La DANA sigue castigando al territorio nacional. Varias comunidades autónomas están sufriendo las consecuencias del temporal. La Comunidad Valenciana es una de ellas donde ya se han contabilizado más de 90 muertes, a las que se suman las registradas en Castilla-La Mancha y Andalucía. Con el paso de las horas, los daños personales y materiales se acumulan dejando imágenes, desgraciadamente, para el recuerdo. 

Jesús García es uno de los vallisoletanos afectados por la DANA. Vive en Valencia, en la calle Poeta Mas y Ros, a unos 20 minutos de Mestalla. Afortunadamente, no le ha tocado "vivir de cerca" algunos acontecimientos desagradables, ya que en Valencia capital la DANA no ha dejado tanta huella. Sin embargo, la cosa cambia en la provincia. Es allí, desde hace siete meses, donde gestiona un club de pádel, ubicado en el municipio de Puebla de Farnals. "Estamos instalados en una de las zonas más afectadas. Lo mismo le pasa al centro comercial Bonaire. Mis amigos han tenido que pasar la noche en las propias tiendas o lo que quedaba de ellas tras el paso de la DANA. Estaban atrapados y todo estaba inundado. El Decathlon, por ejemplo, ha desaparecido", asegura el vallisoletano a TRIBUNA.

"Mis amigos han tenido que pasar la noche en tiendas"

El joven de 31 años, por el temporal, tuvo que cancelar la agenda deportiva que estaba establecida en el club de pádel. "A las siete de la tarde empezamos a suspender los partidos, tal y como veíamos en las previsiones. Los bomberos nos llamaron para advertirnos que iba a entrar mucha agua en el club, y así fue. Tampoco tuvimos luz. Se me han roto las lonas, pero creo que nos lo cubre el seguro. Perdimos, por unas cosas o por otras, unos 500 euros. No pudimos abrir durante todo el día", reconoce.

El problema para Jesús fue cuando salió de trabajar. Nada más cerrar el negocio, vio que la lluvia ya había tapado las ruedas de su coche. Aun así, y sabiendo el riesgo que conllevaba, tuvo que ir a buscar a un amigo, ya que este no tenía cómo poder llegar a casa. Allí, la zona estaba más inundada de lo que parecía, por lo que llegar a casa ya pasaba a depender de un hilo, o mejor dicho, de "un milagro". "Vi un puente derrumbado en los accesos a Valencia capital. Fue un caos. Estuve casi una hora parado. Se había ido hasta la luz", apunta.

"Vi un puente derrumbado"

La fortuna, y menos mal, la acompañó para entrar, felizmente, en casa. Antes, tuvo que dejar su coche "en una zona en la que suelen multar", pero "al ser más elevada", "todo el mundo optó por aparcar allí". "Entró el agua hasta en el portal. Cuando llegué a casa, no había internet y apenas salía agua del grifo", añade. Sus familiares, al ver las noticias, se preocuparon por él, pero les tranquilizó porque, en comparación con otras zonas, la suya "no estaba tan afectada". "Los vecinos de Torrent, Xàtiva o Algemesí lo pasaron peor. Los coches estaban flotando y las casas... destrozadas. Después de lo de anoche, cuando he vuelto al trabajo, Valencia parecía una película de zombis. Las palmeras se habían caído y los contenedores seguían en la mitad de la carretera... Aun así, creo que ya está lloviendo menos", sostiene.

Por último, se quiso acordar del Real Valladolid, al que quería ver ante el Astur, pero el temporal se lo impidió. "Me perdí el partido, que seguro que me hubiera tranquilizado", bromea un Jesús que mantiene la sonrisa, algo que ni el temporal ha podido cambiar.