El arzobispo de Valladolid, monseñor Luis Argüello, ha pedido que las primeras comuniones de los niños de la diócesis no se conviertan en "mini bodas". En su carta pastoral de la primera quincena de mayo el también presidente de la conferencia episcopal ha llamado a una "operación rescate" de este sacramento.

"Para muchos niños, lo he podido comprobar en diálogos con niños y niñas de tercero o cuarto de primaria en estas semanas de visita pastoral a los colegios, tienen la expectativa del día de la Primera Comunión como el de una fiesta en la que van a recibir muchos regalos, hasta el punto de que los mismos tapan el gran regalo que es Jesús o le sitúan en un puesto secundario", ha escrito el arzobispo.

Cree Luis Argüello que en este "acontecimiento" la propia comunidad parroquial queda "extraordinariamente diluida". Pide el arzobispo en su carta pastoral quincenal que la Primera Comunión sea "verdaderamente un momento singular de encuentro de los niños con Jesús sin que otras cosas los despisten o inviten a poner la mirada en otro tesoro". Asimismo, Argüello cree que el sacramento debe ser celebrado en domingo, "como día en el que los católicos nos reunimos para celebrar al Señor”.

Y continúa: "No hagamos de nuestras celebraciones una 'mini boda', una fiesta exagerada que desvirtúe y devalúe el significado que la comunidad cristiana da al domingo y a la celebración de la Primera Comunión. Así tendremos la oportunidad de que los niños sean también invitados a vivir la caridad con las personas que tienen cerca, pero también con tantos niños y niñas que lejos de nosotros carecen de lo imprescindible para vivir".

Por último, el arzobispo de Valladolid concluye su carta diciendo que es "legítimo" que se organice una fiesta en torno a la Primera Comunión, pero puntualiza: "Hagamos fiesta, pero situada en esta celebración en el seno de la comunidad cristiana, con la sencillez propia de una fiesta que no pone tanto el acento en las cosas externas, en el dinero que gastamos en ella, sino en la alegría de sabernos hermanos convocados por Jesús a la Eucaristía", concreta.