Nostradamus, el enigma indescifrable

imagen
Nostradamus, el enigma indescifrable
Fotografías: Gabriela Torregrosa
El autor esSonsoles Sánchez-Reyes Peñamaria
Sonsoles Sánchez-Reyes Peñamaria
Lectura estimada: 8 min.
Última actualización: 

Michel de Nôtre-Dame, conocido como Nostradamus (1503-1566), es uno de los astrólogos y autores de profecías más célebres de todos los tiempos. Nació en Saint-Rémy, localidad francesa de la Provenza donde Van Gogh pasó un año en un sanatorio mental y que plasmó en su maravilloso cuadro "La noche estrellada".

Su familia era judeoconversa. Al bautizarse su bisabuelo, Abraham Salomón, cambió su nombre por el de Pierre de Nôtre-Dame. Desde temprana edad fue introducido en la Cábala, siendo clave en su formación multidisciplinar su abuelo materno, el médico Jean de Saint-Rémy. Ser hijo de un notario le permitió ir con 15 años a estudiar letras y humanidades en la Universidad de Aviñón. Al interrumpirse las clases por una epidemia de peste, viajó varios años por el país aprendiendo botánica, remedios caseros y recetas de cocina. En 1529, ingresó en la Universidad de Montpellier para estudiar medicina, donde conoció a Rabelais, pero fue expulsado por ejercer como boticario, considerado entonces un arte inferior para un médico. Algunos afirman que finalmente obtendría el título en 1533, pero no se conservan registros.

Se trasladó a Agen en 1531 a ejercer la medicina, invitado por Giulio Cesare Scaligero, médico del obispo. Allí contrajo matrimonio con Henriette d´Encausse, aunque otras fuentes la llaman Anne de Cabrejas, o de Lobejac, señalando su origen catalán. Tendrían dos hijos, pero un brote de peste en torno a 1537 segaría la vida de esposa y prole. Citado ante el Tribunal de la Inquisición por su amistad con Filibert Sarrazin, "un incrédulo", abandona la ciudad, recorriendo durante una década Francia y probablemente tierras germanas e italianas. Con su dominio de la botánica, formuló un remedio para la peste, llevándolo por muchos lugares donde la enfermedad hacía estragos. Propugnaba medidas preventivas modernas como limpieza, ventilación de las estancias y mejoras en la dieta.

 Fotografías: Gabriela Torregrosa

Cerca de Génova se cruzó con dos franciscanos, uno joven y otro viejo. El primero, Felice Paretti, había sido porquero. Nostradamus se arrodilló ante él, exclamando: «Respeto a Su Santidad». Aquel fraile en 1585 se convertiría en el Papa Sixto V, aunque Nostradamus ya no vivía para ver cumplirse su profecía.

En 1547 contrae segundas nupcias con Anna Ponsarde Gemelle, una joven y rica viuda, y se establece en la localidad de ella, Salon-de-Provence, donde abre su consulta. Tuvieron 6 hijos: el mayor, César (1553-1629) sería alcalde de Salon, historiador y artista. De su autoría es el retrato más difundido de su padre.

Nostradamus ejerce la medicina con buenos resultados, atrae pacientes de todo el reino, y desarrolla una pócima contra la infertilidad. Su reputación llega hasta la reina de Francia, Catalina de Médicis, que habiéndose casado con el rey Enrique II en 1533, tras once años de matrimonio no había alumbrado descendencia. La soberana llamó a Nostradamus a la Corte y este la trató con lucimiento: en 1544 nacería su primer hijo, el futuro rey Francisco II, al que seguirían nueve más.

 Fotografías: Gabriela Torregrosa

Latinizó su nombre a Nostradamus para investirse con la autoridad de los clásicos. "Nostra-Damus" lleva consigo el significado "damos lo que es nuestro": en su caso, el conocimiento. En 1550 comienza a publicar Almanaques, predicciones astrológicas anuales, con recetas y curiosidades, que lo hacen popular, y tratados sobre confituras y tintes. 

El 4 de mayo de 1555 publica en Lyon la primera edición de sus Profecías, con un prefacio a su hijo César y compuesta de 353 cuartetas, cuatro versos rimados que anunciaban sucesos futuros mundiales, agrupados en conjuntos de 100 llamados centurias. Otra edición en 1557 añadía tres centurias y otra póstuma de 1568 llegaba hasta las 942 cuartetas en diez centurias, incluyendo un segundo prefacio, Carta al rey Enrique II. A pesar de su complejidad de comprensión, la obra obtuvo un éxito espectacular a nivel europeo y muchos intentaron imitarla.

