El voluntario de la Asociación Contra el Cáncer en Valladolid asegura, en una entrevista concedida a TRIBUNA, que el oncólogo le salvó la vida
La historia de Carlos, el vallisoletano que superó un cáncer de próstata: "Me derrumbé psicológicamente"
El voluntario de la Asociación Contra el Cáncer en Valladolid asegura, en una entrevista concedida a TRIBUNA, que el oncólogo le salvó la vida
Entras en el local de la calle Menéndez Pelayo, 6 que utiliza la Asociación Contra el Cáncer (AECC) de Valladolid, cedido por Unicaja, y te das cuenta del ambiente tan especial que se respira entre los asociados, voluntarios e inscritos a una Marcha Contra el Cáncer que apunta, mínimo, a superar la barrera de las 50.000 personas, algo que en ciudades como Valencia o Sevilla siguen sin creérselo.
Entre los ciudadanos que echan una mano, se encuentra Carlos Velasco (Valladolid, 1959), un superviviente que logró esquivar al cáncer de la mano de los especialistas, de sus seres queridos y de sus amigos, pese a que le costó mucho relacionarse con estos últimos porque aún seguía en skock tras la noticia que le dio el oncólogo en el año 2018. Es más, tuvo que dejar de trabajar como conserje en un edificio para poder operarse.
Todo comenzó, tal y como explica en una entrevista concedida a TRIBUNA, con "una revisión rutinaria de la empresa". "Notaron unos índices un poco raros y me derivaron enseguida al médico", asegura. En apenas unos días, "más o menos", Carlos ya estaba en la consulta con el oncólogo. "Me preparó para hacer una biopsia, que es lo habitual", recuerda.
Este sentido, no logra borrar de su mente el momento en el que el oncólogo le dio el diagnóstico: "Me dijo que tenía cáncer, y me lo comentó con claridad y respeto: 'Tiene usted un tumor, es un cáncer de próstata, y está bastante expandido'". Tras conocer los resultados, Carlos no dudó en preguntarle: "Le dije que qué era lo mejor, y me comentó que la mejor opción era operarse. La operación, recuerdo, duró seis horas. El tumor estaba más extendido de lo que alguno se creía".
"Te cambia la vida por completo"
Asumir lo que le estaba pasando conllevó a que pasara por un proceso largo y doloroso. "Me costó mucho asumirlo porque te cambia la vida. Mi mujer y yo nos quedamos un poco en shock", confiesa. "Tenía dolores antes del diagnóstico, pero para mí no eran suficientes como para ir al médico... y ese fue el error que cometí al no preocuparme a tiempo", añade.
La operación y el ingreso posterior fueron especialmente duros para Carlos: "Estás aislado del mundo, en la rea lo pasé muy mal, fueron cinco días muy duros. Me derrumbé psicológicamente. La mayoría de la gente se cree que podemos con todo, pero no es tan fácil".
Por esa razón, Carlos decidió buscar ayuda profesional. "Me puse en manos de un psicólogo, y gracias a él estoy aquí con la cabeza bastante amueblada", apunta. Al mismo tiempo, contó con el respaldo de los voluntarios de la Asociación Española Contra el Cáncer. "Visitaban las habitaciones de la planta y nos explicaban paso por paso lo que deberíamos hacer. Te ofrecen ayuda psicológica, y vi la opción con buenos ojos", sostiene.
El tabú del cáncer y la fuerza de la familia
Velasco reflexiona sobre cómo la palabra "cáncer" sigue siendo, en muchos casos, un tema difícil de digerir: "Me costó mucho hablar de ello. Parece que no quieres que la gente se entere. La palabra cáncer ha sido tabú hasta hace muy poco, y no tiene por qué serlo, ya que todos los años salen avances nuevos, y hay pastillas para hacer frente a la enfermedad".
Siete años después del diagnóstico, Carlos lleva una vida prácticamente normal. "Afronto el futuro con optimismo", dice con una sonrisa. Aun así, no olvida los momentos más complicados: "Sacas ese mal humor, y lo pagan los familiares y amigos. A veces me preguntaba por qué tenía que pasarme esto a mí". El apoyo de los suyos fue clave. "Mi mujer y mi hijo me apoyaron en todo al 100%. Aunque intenté aislarme... ves que es necesario contactar con los amigos", explica.
"El oncólogo me salvó la vida"
El proceso de recuperación tampoco fue fácil. "Volví a trabajar y no podía coger mucha carga. Te quedas muy débil tras la operación. Me costaba ir al baño, estaba sondado, y tenía unos protectores, unos pañales... Tu vida sexual cambia también por completo, ya no tienes la capacidad que tenías antes", reconoce con honestidad. Cada año, Carlos pasa por una revisión médica: "Tengo una revisión anual, ahora me toca en el mes de noviembre, me pongo nervioso solo de pensarlo. El oncólogo me salvó la vida".
De hecho, esa experiencia le llevó a implicarse en la misma asociación que lo acompañó durante su enfermedad. "Me hice socio y voluntario de la AECC. Me pesa no haberme interesado antes por la misma. Hago voluntariado en los hospitales, en las plantas de oncología. Es algo maravilloso: es un ambiente único y familiar, hay muchas confesiones. Eso sí, tienes que dejar esa 'mochila' en el hospital para poder irte a casa tranquilo", reconoce. Por último, lanza un mensaje de esperanza: "Recomiendo al paciente que vaya al médico lo antes posible si siente molestias. Coger el cáncer a tiempo es clave. Un análisis de sangre es primordial; cuanto antes lo sepas, mejor".
A esta reflexión añade la importancia que tiene participar en la Marcha Contra el Cáncer, que se celebra el próximo domingo en Valladolid. "La Marcha Contra el Cáncer es beneficioso para los que participan y para los que no… también. Valladolid se vuelca con la marcha, cada año se reúnen 50.000 personas. En Valencia o en Sevilla no lo consiguen. Las otras delegaciones se preguntan cuál es nuestro truco y nosotros les decimos que esto se consigue a base trabajo, trabajo y trabajo".
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