Eusebio Sacristán: "He estado hundido, pero la vida me dio una oportunidad para sobrevivir que no desaproveché"

El exjugador y actual entrenador de la selección de la Federación de Castilla y León de Fútbol relata a MÁS TRIBUNA cómo es su día a día cinco años después de su fatídico y desagradable accidente en un establecimiento de Valladolid

imagen
Eusebio Sacristán: "He estado hundido, pero la vida me dio una oportunidad para sobrevivir que no desaproveché"
Eusebio Sacristán posa tras la entrevista. Sergio Borja.
El autor esAlejandro De Grado Viña
Alejandro De Grado Viña
Lectura estimada: 9 min.

Es difícil saber cuál puede ser el antes y el después de la vida de una persona cuando la misma, con sacrificio y trabajo, triunfa allá donde va. Quizás es el destino que no quiere que haya tantas alegrías o, quizás, como dice nuestro protagonista, es la vida la que te genera ese obstáculo que, afortunadamente, desconoces.

Eusebio Sacristán (La Seca, 1964) sufrió una caída fortuita en un establecimiento un día antes de que cayera la Nochevieja del año 2020. Un traumatismo craneoencefálico le dejó diez días en coma inducido al tener un coágulo en la cabeza que tuvo que tratarse en el Clínico de Valladolid y, semanas después, en el Instituto Guttmann de Barcelona.

Desde entonces, su vida ha cambiado hasta el punto de que la sonrisa apareció en su cara cuando se dio cuenta de que podría volver a entrenar, algo que ha hecho con las camisetas del Real Valladolid, Atlético de Madrid, y FC Barcelona, entre otros. Ya como entrenador, retoma, poco a poco, la rutina, gracias a la Federación de Castilla y León de Fútbol y de su Fundación, su buque insignia para seguir cumpliendo sueños.

En esta entrevista, concedida a MÁS TRIBUNA, narra cómo ha sido enfrentarse a la vida, pasando por asumir que no podía expresarse en condiciones ante las personas que más le quieren, a los cuales ha sido el propio Eusebio quien ha ayudado para ver, por fin, la luz al final del túnel.

PREGUNTA: ¿Le duele recordar lo que le pasó aquel inolvidable 30 de diciembre del año 2020?

RESPUESTA: No. Es una parte de mi vida. Lo que me pasó... forma parte de mi vida. Es un proceso con el que he convivido. Es cierto que estuve muy mal y muy tocado. Me preguntaba, cada día, cómo iba a ser ese Eusebio Sacristán durante la recuperación. Y, sobre todo, cuándo iba a tardar en recuperarme. Pero, pasado un tiempo, ahora estoy orgulloso de todo lo que me ha pasado en la vida porque es la vida la que me lo ha dado.

De hecho, como la vida me había dado tanto, pensaba que era una prueba que me había puesto para ver si era capaz de superarla. Creo que el universo quería que supiera que no es oro todo lo que reluce. Aun así, pensé que tenía que luchar por ello hasta el punto de que me alegra poder contar lo que pasó porque, una vez más, he podido sacar adelante una situación adversa, como otras, salvando las distancias, que me han podido pasar como jugador o como entrenador.

P: Afortunadamente está aquí para contarlo, ¿pero le ha costado mucho poder recuperar la normalidad?

R: Sí, me ha costado mucho. He estado hundido. Y estar hundido, durante tanto tiempo, pasa factura. Ha sido muy complicado poder recuperar la normalidad. Son momentos difíciles e, incluso, podemos definirlos como apagados porque no veía esa luz al final del túnel, pero ahora la alegría se ha apoderado de mi cuerpo.

Sentirme así hace que pueda plantearme ciertas cosas, como la de volver no solo a entrenar, sino a vivir. La vida me dio una oportunidad para sobrevivir que no desaproveché.

P: En este sentido, le recuerdo que, en varias ocasiones, ha pedido a la vida volver a ser feliz. ¿Ahora se siente así?

R: Sí, ahora soy feliz. Estoy recuperado al 99 por ciento. He de reconocerte que aún me faltan palabras en mi vocabulario para poder expresarme en condiciones. Quiero hablar con más claridad. De hecho, creo que a todo el mundo le gustaría, accidentes o no accidentes de por medio, poder hablar mejor, como es mi caso.

Por eso, tengo claro y, cada vez se lo digo a más gente, que todo lo que pedimos en la vida, aunque cueste, se acaba cumpliendo. Lo transmitiré siempre. Hay mucha gente joven a la que les entran las dudas de lo que hacer o no hacer en la vida. Ellos tienen en sus manos conseguir todo lo que se propongan. De hecho, depende de ellos mismos.

