Un proyecto en Piñel de Abajo busca revitalizar su patrimonio subterráneo

El descubrimiento de antiguas bodegas bajo el pueblo ha abierto la posibilidad para la rehabilitación de estos espacios para un posible uso cultural y turístico

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Un proyecto en Piñel de Abajo busca revitalizar su patrimonio subterráneo
Antiguas bodegas descubiertas en Piñel de Abajo. Fotos: El Prao del Luyas
El autor esRebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
Lectura estimada: 3 min.

Piñel de Abajo, una pequeña localidad vallisoletana ubicada a 56 kilómetros de la capital, es un ejemplo vivo de la lucha contra la despoblación en la España rural. Aislada de las grandes vías de comunicación, su revitalización no ha llegado a través de infraestructuras, sino de la acción colaborativa de sus vecinos. Desde 2008, la Asociación El Prao de Luyas ha transformado la imagen y el futuro del municipio con infinidad de acciones para la revitalización del pueblo desde el conocimiento del terreno.

Así, en las últimas semanas, este colectivo ciudadano se embarcó en el laborioso proyecto de recuperar un patrimonio olvidado y subterráneo: sus antiguas bodegas del pueblo. Este impresionante entramado de túneles, que datan desde el siglo XVI, rodea la iglesia y constituye un anillo de historia bajo el casco urbano.

Eduardo Perote, promotor y referente principal de la asociación, explica cómo comenzó esta nueva aventura: "Lo que estamos haciendo ahora es un levantamiento geográfico de las bodegas que hemos descubierto unos cuantos cabañones que no sabíamos que estaban ahí porque hace unos 70-80 años se taparon muchas bodegas y muchas luceras ahí en Piñel, no sé por qué".

El problema de sellar estas entradas y ventilaciones (luceras o zarceras) no es solo patrimonial, sino de seguridad. Las bodegas, que necesitan aireación para mantenerse, corren riesgo de derrumbe cuando se bloquean. Perote subraya el peligro: "Es peligroso porque es la forma que tienen de ventilarse y de sanearse". "Entonces eso al estar tapado lo que provoca son derrumbes y que la greda pues se desarme y haya desplomes".

El proceso de descubrimiento y restauración

La asociación, que previamente se ha distinguido por su trabajo con la biodiversidad y el arte, impulsó esta acción y consiguió el apoyo institucional. Presentaron un proyecto al Ayuntamiento, que a su vez lo elevó a la Diputación de Valladolid, obteniendo 13.000 euros de una convocatoria de arraigo poblacional para poner en valor estas estructuras.

El primer paso ha sido el estudio topográfico para determinar la extensión y la ubicación exacta de las entradas perdidas. Se han georreferenciado (localizado con precisión) cinco entradas de bodegas y tres luceras tapadas, incluyendo un impresionante entramado en las bodegas Zamoranos y Castellanos que revela un sistema de tres bodegas que parten de una cúpula central de 25 metros cuadrados.

El objetivo inmediato es claro: "Abrir las puertas que estaban tapadas, que son cinco las que hemos encontrado que podíamos abrir además de tres luceras". La reconstrucción de estas entradas y de las torres de piedra de las luceras implica una importante obra de albañilería. Al remover los sellos de estas entradas, los voluntarios han descubierto otro uso histórico de estos espacios: "Es que han utilizado las puertas y las luceras para contenedor de 'mierda'. Eran como escombreras".

Una vez ventiladas las galerías, el trabajo se centrará en la consolidación interna. La base de las bóvedas se descarna con el tiempo, por lo que es necesario un mantenimiento estructural. "En esas bases descarnadas hay que ir colocando piedras, que hablaré con gente de Campaspero que colaboran con nosotros, para hacer como un un zócalo en la parte en la que esté más 'comida' la base de la bóveda".

Un futuro lleno de contenido

El objetivo final de esta costosa rehabilitación es "llenarlas de contenido" y crear pequeños museos temáticos en estos espacios monumentales, honrando el legado de los ancestros. La visión es ambiciosa y variada. "Tenemos ya uno que va a ser ornitológico de cajas nido con miniaturas de pequeñas aves, otro de fotos antiguas, luego otro propio de lo que era una bodega, con sus cubillos antiguos y sus cosas, y luego otro de todo el material que estamos encontrando en las bodegas".

Además de los museos, la asociación está trabajando en un proyecto fundamental para la accesibilidad: instalar luz. Después de restaurar el último lagar del pueblo, esperan obtener un premio para poder llevar electricidad a este espacio y, posteriormente, "ofrecérsela a todas las bodegas que hay en el pueblo". Esto no solo proporciona un servicio, sino que pone en valor los espacios, permitiendo que la gente los visite, especialmente durante el ya tradicional Día de las Bodegas Abiertas que se celebra en el marco de la feria de la chuletilla, similar a los patios cordobeses.

Con la posible apertura de estas bodegas, Piñel de Abajo no solo recuperaría un patrimonio arquitectónico histórico, sino que añade un nuevo y profundo aliciente al pueblo. Es la culminación de un trabajo voluntario e ilusionante que busca "revivir ese pedacito de una España vaciada agonizante. 

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