideal.

Se corría un encierro en forma de quinteto con dos de Concepción Quijano para el rejoneador Sergio Domínguez, silencio y vuelta y tres erales de los Requiles, con cuajo y cómodos de cabeza para Pedro Andrés que sustituyó al anunciado Álvaro Serrano, vuelta tras aviso y oreja con petición escasa y Pedro Caminero que tan solo mató uno de los Requiles, ovación y vuelta al ruedo.

El festival de este año no pasará a la historia de los acontecimientos reseñables del coso olmedano porque sus protagonistas no estuvieron a la altura de lo que se esperaba. Los ejemplares lidiados tuvieron su aquel para torearlos. Los de Requiles fueron buenos y nobles y los de Concepción Quijano también sirvieron al bello arte del rejoneo con movilidad y acometividad, pero el fallo estrepitoso con el rejón de muerte por parte del caballero de Calahorra, Sergio Domínguez, que descordó a su primero y marró sucesivamente pinchando al segundo de su lote, reflejaron las notas dominantes de la tarde.

Pedro Andrés que entró en sustitución de Álvaro Serrano no estuvo a la altura de las circunstancias de otras ocasiones, aunque sus ganas y esfuerzo quedaron patentes. Ante el segundo de su lote que se dio un volteretón que lo dañó en los cuartos traseros lo intentó el novillero vitoriano pero recibió un achuchón en el centro del ruedo, siendo golpeado en la pierna y en otro momento tuvo que coger el olivo cuando intentaba despachar al burel. Un oreja más de agradecimiento del buen público olmedano que por la faena realizada y aquí terminó la historia.

Quien me agradó en su forma de entender el toreo, con lentitud, parsimonia y temple fue Pedro Caminero. Con el único novillo de los Requiles que mató estuvo asentado, firme, con estilo y una forma de moverse como lo hacía Paco Ojeda. Lástima que luego con la espada no llegara a redondear el triunfo que tenía ganado, pues mató de forma muy deficiente al burel.

Eso sí el festival estuvo perfectamente armonizado por la Banda de música de Olmedo, dirigida por Luis Martín, que amenizó una tarde entoldada y con amenaza de lluvia.

FICHA DEL FESTIVAL

Olmedo. Festival sin picadores. Dos toros de Concepción Quijano, con acometividad y bravos para rejones y tres erales de los Requiles, con cuajo para Sergio Domínguez, silencio y vuelta. Pedro Andrés, vuelta tras aviso y oreja y Pedro Caminero, vuelta al ruedo.

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