La entidad El Puente Salud Mental Valladolid continúa consolidando su compromiso con la inserción laboral y la vida independiente de las personas con problemas de salud mental a través del programa de Viviendas y Apoyos para la Vida Independiente, integrado en los Itinerarios Integrados de Inclusión Sociolaboral para personas con discapacidad.

El programa, financiado por la Junta de Castilla y León y cofinanciado por el Fondo Social Europeo Plus, cuenta actualmente con siete viviendas de emancipación en Valladolid. Estos recursos están dirigidos a personas que apuestan por un proyecto de vida autónomo y muestran una motivación clara por el empleo.

Cada residente recibe acompañamiento personalizado a través de la figura del Asistente Personal, un profesional que presta apoyo en las tareas de la vida diaria y adapta su intervención a las necesidades, capacidades y preferencias de cada persona. Este modelo favorece la autonomía personal y refuerza la inclusión social y laboral.

Durante el último año, más de 20 personas han pasado por este recurso, de las cuales once han logrado incorporarse al mercado laboral. "Se les apoya en todo el proceso de inserción laboral, favoreciendo tanto la incorporación como el mantenimiento del empleo y promoviendo la igualdad de derechos y oportunidades", destacan desde la entidad.

Historias de superación y empleo estable

Entre los casos de éxito figura el de una persona con diagnóstico de agorafobia que, en un primer momento, no podía asistir a formaciones presenciales. Gracias a un trabajo progresivo basado en pequeños desplazamientos y apoyos continuados, logró participar en acciones formativas, completar un periodo de prácticas y acceder posteriormente a una contratación laboral que mantiene desde hace un año.

Otra de las experiencias destacadas es la de una persona que acumulaba un largo periodo de inactividad y varias experiencias laborales fallidas. Mediante un acompañamiento centrado en el refuerzo de la autoestima, la preparación de entrevistas y la adaptación al puesto de trabajo, ha conseguido consolidar una trayectoria laboral estable.

También sobresale el caso de Cristian Bravo, quien pasó de residir en un entorno rural con escasas oportunidades laborales a iniciar una nueva etapa en la ciudad. Gracias al apoyo del programa, comenzó una vida independiente en una de las viviendas de emancipación, en la que reside desde hace dos años, y accedió a un empleo estable, afianzando su proyecto vital y profesional.

Desde El Puente subrayan que estas historias son posibles gracias a un modelo de intervención integral que coordina las áreas psicológica, social y laboral, y que sitúa a la persona en el centro del proceso. Un enfoque que demuestra que la vida independiente y el empleo son metas alcanzables también para las personas con problemas de salud mental.