Cáncer. Cómo actuar ante una enfermedad muy dura

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Cáncer. Cómo actuar ante una enfermedad muy dura
León conmemora el Día de la Investigación del Cáncer este martes.
El autor esJuan Carlos López
Juan Carlos López
Lectura estimada: 8 min.
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El cáncer, es una put..., una mier..., una faena, y además asusta, muchos al leer el título se habrán sobrecogido otros incluso no se atreverán a leer el artículo. Pero es una enfermedad y las enfermedades se curan, o se convive con ellas, y hoy día con la calidad de nuestros médicos y con los medios que tenemos, se cura.

Es importante que toda persona diagnosticada de cáncer o que tenga algún afectado por la enfermedad en su entorno familiar, sepa que existe la figura del psico-oncólogo. Es un psicólogo especializado en abordar las necesidades del paciente oncológico y sus familiares que nos puede ayudar.

Cómo informar: La mayoría de las personas diagnosticadas de cáncer sufren un "shock" emocional al recibir el diagnóstico. Nadie está preparado para recibir esta noticia y por eso necesitamos tiempo para asumir lo que está pasando. Por ello hay que dar tiempo a asimilar la noticia de la enfermedad, las malas noticias mejor en pequeñas dosis. Cada uno tiene su ritmo, respétalo.

¿Cómo se siente? Es natural preguntarse "¿por qué yo?", o que sienta tristeza, enfado y miedo.

Muy probablemente experimente muchas emociones distintas conforme se vaya informando más sobre su diagnóstico y comience a enterarse de las opciones de su tratamiento Existen diferentes etapas psicológicas frente al diagnóstico de cáncer: shock, negación, rabia, tristeza, miedo y aceptación.

Los cambios físicos y químicos relacionados con el tratamiento o con la enfermedad directamente también pueden afectar sus emociones. El primer paso es reconocer cómo se siente, y todas emociones son respetables, y deben ser aceptadas.

Cómo hablar con otras personas sobre el cáncer Sólo tú puedes decidir cuándo hablar sobre tu enfermedad con tu entorno. La mayoría de la gente necesita y desea tener a alguien con quien hablar cuando se encuentra en esta situación.  Habla con las personas cercanas sobre cómo te sientes. En ocasiones esto es difícil, pero informar a los demás sobre tu tristeza, ansiedad, enfado u otras tensiones emocionales es sano.

Piensa qué información deseas compartir. Puede que se quiera compartir el tipo de cáncer que tiene, qué tratamientos podría necesitar y su pronóstico. Puede que desees asegurarles que harás todo lo necesario y a su alcance para combatir el cáncer, y que le gustaría contar con su apoyo y ánimo.

Al tratarse de familiares y amigos, resulta común que las personas tengan muchas preguntas sobre el cáncer y cómo es el tratamiento. Está bien explicar todo a uno o dos familiares cercanos, pues puede ser agotador tener que informar de tanto detalle a mucha gente una y otra vez.

Respetar la privacidad es muy importante. Si la persona te confía que tiene cáncer, no se debe decir a nadie más sin su permiso

Cómo escucharlos. Procura no tener prisa. Hay que dar tiempo a la persona enferma para que asimile la noticia de la enfermedad. Es normal sentir que no se sabe qué decir a una persona que tiene cáncer.  A veces, tan sólo escuchar es el mayor apoyo que puedes ofrecer. Dejar que la persona tome la iniciativa. Si quiere hablar, escucha atentamente.

El silencio puede ayudar a la persona con cáncer a enfocar sus pensamientos. A veces el silencio conforta y permite al paciente expresar mejor lo que está pensando y sintiendo. Las miradas, caricias y sonrisas logran vencer las barreras de la enfermedad para el paciente.

No digas: "Sé cómo te sientes". La persona puede enfadarse porque realmente no sabes cómo se siente.

Si empiezas a tener dificultad en contener tus lágrimas, díselo a la persona con cáncer. Sé breve en su explicación. Si lo prefieres, mantente alejado por un tiempo hasta que puedas estar cerca sin que el paciente tenga que consolarte. Deja que tus palabras y actos salgan del corazón. ¡Responde con el corazón!

¿Qué podría decirle a la persona que tiene cáncer? Por lo general es mejor no contar historias acerca de parientes o amigos suyos que han tenido cáncer. Todos son diferentes, y puede ser que estas historias no le ayuden.

