Cine rico, teatro pobre

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Cine rico, teatro pobre
Foto: Chuchi Guerra.
El autor esÁgreda L.M.
Ágreda L.M.
Lectura estimada: 3 min.

Puede haber quien lo piense: que el cine es la niña bonita del presupuesto y que el teatro es el pariente pobre. Según tengo entendido ha habido más de 40 premios (ni que fuera eso un campamento) en la 70ª Seminci. Solo, casi con el jurado del certamen se podría llenar la Sala Concha Velasco, del LAVA.

Me cuentan, que los jurados pueden llegar a ver hasta 4 o 5 películas diarias, eso tiene que ser agotador, ¡pobrecillos! El Premio Especial Tiempo de Historia ha reconocido a Vladlena Sandu por 'Memory' "una fábula sobre la violencia donde esquirlas de memoria cristalizan dando lugar a un paisaje cinematográfico tan poético y evocador como perturbador y grotesco" Por su parte, de 'Magallanes' que ha ganado la Espiga de oro, el jurado ha señalado que la película "con elegancia e ironía deconstruye las reglas del género para revelar lo que se oculta detrás de la acción", bla, bla, bla...  ¡Toma ya!

Y acaban este festival y se van a otro, y a otro, no descansan nunca. De profesión: jurado. Tiene que estar muy bien pagado porque no me imagino los efectos secundarios que tiene que tener eso a largo plazo. ¡Pero los hoteleros, tan contentos! Una semana, que digo una semana, un día especial, el de la inauguración que merece la pena para pasarse por el sastre, por la modista, por las tiendas de moda de ropa y calzado, tirar la casa por la ventana y lucirse en el pasillo que conduce al Teatro Calderón. Y apoyar el cine, que quede claro y a la Seminci, en particular. Y eso que no van al cine hace años.

Luego el resto del año que el personal vaya al LAVA o al Calderón o al Patio Herreriano, o a las Salas de Exposiciones, a casa del pariente pobre, donde me consta que los responsables de educación y cultura tienen que hacer encaje de bolillos para programar cosas interesantes porque la pasta gansa se ha ido o en traer los Premios Goya o en programar una semana de cine que según me cuentan ha sido una de la peores de todos los tiempos. Si hablamos de glamour, cero al cociente. Seguro, me dice mi topo en el Ayuntamiento, que si sacan un concejal más, la cosa cambia.

Pero yo venía ha hablar de 'Cera: 500 horas de vuelo'. Dejó escrito Spinoza que el hombre libre en nada piensa menos que en la muerte. Carlos Gallardo, protagonista único de 'Cera: 500 horas de vuelo' que esta noche estoy viendo en la Sala Concha Velasco de el LAVA parece darle la razón. La muerte pierde visibilidad en nuestra sociedad tan moderna y también su carácter dramático. Aquí está, Carlos, con sus cachivaches, sus panales y su miel, intentando que el público se vaya a casa contento con lo que ha visto. ¡Viva el teatro!

Las abejas, después de 500 horas de vuelo, mueren. La muerte de las abejas, valga la redundancia, es dulce. Al contrario que la del cine que es obscena y la estamos viendo en vivo y en directo, despilfarrando en el entierro el dinero del contribuyente a todo trapo. En 2024 cada español fue 1,5 veces a una sala. En cambio, el 15% de la población ve filmes en casa diariamente y el 60% al menos una vez por semana. El rey está desnudo, pero cuidadito, ssshhh…

 

 

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