Estados Unidos entró de forma abrupta en el conflicto entre Israel e Irán, tras llevar a cabo un ataque coordinado sobre tres de las principales instalaciones nucleares iraníes. La ofensiva fue ordenada por el presidente Donald Trump, quien advirtió que, si Irán no opta por la paz de inmediato, los próximos ataques serán "mucho más grandes y más fáciles".

El bombardeo tuvo lugar apenas dos horas después de que el mandatario aterrizara en la Casa Blanca a bordo del helicóptero presidencial Marine One, tras pasar el día en su club de golf en Nueva Jersey. A las 19:50 (hora local), Trump sorprendió al mundo anunciando a través de la red Truth Social que las Fuerzas Armadas de EE.UU. habían ejecutado con éxito una operación contra las instalaciones nucleares de Fordó, Natanz e Isfahán.

"Una carga completa de bombas fue lanzada sobre Fordó", escribió, refiriéndose al principal centro subterráneo de enriquecimiento de uranio de Irán. Según fuentes del Departamento de Defensa, en este lugar se habrían utilizado bombas anti-búnker GBU-57, conocidas como "rompe-búnkeres", nunca antes empleadas en combate real.

Un mensaje desafiante a Teherán

En un mensaje televisado horas más tarde, Trump compareció junto al vicepresidente JD Vance, el secretario de Defensa Pete Hegseth y el secretario de Estado Marco Rubio, instando al régimen iraní a no responder militarmente. "Irán, el matón de Oriente Medio, debe ahora elegir la paz. Si no lo hace, los próximos ataques serán más grandes y más rápidos", afirmó el presidente con tono desafiante.

El mandatario aseguró que ha trabajado estrechamente con el primer ministro israelí Benjamín Netanyahu durante los días previos al ataque. "Hemos actuado como un equipo, como quizá nunca antes se ha visto", señaló.

Fuentes de la Casa Blanca confirmaron que Estados Unidos notificó previamente a Israel sobre la ofensiva, y que Trump mantuvo una conversación telefónica con Netanyahu después del bombardeo. Esta cooperación estrecha entre Washington y Jerusalén ha sido clave desde que Israel inició su ofensiva el pasado 15 de junio, atacando varias instalaciones nucleares iraníes y eliminando a buena parte del alto mando militar de Teherán.

Misiles Tomahawk y bombarderos B-2

El ataque estadounidense se llevó a cabo con un amplio despliegue militar. Según fuentes del Pentágono, bombarderos estratégicos B-2 Spirit, armados con bombas de gran tonelaje, atacaron la instalación de Fordó, mientras que submarinos de la clase Ohio lanzaron una treintena de misiles Tomahawk sobre los complejos de Natanz e Isfahán.

"El objetivo era claro: destruir la capacidad de enriquecimiento nuclear de Irán y eliminar la amenaza que representa para la seguridad global", declaró Trump. "Los ataques fueron un éxito rotundo. Las principales instalaciones nucleares iraníes han sido completamente destruidas".

El ataque se planificó con un alto nivel de secretismo. Se eligió una noche de luna menguante para minimizar la visibilidad, y se emplearon estrategias de despiste para desviar la atención de los observadores militares. Mientras algunos bombarderos B-2 eran detectados dirigiéndose al Pacífico en un aparente ejercicio rutinario, otro grupo despegaba en secreto desde la base aérea de Whiteman, en Misuri, rumbo a Oriente Medio.

Tensiones internas en EE.UU.

La operación ha generado tensiones dentro de la política estadounidense. Aunque Trump ha sido históricamente crítico con las intervenciones militares en Oriente Medio, este ataque ha generado preocupación incluso dentro de su propio movimiento. Parte de la base del MAGA y congresistas republicanos como Thomas Massie criticaron duramente la acción, considerándola una violación constitucional por no contar con autorización del Congreso.

Desde el ala demócrata, también surgieron voces que cuestionaron la legalidad del ataque, al recordar que la Constitución reserva al Congreso el poder de declarar la guerra.

Irán amenaza

El ministro iraní de Exteriores, Abás Araqchí, afirmó este sábado que Irán se reserva "todas las opciones" para defenderse tras el ataque de Estados Unidos contra sus instalaciones nucleares, que aseguró que "tendrán consecuencias duraderas".

De conformidad con la Carta de las Naciones Unidas y sus disposiciones que permiten una respuesta legítima en defensa propia, Irán se reserva todas las opciones para defender su soberanía, sus intereses y su pueblo, dijo en X Araqchí.

El jefe de la diplomacia iraní afirmó que Estados Unidos ha cometido "una grave violación de la Carta de las Naciones Unidas, el derecho internacional y el TNP al atacar las instalaciones nucleares pacíficas de Irán" como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas.

Calificó los ataques de "indignantes" y aseguró que "tendrán consecuencias duraderas".