La Victoria, el barrio donde los comerciantes aúnan fuerzas para dar respuesta a la fidelidad de sus clientes

Responsables de varios negocios atienden a TRIBUNA y radiografían el estado actual de la actividad comercial de la zona, en la que echan en falta plazas de aparcamiento

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La Victoria, el barrio donde los comerciantes aúnan fuerzas para dar respuesta a la fidelidad de sus clientes
El autor esAlejandro De Grado Viña
Alejandro De Grado Viña
Lectura estimada: 6 min.

La actividad comercial del barrio de La Victoria sigue siendo uno de sus principales motores sociales y económicos. Pese a la competencia de las grandes superficies y los cambios en los hábitos de consumo, los comerciantes de la zona reivindican la resistencia del pequeño negocio y el carácter cercano de sus clientes más fieles. Así lo reflejan las voces de varios establecimientos históricos del barrio que analizan, en declaraciones a TRIBUNA, la situación actual del comercio local.

"En este barrio se defiende muchísimo al pequeño comercio"

En la calle Villanubla, 21, Alfonso Guerra, responsable de 'Charcutería y Alimentación Alfonso', resume dos décadas de arraigo: "Llevo 20 años en el barrio ubicado al lado del bar de Flor, ahora que está de moda". Sobre La Victoria, Guerra reconoce que "ha evolucionado mucho". "Lo ves en los edificios, en las calles", añade.

Para él, la clave de su fortaleza es la identidad comercial: "Es un barrio que invita a comprar y a vivir. En este barrio se defiende muchísimo al pequeño comercio". No obstante, deja claro que los supermercados les están invadiendo, aunque en la zona siempre se haya puesto en valor al comercio "de toda la vida". Por esa razón, la competencia es dura y el día a día, exigente: "La cesta de la compra cuesta muchísimo. Es duro mantener la clientela, pero se consigue. Debemos trabajar, trabajar y trabajar, no hay otra".

En cualquier caso, la oferta es "completa", tanto en alimentación como en otros sectores, y defiende la importancia de aportar un valor añadido: "Si trabajas lo mismo que los demás, tienes que competir por precios. Pero si ofreces un servicio que otros no ofrecen, es una cosa que ya tienes ganada, y se agradece".

Es más, nunca se ha planteado marcharse: "Es una zona tranquila, no hay polémicas. La gente pasea y disfruta tranquilamente. Vives cómodamente y las infraestructuras merecen la pena".

41 años de comercio familiar en 'Calzados Gómez'

En la calle Dársena, 15, Esperanza Gómez, gerente de 'Calzados Gómez', dirige, junto a su hermana, un negocio con más de cuatro décadas de historia. "En marzo cumplimos 41 años", afirma.  Define La Victoria como "uno de los mejores barrios", con una evolución "a pasos agigantados en cuanto a infraestructuras, colegios...".

Asegura, de hecho, que los comerciantes están satisfechos con la respuesta del entorno: "Estamos muy contentos con nuestros vecinos. Colaboran mucho y hacen por comprar en el barrio". Ella misma vive y trabaja en la zona y, al igual que otros negocios de moda y calzado, admite que "no lo están pasando bien" porque compiten "con las marcas online y los grandes almacenes". Aun así, confía en una buena campaña navideña: "Hay gente muy fiel".

En este sentido, pide al Ayuntamiento que habilite más plazas de aparcamiento: "Necesitamos más zonas de aparcamiento. Hay gente que quiere venir a comprar y nos dicen que es imposible aparcar en la zona".

"Para ser emprendedor hay que tener muchas narices"

En la calle San Lázaro, en el número 10, Alberto Alba, dueño de la 'Peluquería Modesto', mantiene vivo un oficio que ha pasado de generación en generación. "Provengo de una familia de peluqueros, desde mis abuelos hasta mis tíos", cuenta. "Llevo toda la vida: empecé en quinto de EGB, venías a barrer, a limpiar los ceniceros, a lavar cabezas...", rememora.

Recuerda, de hecho, una época de gran dinamismo: "Ha sido un barrio muy comercial. Todos los comercios funcionaban bien y había mucho tránsito porque en la Avenida de Burgos había agencias de transporte". Ahora, reconoce que la situación ha cambiado: "Ha ido empeorando porque cada vez hay más locales cerrados. Para ser emprendedor hay que tener muchas narices".