Algunas son muy reservadas, mientras que otras hablarán más abiertamente de su enfermedad. Respeta la necesidad de la persona para compartir o su necesidad de privacidad. Permite que sepa que te preocupas.

Espera que la persona con cáncer tenga días buenos y malos, emocional y físicamente. Sentir que la familia y los seres queridos comprenden la situación, supone un apoyo importante para el enfermo y amortigua las emociones negativas.

Algunas frases que ayudan: Intenta no dar nada por supuesto, pregúntale. Es importante escuchar las necesidades de la persona enferma. Puedes hacerle preguntas del tipo: ¿cómo te encuentras hoy?, ¿qué es lo que te preocupa?, ¿en qué́ te puedo ayudar?... También ayuda: "No estoy seguro de qué decir, pero quiero que sepas que sí me preocupo por ti".

"Lamento saber que estás pasando por esto". "Si quieres hablar de ello, aquí estoy". "Por favor avíseme si te puedo ayudar".

¿Cómo pueden ayudar los familiares y amigos? El cáncer nos obliga a enfrentar nuestros propios temores acerca de las enfermedades. Esto puede provocar que evitemos a la persona afectada. Sin embargo, el aislamiento puede ser un problema para la gente con cáncer. ¡Haz un esfuerzo por no dejarlo solo!

Mantén su relación tan normal como sea posible.  Tratar de hacer juntos tantas cosas como sea posible. Si solías jugar a las cartas, hazlo. Si ibais juntos al cine con frecuencia, puedes ver películas juntos en casa. Usando el criterio de respeto del nivel de energía del paciente. Procura no tomar muy a la ligera los efectos de la enfermedad, pero evita la sobreprotección.

Procura no imponer a la persona enferma lo que debe hacer. Las imposiciones suelen provocar reacciones contrarias a las que se persiguen.

Intenta no culpabilizarle. Durante el proceso de la enfermedad puedes trasmitir al enfermo, aunque no seas consciente de ello, sentimientos de culpabilidad con frases como: "ya te dije que deberías haberte hecho antes esas pruebas" o "deberías haber ido antes al médico", "no puedes continuar con esa actitud", etc. Son frases que pueden hacer que el paciente no se sienta comprendido.

Evita dar consejos utilizando frases hechas del tipo: "hay que ser fuerte" o "esto no es nada, hay otras personas que están peor". La mayor parte de las veces suelen provocar incomodidad. Qué no hacer, los demás: Tomar las cosas demasiado personales. Es normal que la persona con cáncer esté más callada de lo normal, que necesite tiempo para estar solo, y que a veces manifieste enfado.
Tener miedo de hablar de la enfermedad. Tener miedo de abrazar o tocar a su amigo, si dicho contacto era parte habitual antes de la enfermedad.

¿Qué hacer ante la ira y el enfado? Espera a que se calme. Intenta no decir frases tales como: "cálmate, escúchame, estás exagerando..." Cuanto más intentemos decirle que se calme, mayor puede llegar a ser su ira.

Mantén una actitud tranquila, permanece a su lado y espera a que su enfado vaya descendiendo. Muéstrate disponible. Ofrécele la oportunidad de que se exprese y se desahogue contigo, si así́ lo desea. Ponte en su lugar. Trasmítele que le comprendes, que le entiendes y que compartes su sufrimiento.
Una vez haya descendido su ira, muestra interés por cómo se encuentra. En este momento, estará́ más receptivo y podrás ofrecerle alternativas para buscar una solución.

¿Qué hacer ante el llanto? Déjale que llore. El llanto actúa como "válvula de escape" y como desahogo, permite liberar la tensión acumulada ante una situación difícil y ayuda a que la persona se encuentre más serena para afrontar la enfermedad.

Intenta no interrumpir el llanto o hacer comentarios como: "no llores", "no es para tanto".
Si no sabes qué decir, no te sientas mal por ello. Utiliza el contacto físico (una caricia, un abrazo...). Son gestos de cariño que transmiten lo que no podemos decir con palabras.

¿Qué hacer cuando la gente dice cosas que no ayudan? Cuando le dicen que se anime, a alguien que lo está pasando mal, el mensaje que recibe es que está siendo débil o que no tiene derecho a sentirse así. Y si a algo tiene derecho es a sentirse como quiera.

