Espabilados y resentidos
La opinión de Diego Jalón, como cada viernes, en TRIBUNA
Muy mal tienen que estar las cosas en casa cuando Pedro, "aunque ustedes no se lo crean yo no soy perfecto", decide que lo mejor que puede hacer un domingo de finales de junio a media tarde es plantarse delante de una sala de prensa vacía para intentar despertar a los españoles de la siesta contándoles otra trola, esta vez sobre el gasto en defensa. Les confieso que yo lo vi en diferido, porque como cantaba Paco Ibáñez, "la música militar nunca me supo levantar". Gesticulaba el presidente mirando a un lado y a otro, como si estuviera frente a una nube de periodistas, para contarnos que él solito le había echado un pulso a la OTAN y lo había ganado.
Y que, aunque la decisión unánime de los socios de la OTAN es aumentar hasta el 5% el gasto en defensa de aquí a 2035, Pedro ha decidido que él puede cumplir con todos los compromisos de España gastando bastante menos de la mitad que todos los demás. Como ha dicho el primer ministro belga, "es un genio". Nos contó además que al secretario general de la alianza le parecía muy bien la idea y que le había escrito una carta dándole el OK y la enhorabuena.
Salvo para la inescrutable mente de nuestro presidente la cosa olía a chamusquina. Y efectivamente, una vez leída la carta de Rutte, nada inducía a pensar que la OTAN iba a permitir a España pasarse por el forro de los cojones de Sánchez el compromiso adquirido por el resto de los socios. Que, por cierto, tienen todos sus estados del bienestar, muchos de ellos bastante más eficaces que el nuestro, a los que ninguno ha anunciado que vaya a renunciar. Dos días después, en la cumbre de la Haya, Sánchez ha firmado la declaración conjunta en la que "los socios de la alianza se comprometen" a alcanzar ese 5%. Pero Sánchez nos dice que eso no nos concierne, porque no pone "todos los socios". Hay que joderse con lo espabilado que es el tío. Como para firmar con él un contrato. Bueno, no pasa nada, ya lo pagará Feijóo.
Otro que también es muy espabilado es su amigo Santos Cerdán, Dios los cría y ellos se van de gira en un Peugeot. Santos también firmó un contrato, o un documento, por el que compraba una empresa. Primero nos dijo que el documento no existía. Y ahora que no tiene validez legal. Pero yo creo que tiene algo más de validez que la palabra de un tipo que dice que no se reconoce en los audios en los que le ha reconocido toda España. El documento son cuatro páginas firmadas por Cerdán y el dueño de Servinavar, mediante el cual, y a cambio de un pago de 6.000 lereles, Santos adquiere el 45% de la constructora a la que el gobierno de su apadrinada María Chivite adjudicó contratos millonarios.
Y si algo resulta llamativo y nos permite intuir el grado de espabilado que calza el amigo Santos, es la fecha en la que se firmó el documento: 2016. Vamos que antes de emprender el viaje en el utilitario de marras, qué estigma para la marca del león, Santos ya estaba pergeñando una trama para convertirse a la vez en corruptor y corrompido y no dejar un duro para nadie, trincando desde un lado y desde el otro. Dicen por ahí que el poder corrompe, pero Cerdán le ha dado la vuelta al aforismo para convertirlo en algo así como hay Santos capaces incluso de corromper al poder.
Otro espabilado es el mejor amigo de los jueces, pero sobre todo de su fiscal general, Félix Bolaños, entre otras cosas ministro de Justicia. Ya le vaticinó Cayetana Álvarez de Toledo, que le ha bautizado acertadamente como "el bulócrata", que acabaría enfrentándose a una imputación en el Supremo. Hasta Bolaños le reconoció en el Congreso el "tino de su bola de cristal", aunque luego deseó que se le rompiera. El juez Peinado ha pedido al Supremo que le investigue por malversación y por mentirle a la cara. Buen verano, nos deseó Bolaños, no sé si con algo de ironía.
Puede ser que el Supremo no atienda la petición de Peinado o puede que sí, ya veremos. Pero de momento la Audiencia ya le ha dado la razón a Peinado, anula la declaración como testigo de la asistente personal de Begoña y le pide al juez que la cite como investigada al haber indicios más que suficientes. La fiscalía europea investiga también a Barrabés, ese empresario ejemplar que patrocinaba las actividades empresariales de la mujer de Sánchez, mientras esta le firmaba cartas de recomendación para conseguir adjudicaciones de contratos públicos.
Tal vez consciente de que con todo esto se va haciendo cada vez más estridente el desparpajo con el que Begoña quería hacer carrera y cartera a base de vender transformación social competitiva, Bolaños anda más prudente que de costumbre. Y ahora lo fía todo a la justicia e imparcialidad de un Tribunal Supremo al que no hace tanto poco menos que acusaba de prevaricar por imputar a su obediente fiscal general. O tal vez no quiera echar más leña al fuego de una hoguera en la que el ministro, ahora en manos de esos jueces a los que quiere despojar de sus funciones de instrucción, tema acabar más calcinado que la mano de María Jesús Montero.
Dividía Umberto Eco a los intelectuales europeos en apocalípticos e integrados. Pero a los socialistas españoles, que desde luego son poco intelectuales y cada vez menos europeos, podemos ahora dividirlos en espabilados, entre otros los ya citados, y resentidos, según los ha definido Óscar Puente desde la tranquilidad de su baja por paternidad. ¿Y quiénes son estos resentidos? Pues hasta ahora casi se podían contar con los dedos de una mano sin quemar: Page, Lambán, Madina, Felipe, Alfonso Guerra, Lobato... Pero esta semana se han vuelto legión.
Nada menos que 38 exministros y ex altos cargos del PSOE le han escrito, como Rutte, una carta a Pedro Sánchez. Le piden su "inmediata renuncia" como secretario general del partido por los casos de corrupción vinculados a personas de su "máxima confianza, como lo han sido los dos últimos secretarios de Organización", que según explican "se suman a una práctica de Gobierno caracterizada por espurias decisiones políticas que han supuesto una efectiva mutación de nuestra Constitución. Nos referimos, entre otros aspectos, a la prórroga injustificada de los Presupuestos Generales del Estado, la progresiva marginación del Poder Legislativo, el reiterado incumplimiento de los compromisos electorales, el deterioro del Estado de Derecho, el ejercicio discrecional del Poder Ejecutivo, la ocupación de los órganos de control del Estado, las negociaciones opacas sobre una Ley de Amnistía a medida de las exigencias de un prófugo de la Justicia y la alarmante falta de transparencia en la gestión pública". No sé si Pedro la entenderá, o si al no estar en inglés necesitará un traductor.