Nostradamus, que comenzó a recibir peticiones de la nobleza para predecirles el futuro, reconocía dar un aire enigmático a sus pronósticos para impedir al vulgo acceder a las verdades que él había recibido. Los versos admiten diversas interpretaciones; solo 17 dan fecha, y no siguen orden lógico, temático ni temporal. Utilizan un lenguaje extremadamente oscuro: mezclan francés, latín, griego y provenzal; suprimen verbos o artículos, usan anagramas y metáforas, juegos de palabras, sintaxis enrevesada, símbolos alquímicos y astrológicos, acrónimos y trasposiciones de letras o sílabas.  La dificultad interpretativa sirvió para esquivar a la Inquisición: los oráculos de Nostradamus nunca fueron prohibidos por la Congregación del Índice, el organismo eclesiástico examinador de textos. 

 Fotografías: Gabriela Torregrosa

La dedicatoria a su hijo de sus profecías explicita sus intenciones al redactarlas: "Tu llegada tardía a este mundo, César Nostradamus, hijo mío, me induce a poner por escrito, a fin de dejarte este recuerdo después de mi extinción corporal, aquello que, del Porvenir, la Divina Esencia me ha permitido conocer"; "interrogando un espejo líquido y de él recibiendo alucinantes imágenes (…) las he oscurecido voluntariamente un poco por la manera como las he ordenado: constituyen un perpetuo vaticinio de aquí al año 3797"; "los hombres después de mí conocerán la verdad de lo que digo, porque habrán visto realizarse algunas de esas profecías".

Debido a su estilo críptico, algunos sostienen que algunas cuartetas predijeron eventos históricos ocurridos decenios o siglos más tarde; aquellas sin significado aparente, pronosticarían eventos aún no sucedidos.

Una de las más célebres es la que habría augurado la muerte del rey francés Enrique II: "El joven león dominará al viejo / En campo de batalla, por duelo singular / En jaula de oro le sacará los ojos / Dos clases una, luego morir con muerte cruel". 

 Fotografías: Gabriela Torregrosa

Cuatro años después de su publicación, en junio de 1559, la Corte parisina celebraba el matrimonio entre el monarca español Felipe II y la hija de los reyes de Francia, Isabel de Valois, organizando un torneo a caballo en el que un cuarentón Enrique II se enfrentaba al conde Gabriel de Montgomery, de 28 años. Cuando las lanzas de los contendientes impactaron con los escudos, una astilla accidentalmente penetró en el yelmo del rey, atravesándole su ojo derecho. En la caída sufrió una fractura craneal.

Decía la cuarteta: "el joven león dominará al viejo". El león era el signo astrológico del rey, mayor que su contrincante. "En campo bélico, por duelo singular", alude al torneo. "En jaula de oro le saltará los ojos", remite al yelmo de oro del monarca.  "Dos clases una, luego morir por muerte cruel", se referiría a que Enrique II sufrió dos heridas, la del ojo y la del cráneo, pero solo la ocular le causaría la muerte entre grandes sufrimientos, doce días después, el 10 de julio de 1559.

Tras esto, su notoriedad se extendió tanto que en 1560 Catalina de Médicis, viuda de Enrique II, recibió a Nostradamus en el castillo de Blois. Le pidió el horóscopo de sus vástagos y Nostradamus le vaticinó que su cuarto hijo, Enrique, su preferido, sería rey de Francia, aunque tuviera dos hermanos varones mayores. En efecto: Francisco II moriría en 1560 y Carlos IX, en 1574. Entonces, Enrique se convertiría en Enrique III.

 Fotografías: Gabriela Torregrosa

Se ha mantenido que Nostradamus fue nombrado por Carlos IX consejero y médico real en 1564, aunque estos prestigiosos títulos no aparecían en las portadas de sus obras ni en su lápida. El 17 de octubre de 1564 la reina Catalina, en una gira por el país con la Corte y su hijo Carlos IX, visitó a Nostradamus en Salon-de-Provence.