Es posible que algunas veces sienta la presión de contestar preguntas sobre su cáncer cuando no desee hacerlo. Para evitar esto, tal vez alguno de los familiares pueda encargarse de ello.
Tener cáncer es algo muy personal y se necesita sentirse cómodo acerca de lo que se quiere compartir con las personas que sólo quieren saber lo que está ocurriendo.

Puede que necesites pensar sobre maneras para decirles a los demás que no desea hablar de sus asuntos personales. En muchos casos decir "Gracias por tu interés, pero prefiero no hablar sobre ello en estos momentos", es suficiente, o ser más directos con un "Prefiero no dar detalles" o "No quiero hablar sobre mis asuntos privados de salud".

Mantenga su vida tan normal como sea posible. Deja que, en lo posible, que se mantenga una vida tan normal como puedas mientras dure el tratamiento. Anima a tu familia para que sigan haciendo las cosas que siempre hacían sin ningún sentimiento de culpa (como disfrutar de pasatiempos, jugar deportes, hacer ejercicio y disfrutar del tiempo con los amigos, entre otras cosas).

Qué no hacer el que lo padece Poner una fachada falsa o cara de felicidad cuando realmente no se siente así. Aunque actúes lo más alegre posible para tratar de proteger a sus seres queridos, sería mejor para ambos que compartan sus verdaderos sentimientos.

Cuidados para la familia: Organizar tu tiempo y dormir lo suficiente. Si el enfermo necesita atención por la noche: Hacer turnos y buscar ayuda externa. Si hay un exceso de tareas. Priorizar y dedicar tiempo al descanso.

Buscar tiempo para relacionarte con otras personas. Evitar el aislamiento. Realizar actividades fuera de casa.

Cuidar a una persona enferma también puede ser una experiencia enriquecedora y puede ayudarnos a crecer y a madurar como personas. Hoy se habla del crecimiento post-traumatico, refiriéndose a lo que se puede aprender después de un grave problema.

Tus seres queridos necesitan hacer cosas por ti y quieren apoyarte. Eso les ayuda a sentir como si fueran parte de tu vida. Permite que tus familiares y amigos te ayuden.

Detállales lo más que puedas el tipo de ayuda que necesitas. Por ejemplo, indícales el momento en que requerirás que te lleven al médico, o si pudieran ayudarte con las labores domésticas o con la atención de los niños.


Los mandamientos para ser feliz de Pau Jones

1. Que sepamos vivir el presente.
2. Que dejemos de creer en la suerte y creamos en nosotros mismos.
3. Que dejemos de hacer montañas de granitos de arena.
4. Que la tristeza nos dé ganas de reír. Que nos riamos mucho.
5. Que cantemos en la ducha, en los bares, en las bodas, en las cenas con los amigos o donde nos apetezca cuando nos venga en gana.
6. Que aprendamos a decirnos "te quiero" sin que nos dé vergüenza.
7. Que nos besemos, nos toquemos y nos achuchemos mucho.
8. Que nos escuchemos tanto como sepamos compartirnos en silencio.
9. Que nos queramos, a los demás y sobre todo a nosotros mismos.
10. Que nos peleemos lo menos posible. Estar enfadado es una gran y estúpida pérdida de tiempo. ¡A la mierda el ego y el orgullo!
11. Que nos dejemos de rollos, de chorradas, de hacer ver lo que no somos, que eso no sirve pa’ ná.
12. Que le perdamos el miedo a la muerte, pero también le perdamos el miedo a vivir.
13. Que decidamos por nosotros mismos. Que nunca dejemos que los demás decidan por nosotros.
14. Que cuando la vida nos cierre una ventana sea cuando más abramos las alas para romper el cristal y salir volando.
15. Que las cosas nos lleven adonde sea, pero que nos vayan bien.

16. Que los cerebros de zafios, hipócritas, memos, mamelucos, corruptos, pesaos, estúpidos, tocapelotas, mentirosos, gilipollas... se reprogramen y entiendan que en la vida no hace falta ser así, que la vida va de otra cosa.
17. Que, a las penas, puñaladas y al mal tiempo, buena cara. O mala, que tampoco pasa nada.
18. Que la vida sea siempre un sueño.
19. Y, en fin, que a la vida le demos calidad, porque belleza sobra.

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