Para esta celebración, que tendrá lugar el 21 de junio, la entidad ofrece 13 escenarios en el centro y los barrios de la ciudad, uno más que en la anterior edición
Concierto para camaleones
Palabras contra el olvido 657
La música es un reflejo de la vida, pues ambas empiezan y terminan en la nada. Cuando empezaron a sonar los primeros compases en la Sala Sinfónica Jesús López Cobos del CCMD de Orkestersvit Soluppäng (Suite Amanecer) de la compositora Ida Moberg (Helsinki, 13 de febrero de 1859 – 2 de agosto de 1947) un extraordinario estado de tranquilidad se instaló en la sala que duró exactamente veinte minutos exactos.
Solo uno 'rezaba' para que no sonora ningún móvil. El silencio siempre es más fuerte y poderoso que la música. Posiblemente la música que estábamos escuchando de Ida Moberg era un reflejo de la tarde veraniega que rodeaba al CCMD. La música hay que sentirla. Y para sentirla, primero hay que pensarla, y para pensarla hay que entenderla. A fuerza de pensarla y sentirla es cuando cobra sentido.
La vida es algo que pasa entre concierto y concierto. Y llegó el Concierto para piano y orquesta n. º3 en do mayor, op. 26 de Serguéi Prokófiev a cargo del 'mago' Nikolay Luganski y paso algo maravilloso: de repente, escuchándole tocar el Andante se entra en un estado de meditación asombroso. Solo existía el aquí y el ahora. Había desaparecido el pasado y no había futuro.
Escuchando a Luganski se entiende claramente que la música es, a fin de cuentas, una expresión del alma y en el caso de este pianista excepcional, una manifestación física. Sus gestos delicados, su afabilidad, su profundidad intelectual son como señales del trato exquisito que da al piano y eso proporciona en oyente un placer narcótico que no tiene el Nolotil.
Dirigía el Programa 16 de Abono la directora Emilia Hoving que nos regaló una versión de la Sinfonía n.5, op.50 de Carl Nielsen amplia, envolvente, sensual, extremadamente flexible de una riqueza tímbrica y dinámica casi lujuriosa. La OSCyL la seguía "por tierra y por mar" dócilmente y disciplinadamente. Esta directora sabe plasmar con precisión y presteza lo que dibujan sus manos y su cuerpo. Esta es de la directora que gustan porque no hace gestos hueros o gratuitos o populistas: cada movimiento busca conseguir un fin.
Hay veces que un concierto como el de esta noche justifica toda una programación. Tiene la desventaja que una vez que se acaba y se dirige uno al coche está obligado, más que le pese, a volver a la realidad. Lo mejor de la vida es efímero, pero escuchando a la OSCyL todo parece eterno.
Recibirá el galardón el sábado 24 de mayo en la localidad barcelonesa de Vilafranca del Penedès por su poemario 'Revólver'
Palabras contra el olvido 657
Ocupará durante doce meses las salas 0, 3, 4 y 5 del centro, sacando a la luz "muchos de los buques insignias que hace mucho tiempo que no se veían en público"