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La última voluntad de un obispo vallisoletano convertida en cofradía
La Hermandad del Descendimiento celebra el 85 aniversario de su fundación con "buenas cifras" de participación cofrade y nuevos integrantes
La Cofradía del Descendimiento y del Santo Cristo de la Buena Muerte nace de la última voluntad del arzobispo de Valladolid Remigio Gandásegui que encargó la fundación de una hermandad encargada de alumbrar en la Procesión General del Viernes Santo el conjunto de El Descendimiento, tallado por Gregorio Fernández para otra cofradía.
Aquel deseo se vio materializado el 26 de marzo de 1939, reuniéndose sesenta cofrades fundadores en la sacristía de la que todavía ahora es su sede, la real Iglesia Parroquial de San Miguel y San Julián, tal y como narra su presidente Francisco Javier Coca.
Vestidos con túnica y capirote de color morado; cíngulo y capa de color blanco; todo ello conjuntado con guantes blanco y zapatos negros, procesionan en la tarde del Jueves Santo, en la media noche de ese mismo día y en la Procesión General del viernes. Además, participan junto a otras cofradías en las procesiones del Domingo de Ramos y del Domingo de Resurrección, siendo una de las hermandades con más presencia en la Pasión vallisoletana.
Destacan en Valladolid por sus cuatro majestuosas imágenes con las que salen en procesión: el 'Monte Calvario' de Juan de Juni, su 'Virgen de la Amargura' y 'El cristo Yacente' y 'El descendimiento' del mítico y aclamado escultor Gregorio Fernández.
Este 2024, estrenan unas nuevas andas en las que se sacará a las calles a la 'Virgen de la Amargura', construidas para mejorar la comodidad de los cofrades y sustituir las antiguas que "no permitían que se valorase lo suficiente la imagen".
La situación actual de la Hermandad, tal y como indica su presidente, es de "apertura" a las nuevas generaciones que quieran unirse a esta tradición religiosa: "Hay muchos jóvenes que se están involucrando en la cofradía y que trabajan día a día con nosotros para perpetuar esta hermandad".
A día de hoy, la cifra de cofrades activa es de cerca de 500 personas: "Somos una cofradía que se contagia de padres a hijos, o incluso de amigos que poco a poco van introduciendo a sus seres queridos en esta afición que termina convirtiéndose en un modo de entender la vida".
En la actualidad, como dice Francisco Javier Coca, El Descendimiento se encuentra en un monto "dulce" ya que en otras épocas se ha reducido "bastante" la participación y se ha resentido la cifra de nuevos participantes: "Este 2024 estamos en un buen año".
Con "grandes expectativas y muchas ganas" esperan la llegada de una Semana Santa de Valladolid marcada por el 85 aniversario de la fundación de la cofradía que se cumple este 26 de marzo: "Es un año de celebración. Va a ser una semana muy especial".
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