Pese a la dificultad, sigue apostando por La Victoria: "Nunca me he planteado irme del barrio, donde me conoce la gente y donde más a gusto me siento". Aun así, admite que echa de menos que se abran más negocios con el empuje de antes: "Sigue habiendo comercio y la imagen del barrio invita a venir porque hay un poco de todo, pero no hay tanto como antaño".

"El barrio todavía te invita a venir a comprar porque tenemos clientes y vecinos fieles"

Muy cerca, en el número 13 de esa misma vía, Eva Real, dueña de 'Librería Goyo', defiende con entusiasmo el valor del comercio local. "Estamos en La Victoria, el mejor barrio de Valladolid", afirma. Lleva más de 20 años al frente del establecimiento, aunque "la librería lleva funcionando casi 50".

Constata una realidad difícil: "El comercio pequeño tiende a desaparecer, es una pena. No nos podemos quejar, pero cada año perdemos ingresos" por, entre otras cuestiones, las tiendas online: "La gente compra tan libremente y no nos damos cuenta de que estamos arruinando al pequeño comercio y la vida del barrio".

Pese a ello, presume de un entorno fiel: "El barrio todavía te invita a venir a comprar porque tenemos clientes y vecinos fieles, como si vivieran en un pequeño pueblo". Para adaptarse, han ampliado servicios: "Somos librería, papelería, punto de entrega... pero la paquetería no te da de comer".

Admite, de hecho, que se puede vivir del comercio, y mira con optimismo a la campaña navideña: "Afrontamos la Navidad con alegría e ilusión. Animamos a que la gente siga comprando. Las oportunidades están ahí porque los autónomos somos muy valientes".

Además, aprovecha la visita de este medio de comunicación para anunciar que, de la mano de Fecosva, están impulsando un modelo asociativo. "Nos estamos asociando, haciendo actividades, concursos de cuentos y relatos, mercadillo navideño el 28 de diciembre, sorteos... Queremos darle vida y color al barrio", destaca.

Por último, reivindica la falta de aparcamientos porque "muchos clientes" se piensan en ir o no al no poder aparcar. Denuncia, en este sentido, que les están quitando plazas cuando necesitan un barrio "vivo". Con todo y con ello, considera que las instituciones deberían arrimar más el hombro porque "invierten mucho para luego no recibir nada a cambio".

"Somos la única óptica del barrio y sobrevivimos como podemos"

En la calle Fuente el Sol, 17, Mónica Martín, optometrista de 'Óptica La Victoria', lleva más de 20 años trabajando en el sector. Observa un barrio completamente transformado: "Se nota que ha cambiado mucho. Se van cerrando negocios, ha aparecido alguno nuevo, pero creo que van a cerrar más".

Aun así, la diversidad cobra protagonismo: "Vemos un barrio donde hay un poco de todo". Y su caso es especialmente significativo: "Somos la única óptica del barrio y sobrevivimos como podemos".

La clientela sigue apostando por el comercio de cercanía, aunque convive con la gran distribución: "La gente sigue comprando en los pequeños comercios, pero también se ve a personas que van a supermercados". Y, como el resto, coincide en las carencias: "Echo de menos plazas de aparcamiento y alguna tienda de ropa".

Un barrio con identidad, pero con importantes retos

Las voces de los comerciantes de La Victoria reflejan un sentimiento común: orgullo por pertenecer a un barrio que sigue apoyando al pequeño comercio, y preocupación ante los cambios que amenazan su supervivencia. La persona que comparte el sentir de los comerciantes es el concejal de Comercio, Mercados y Consumo del Ayuntamiento, Víctor Martín, quien asegura que el barrio "conserva una fuerte identidad que también se refleja en la autenticidad de su comercio de proximidad".

"Muchos de los vecinos que se han criado en el barrio, a la hora de emanciparse, han optado por zonas residenciales contiguas como Puente Jardín, lo que hace que la fidelidad al comerciante haya pasado a la siguiente generación. Es un barrio con mucho apego a su historia y a su comercio. No es casualidad que los pregoneros de las fiestas del barrio en los dos últimos años hayan sido comerciantes", explica.

Además, pone en valor "la capacidad de movilización" de los comerciantes de estas calles que han presentado "un proyecto conjunto de decoración navideña en el concurso de decoración de calles organizado por el Ayuntamiento de Valladolid y por el cual han resultado ganadores".

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