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Ramón Abril. Pintura
Ramón Abril, para decirlo rápido, ha convertido su propia vida en paisaje y viceversa. Para verlo, sentirlo y disfrutarlo hay que pasarse por la Galería Espacio Abierto, en la Calle Alonso Pesquera 4. Está hasta el 28 de junio. RA hace buena la máxima de Franz Xavier Kappus: "Todo consiste en gestar y después dar a luz".
Uno pasea por la sala de exposiciones y es transportado a un tiempo detenido, un tiempo donde Ramón Abril se expone al peligro a corazón abierto. Ir más allá es imposible. Los cuadros se muestran sin nombre, de forma anónima. El color es el que determina la pintura. Aquí, cada cuadro tiene una identidad propia. El color sencillamente es la realidad imperante.
Y lo que resulta fascinante de esta exposición es la sensación de cercanía que trasmiten los cuadros de Ramón Abril. Cuando uno contempla un cuadro siente la presencia del artista. Esos azules, sí, esos azules son como si tuvieran consciencia, como si realmente fueran verdaderos y educaran la mirada.
El azul monopoliza la mirada del visitante al instante. El azul se explica solo. Porque la belleza no solo tiene que ver con el mundo sensible, sino con el intelecto. Del intelecto no se puede prescindir. En él reside el misterio, la forma sensible que lo contiene y lo revela. Los cuadros de Ramón Abril son una manera especial de pensar.

Esa precisa manera que tiene el artista para nombrar sus cuadros: Acrílico sobre tabla, Acrílico sobre aluminio lacado, poseen un misterio que cada visitante a la exposición tiene que descifrar y explicarse a sí mismo. Porque ver siempre es un acto creativo. Cuando se mira se produce automáticamente un "juicio visual". Sentir sin tener que atribuirle a ese sentir un significado inmediato provoca un placer instantáneo que se agradece.
"Lo fundamental es pintar con ojos nuevos las mismas obsesiones", dejó escrito Antonio Saura. La obsesión de Ramón Abril es encontrar el equilibrio interno que tienen los colores. Escuchar, por así decirlo, a los colores y buscar una respuesta en el lienzo.
Porque el artista se enfrenta con los colores como si fuera un intruso y el visitante también.
Frente a un poder que necesita ocupar todos los escenarios de la vida pública y cultural para legitimarse está bien que artistas de la talla de Ramón Abril expongan su obra en la Galería Espacio Abierto. Hay artistas y salas de exposiciones que no se dejan amortizar fácilmente por la política.
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