P: ¿El accidente sufrido le ha cerrado puertas en su vida? ¿Algún proyecto que no ha podido llevar a cabo por lo que pasó?

R: Tenía una ilusión. Pero, claro, tras el accidente, me pregunté: '¿Y ahora qué?'. Tuve, durante mi recuperación, mucho tiempo libre. Y pensé en el fútbol porque es a lo que me he dedicado toda mi vida y creo que es lo que mejor se me da. Vi muchos partidos.

Recuerdo que, antes del accidente, no paraba de entrenar. A eso es lo que me quería seguir dedicando porque pienso que se me iba a dar muy bien haya pasado lo que haya pasado. Se lo pedí a la vida, y la vida me lo regaló. Mi primer proyecto será entrenar a la selección de la Federación de Castilla y León de Fútbol.

P: Al menos, le han sabido entender porque otros equipos o federaciones no lo hicieron...

R: No solo me han entendido, sino que también me han escuchado.

P: ¿Qué objetivos tiene?

R: Creo que este es el puesto ideal para volver a entrenar. Mi sueño era retomar la rutina, el contacto con jugadores, cuerpo técnico... En definitiva, lo que he hecho toda mi vida. Nací en La Seca, vine a estudiar a Valladolid y ahora volveré a representar a mi tierra, como hice en anteriores ocasiones, por los campos de fútbol.

La Federación ha vuelto a llamar a mi puerta, sabiendo que yo ya estaba preparado para entrenar.

P: También veo que la vida le ha devuelto la alegría a la gente que más le quiere, a la gente con la que más ha estado, a su círculo más cercano. No sé si usted se sentirá identificado conmigo, por eso le pregunto, ¿no ha sufrido más por cómo estaban ellos que por cómo estaba Eusebio Sacristán?

R: Entiendo lo que me quieres decir y en parte me siento identificado contigo. He querido ayudar a las personas que han estado conmigo durante todo este proceso. Y les insisto: ‘Todas las cosas que nos pasan dependen de nosotros’. Por esa razón, ahora depende de mí, y de las decisiones que yo tome, las cosas que puedo hacer.

Si hay cosas que uno piensa que puede hacer para sentirse mejor, uno debe tomar la decisión de hacerlas pase lo que pase. Si piensas que todo eso te va a beneficiar, haz un esfuerzo porque merecerá la pena. Es cierto que en la vida hay momentos difíciles ¡Cómo no! Todos los vivimos. Ahora me doy cuenta de las cosas que he hecho y de las cosas que he podido hacer mejor, y eso requiere un trabajo extra.

P: ¿Su día a día ha cambiado?

R: He invertido tiempo, como te he dicho, en ver partidos, pero también en estar con la familia, en estar con mis hijos, con mis nietos... Soy de esos abuelos que están profundamente enamorados de esos pequeños (ríe). Ellos viven en Sitges, pero creo que donde voy a estar más ocupado es en Valladolid. De hecho, últimamente ya estaba más aquí que allí de la mano de mi hermana Tere, que ha estado conmigo durante toda mi carrera.

Javi, 'One', Juan Carlos, y Torres Gómez son otros de los amigos con los que pasó mucho tiempo. No me olvido nunca de mi Fundación Eusebio Sacristán, de Crespo, de Gemma... Estamos en un lugar privilegiado y espectacular, donde podemos realizar una gran labor. Recuerdo que los inicios en la fundación estuvieron relacionados con las escuelas de deporte inclusivo. Cuando estaba tocado, también vine porque todo influye, y todo venía bien para recuperarme.

P: El 'Fútbol Andando' es un ejemplo...

R: Es un ejemplo... ¡para los que ya no somos tan jóvenes! (ríe). Ha aparecido una modalidad futbolística que beneficia, sobre todo, a todos los que nos cuesta correr… Ahora, aunque cueste reconocerlo, se puede jugar al fútbol sin correr, y no me refiero al ámbito profesional, sino a nivel fundación.

De hecho, a la persona que tiene el balón en su poder se la deja avanzar porque nadie le va a hacer ninguna entrada. Dile a tu padre que le encantará probarlo (vuelve a reír). ¡Yo también lo juego!

P: ¿El deporte inclusivo le ha ayudado en su recuperación?

