Ana Lyubimova inaugura en Peñafiel una exposición de manuscritos y dibujos medievales nacidos de un sueño

La muestra, que se abre al público este domingo 13 de julio en el Castillo de Peñafiel, reúne 35 páginas manuscritas e ilustraciones realizadas a mano durante cinco años por la artista rusa afincada en España

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Ana Lyubimova inaugura en Peñafiel una exposición de manuscritos y dibujos medievales nacidos de un sueño
El autor esRebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
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El Castillo de Peñafiel acoge desde este domingo, 13 de julio, una exposición única y profundamente personal: los dibujos y manuscritos medievales de Ana Lyubimova, artista de origen ruso que presenta por primera vez su obra completa en un entorno tan simbólico como el Museo Provincial del Vino. La exposición podrá visitarse de martes a domingo, de 10:00 a 14:00 y de 16:00 a 20:00, con entrada incluida en la visita al castillo.

Bajo el título no oficial pero revelador de su intención -'Un libro hecho a mano que dialoga con las piedras de un castillo real'-, la muestra se compone de 35 páginas manuscritas acompañadas por ilustraciones de gran formato (60 x 80 cm), ejecutadas con una técnica minuciosa y una sensibilidad que remite a los códices medievales. Las páginas, con letras capitales y texto escrito a mano en español, funcionan también como carteles que contextualizan cada dibujo, configurando una experiencia inmersiva entre la narrativa y la imagen.

"Desde niña soñaba con escribir un libro a mano, hacer sus dibujos y exponerlo en un edificio antiguo, con alma, como un castillo donde lucharon caballeros de verdad", cuenta Lyubimova en uno de los emotivos mensajes que ha compartido en sus redes sociales con motivo de la inauguración. "Me parecía imposible. Tenía miedo de soñar. Pero ha sido posible", afirma con una mezcla de humildad y emoción.

La artista no oculta que este proyecto ha sido un proceso largo y a contracorriente. Durante cinco años y medio trabajó en solitario, aprendiendo español, explorando las técnicas de la miniatura medieval y plasmando su imaginario en papel sin formación académica previa. "Me dijeron que en tiempos de la inteligencia artificial, nadie necesita libros escritos a mano ni dibujos de artistas no profesionales", relata. Pero el manuscrito fue, ante todo, un acto de fidelidad hacia una niña interior que soñaba con algo bello, inútil y profundamente humano.

La exposición, organizada con la colaboración de la Diputación Provincial de Valladolid y la marca Alimentos de Valladolid, promete ser una experiencia artística delicada y sincera, en la que el espectador podrá sumergirse en un universo de símbolos, caligrafía, figuras medievales y emociones manuscritas. Todo ello en el marco majestuoso del castillo, donde historia y arte se funden de manera natural.

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