Su fama se incrementaría con el aparente cumplimiento de otras predicciones, como la victoria de Felipe II en la Batalla de Lepanto en 1571 frente a los turcos: "A las Españas llegará un Rey muy poderoso / Por mar y tierra subyugando nuestro Mediodía / Éste mal hará, rebajando a la Media Luna / Bajar las alas a los del viernes"; o el gran incendio de Londres en 1666: "La sangre de los justos será demandada de Londres, en el año 66, quemada por el fuego". Anunció una "renovación de siglo" en 1792, año en que se abolió la monarquía francesa y se proclamó la república. La cuarteta que aludía al "monje negro en gris dentro de Varennes" se interpretó como la huida de Luis XVI en 1791 y su detención en esa población. Esta otra se entendió como premonitoria de la llegada de Napoleón: "Un emperador nacerá cerca de Italia / que costará un alto precio al imperio, / dirán, los que con él se juntan, / que es más carnicero que príncipe".

Sus últimos años, Nostradamus trabajó con ayuda de su secretario, Jean Amié Chavigny, pues la artritis apenas le permitía escribir.  Aquejado de gota e hidropesía, a finales de junio de 1566 escribió en latín: "mi muerte está próxima". El 1 de julio de 1566, dijo a Chavigny al anochecer: "No me verá con vida la salida del sol". Al amanecer del 2 de julio, fue encontrado muerto en su aposento.

En su testamento pidió ser enterrado "verticalmente contra la pared de la iglesia de los franciscanos".  Siguiendo sus indicaciones se procedió a darle así sepultura en el convento de Les Cordeliers. Su tumba fue profanada por la Guardia Nacional en 1791. Una leyenda aseguraba que quien bebiera del cráneo adquiriría la capacidad de ver el futuro y una maldición pesaría sobre quien abriera la tumba, según la interpretación de esta cuarteta: "Quien abra el monumento encontrado / y no venga a guardarlo prontamente, / mal le llegará, y no podrá probar / si mejor deber ser rey bretón o normando".

Se dice que, a la apertura, en su cuello llevaba un medallón inscrito con la fecha de ese día. Uno de los profanadores bebería del cráneo, muriendo poco después en una emboscada (según otra versión, a manos de sus compañeros, cuando empezó a gritar ante sus visiones).

Jean-André David, alcalde de la ciudad, trasladó los restos de Nostradamus junto con su retrato y el de su hijo César a la colegiata de Saint Laurent, a un nicho en la antigua capilla de San Roque, frente a la puerta del campanario. Ambos retratos están desaparecidos actualmente; el de Michel fue robado el 19 de julio de 1977. Hoy, preside la capilla la imagen de alabastro de Nuestra Señora, traída desde los franciscanos cuando la iglesia fue desamortizada. Se cree que el cráneo está perdido. El húmero izquierdo se encuentra en una vitrina de la Sociedad Académica de Agen.


Su epitafio dice:


"Huesos del muy ilustre Michel Nostradamus, el único, a juicio de todos los mortales, cuya pluma casi divina fue capaz de registrar los acontecimientos futuros de todo el universo según la influencia de las estrellas. Vivió 62 años, 6 meses, 17 días y murió en Salon en el año 1566. Que la posteridad no perturbe su descanso. Anne Ponsard, su esposa, le desea la verdadera felicidad".

En Saint-Rémy-de-Provence, una placa en la fachada de su casa natal reza: "Aquí nació, el 14 de diciembre de 1503, Michel de Nostredame, llamado Nostradamus, astrólogo". Cerca, en una fuente de origen medieval en el cruce entre las actuales Rue Carnot y la Rue Nostradamus, el busto de Luis XVI fue sustituido en 1859 por el de Nostradamus, tallado por Antoine Liotard.

Su casa museo en Salon-de-Provence se abrió en 1992, en la morada donde residió casi veinte años, escribió sus profecías y murió. La población, en junio de cada año, vuelve tres días al Renacimiento conmemorando la visita de Catalina de Médicis a Nostradamus. Un jardín con plantas medicinales como las que utilizaba se abrió en el castillo local por el quinto centenario de su nacimiento, en 2003. Y dos estatuas suyas están ubicadas en las proximidades de sendos lugares emblemáticos: una blanca, de factura clásica, donada a la ciudad en 1867 por el escultor Joseph Rey, se encuentra junto al que fue el convento franciscano que el homenajeado eligió para inhumarse; otra, de oscuro bronce, vanguardista, de 1966, obra de François Bouché, se alza cerca de su casa. Son los contrastes propios de una figura inclasificable, puramente renacentista, con una sed insaciable por el conocimiento.

Últimas noticias de esta sección

0 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App