Elogio del Hospital Campo Grande

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Elogio del Hospital Campo Grande
El autor esÁgreda L.M.
Ágreda L.M.
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Para decirlo rápido: todo el personal del Hospital Recoletas Campo Grande posee "una amabilidad ilimitada". Han sido 16 días de ingreso y un sentir generalizado recorría las estancias del hospital, estos trabajadores, sin excepción, son capaces de darse al otro, son capaces de obsequiar al enfermo un trato que tiene un poder curativo desconocido.

Pocas veces se siente el peso de la soledad durante estos 16 días. La soledad es una emoción, un sentimiento. De una forma u otra está presente en algún periodo de nuestra vida, y más cuando te ingresan en un hospital. Pero aquí, los profesionales que trabajan incansablemente día y noche, su manera de estar, su manera de dirigirse a ti, su puntualidad, sus atenciones continuas, su sensibilidad, en definitiva, permiten que el interno no le pese en demasía el peso en el tiempo. 

Se palpa, se percibe en todo el Hospital Recoletas Campo Grande una consciencia social que une a pacientes y profesionales. Nos une a todos. Trato y tratamiento van de la mano. Espacio y tiempo. Cuando se percibe el mundo a través de una habitación de un hospital la confianza en las personas que te cuidan, en las personas que te sanan, es imprescindible.

Siento por el Doctor Muñiz, la Doctora Recio, la Doctora Ramos, la Doctora Pintado y el Doctor León, un agradecimiento y una admiración sin límites. Recalcar también  el trabajo y la profesionalidad de los fisioterapeutas y de Carmen, de Atención al Paciente. Es imposible nombrarles a todos y a todas. Pero tengo que decir con emoción que allí donde esté, un sentimiento de agradecimiento permanecerá en mí mientras viva.

16 días no caben en 438 palabras que son las que contiene este artículo. El miedo, la incertidumbre te paralizan mientras las pruebas médicas van apareciendo.  Pero la atmósfera de confianza que se genera entre paciente y profesional médico levanta la moral para superar los momentos más adversos.

Hay que verse en todos los sitios. También en los hospitales. Recorriendo los pasillos te encuentras con otros pacientes con lo que creas en pocos días un vínculo de por vida. Pepe, Antonio, la Señora Carmen, Nacho, siempre tan optimista y con esa frase que tiene siempre en los labios... si necesitas algo... permiten, te hacen saber que no estás solo.

Todos sabemos que tenemos un destino común y que, por lo tanto, deberíamos ser capaces de vivir de forma más solidaria, como lo hacen en el Hospital Recoletas Campo Grande. Una antigua idea budista dice que "Uno se convierte en aquello que piensa". Ya no tengo miedo, sí me sucede algo ya saben dónde tienen que llevarme.

 

 

 

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