R: Sí, mucho... Cuando venía a la fundación, me di cuenta de que estaba haciendo lo mismo que hacía antes, pero con niños. Es decir, jugar al fútbol. Participaba en las actividades, en los partidos, en los ejercicios... Y todo esto lo hacía sin hablar porque aún no podía expresarme. Son momentos que jamás olvidaré.

También tengo una bodega en Toro, donde he estado implicado junto a mi hijo. Me ayudó para poder relacionarme con el resto de la gente, aunque era él el que hablaba mientras yo le apoyaba en las decisiones que iba tomando. La bodega nació cuando acabó mi carrera como jugador y dejé que siguiera su camino hasta que uno se da cuenta de la cantidad de cosas que se han hecho mientras yo estaba entrenando.

En esta fase, te tengo que contar que, a la vez, también he estado jugando al pádbol con Juan Carlos, ‘One’, Álvaro Rubio, Víctor, Rodrigo... Nos juntamos tres días a la semana en las instalaciones que regenta Isailović. Como unos juegan bien al pádel y otros juegan bien al fútbol, decidimos jugar a esa modalidad que une ambos deportes. Al Centro de Deporte y Ocio (CDO) de Covaresa también estoy yendo.

P: Veo que son muchas las personas que han estado a su lado. ¿Los clubes también le han acompañado en este duro camino?

R: Sí, vi que muchos me apoyaron cuando se produjo el accidente. El Real Valladolid tuvo un detalle precioso. Aún tengo en mi cabeza cuando me vieron en Pedrajas, pese a que, hasta ese momento, yo solo había jugado en el CD La Seca. Con 15 años ya estaba en el Club. Al principio, me costó jugar, pero cuatro años después pude subir al primer equipo. Recuerdo que el 1 de enero del 1984 debuté en Primera División de la mano de García Traid. Me enfrenté a Cardeñosa, al que tanto admiraba de pequeño.

Miré al cielo, y le di las gracias, porque había conseguido lo que me había propuesto: ser algún día un futbolista profesional.

A partir de ese momento, todo siguió su camino hasta el punto de conseguir el que es, hasta la fecha, el único título en la historia del Real Valladolid: la Copa de la Liga. En el 1986, me proclamé en Valladolid campeón de Europa con la selección sub21, algo que nunca había conseguido. Ese año el Barcelona perdió la Copa de Europa en Sevilla ante el Steaua de Bucarest y, después de pasar por el Atlético de Madrid, vestí la camiseta azulgrana, de nuevo, de la mano de Ramón Martínez.

P: Y con Johan Cruyff de entrenador...

R: Efectivamente. Johan Cruyff era el entrenador, al que le debo todo... Su forma de entrenar, sus famosos triángulos con los que buscábamos al jugador que estaba libre, al que estaba sin marca... Tampoco me olvido de su modelo de juego, con el que triunfó: el 3-4-3. Vi que había cuatro posibilidades de jugar en el medio del campo, y sabía que podía tener una oportunidad.

Años después, y ante la Sampdoria, nos proclamamos campeones de Europa. En la prórroga, me hacen una falta y fue Koeman el que la convirtió. ¡Qué sufrimiento! Pero lo conseguimos. Aquel día, sí, volví a mirar al cielo... tal y como he hecho siempre, como hice también después del accidente... Cruyff me inspiró tanto que fui entrenador y siento entrenador, el tercer técnico en concreto del primer equipo, volví a alzar la Champions League en el año 2006 con Rijkaard.

¿Qué pensé después de lo que pasó? Que tenía que seguir entrenando. Ramón Martínez volvió a llamarme para el Celta, aquel Celta que salvamos con goles de un debutante: Iago Aspas. Le di la oportunidad y fue él el que la aprovechó. Difícil olvidarme de aquel partido cuando estuvimos cerca de descender a Segunda División B con un Club, además, tocado en el ámbito económico. Sé que Aspas tampoco lo olvida.

P: Aprovecho que habla de su etapa como entrenador, para preguntarle por el descenso del Real Valladolid. ¿Le ha dolido todo lo que ha pasado?

R: Sí, ha sido muy triste todo lo que ha pasado. Ha sido una temporada muy floja. Y, aun así, la afición está volcada con el equipo. Hay un montón de niños abonados arropando al Club de mi vida. Ahora, como están haciendo, hay que seguir apoyando al Real Valladolid.

Estoy seguro de que viviremos momentos más felices. Hay que levantarse de nuevo. Volverá esa época porque ya nos estamos ilusionando con todos los cambios que están introduciendo. La nueva propiedad debe ser ambiciosa porque este Club merece estar en la máxima categoría del fútbol. Ahora solo falta que se lo crean.

0 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App