El Real Valladolid cayó (1-0) ante el Portugalete, equipo que milita en la Tercera RFEF, en un partido bochornoso donde apenas inquietó a su rival. Es más, su único disparo a puerta en la segunda mitad fue una intentona desde Cuenca de Javi Sánchez que atrapó sin problemas Ibon González, que solo hizo una parada de mérito en todo el encuentro: la que le saca a Marcos André en el primer acto. Los blanquivioletas, que tiraron la Copa del Rey a las primeras de cambio, afrontan la semana con dudas, bajas y con una imagen que debe mejorar cuanto antes.

SIN INTENSIDAD Y SIN GANAS

El Portugalete empezó mejor el partido. De hecho, la situación se parecía a la intensidad que el Tordesillas propuso un día antes frente al Burgos, aunque minutos después no diera sus frutos. Esa tendría que haber sido la actitud del Real Valladolid en La Florida, donde eran los locales los que, sin duda, se merecían estrenar el marcador.

De hecho, los de Egoitz Bilbao lo tuvieron claro: percutir por la banda de Trilli, que sigue desaprovechando la enésima oportunidad que le da Guillermo Almada... que se habrá dado cuenta de que el lateral no da más de sí. Aun así, la culpa la tiene el técnico uruguayo, que queda muy tocado, y no es para menos.... ¡Con el 1-0, el primer entrenador que agitó la coctelera fue el del Portugalete! Surrealista.

En cualquier caso, y antes del tanto local, el Pucela tuvo varias ocasiones para abrir el marcador. Un mano a mano de Chuki, un intento de vaselina de Marcos André y un remate a la nada de Jorge Delgado en un centro que ni llegó a definir. Esas fueron las acciones ofensivas de los visitantes durante unos primeros cuarenta y cinco minutos que daban la sensación de que la eliminación era muy factible. 

VERGÜENZA AJENA

La segunda parte del Real Valladolid daña la imagen del Club... como institución. Es decir, lo ocurrido responsabiliza a todos los integrantes, desde la directiva hasta los jugadores, porque estos últimos no son los únicos artífices del bochorno perpetrado. Es más, la superioridad del Portugalete llegó hasta tal punto que tuvo que ser Álvaro Aceves el que salvara a los suyos con una mano magistral.

Ese fue el primer aviso de Xabi Gómez que, a la segunda, no perdonó. Ante la pasividad de la defensa blanquivioleta, con un David Torres y Javi Sánchez erráticos, el ariete batió a Aceves (1-0) dentro del área. Se desataba la locura en La Florida, que confiaba en pasar de ronda. A partir de ahí, y aunque parecía evidente, el Pucela no reaccionó. Los cambios de Almada, algo tarde y a la desesperada, protagonizaron un batiburrillo que terminó con un remate de Marcos André, sin oposición, al saque de banda contrario. Ver para creer.

Ya en el descuento, el Pucela siguió en sus trece y consumó un ridículo que estará en la mente de todos los aficionados blanquivioletas que se han dignado, o a seguir el partido por la radio, o a desplazarse hasta La Florida, donde este miércoles el pez pequeño se comió a un ser vivo que hizo el paripé en el mar.