Muy sólido en defensa y efectivo en ataque, el conjunto dirigido por Óscar Perales cerró el partido con un contundente 0-4
El Real Valladolid, condenado a la nada y Portugal condenado al abismo
Nueva derrota del equipo vallisoletano, esta vez ante Osasuna en El Sadar, que pone contra las cuerdas al entrenador y obliga a mirar hacia abajo en la clasificación.
El Real Valladolid sigue condenado a la nada, pero tendrá que empezar a preocuparse por no meterse en líos ya que la distancia con la zona de descenso no es lejana. Su derrota en Pamplona le obliga a meditar sobre lo que resta de competición, sobre todo de cara a la figura de un técnico, Miguel Ángel Portugal, que no ha reactivado al equipo tras su llegada en lugar de Garitano.
El Osasuna está metido de lleno en la lucha por asentarse en la zona de playoff y el Real Valladolid no llega. Lo intenta desde hace jornadas pero nada, imposible. Además, las últimas derrotas pesan como losas en un equipo que mira más hacia abajo que para otro lugar más ambicioso.
El primer acto pudo acabar en empate, pero el pretendido Juan Villar no acertó. Todo lo contrario que Nino apenas diez minutos antes, cuando cabeceó una acción por encima de Kepa tras el intento de Juanpe que, al despejar, puso el balón en bandeja al jugador rojillo.
Y nada más empezar el segundo tiempo, la polémica con los mismos protagonistas. Nino encaró a Kepa y cayó en el área. Todo El Sadar lo reclamó de manera enérgica. Pudo ser pena máxima, pero era una acción complicada de pitar. Aún así, marcó el comienzo de un segundo periodo de mayor insistencia local.
No hubo fútbol, no hubo apenas ocasiones. Pero es lo que nos toca con un Real Valladolid muy decepcionante que solo llena Zorrilla... cuando hay rugby.
El encuentro ha sido declarado como de alto riesgo por la Comisión Permanente de la Comisión Estatal contra la Violencia, el Racismo, la Xenofobia y la Intolerancia en el Deporte
El técnico blanquivioleta alabó el juego de los suyos en un encuentro que merecían ganar los tres puntos
Los de Almada, que jugaron media hora con diez, firmaron un sólido partido en defensa y solo cedieron el empate en el último suspiro








