El negocio de las palmas, cada vez menos visitado: "El tiempo es nuestro enemigo"

A 48 horas del Domingo de Ramos, los negocios de venta de palmas apuran las últimas ventas para dar la bienvenida a la Semana Santa en Valladolid

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IMAGEN: Sergio Borja.
Lidia Alonso González
Lidia Alonso González
Lectura estimada: 2 min.
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La procesión de la Borriquilla del Domingo de Ramos es recibida tradicionalmente por las palmas ondeantes en manos de los más pequeños vallisoletanos. Sin embargo, las dificultades a las que se enfrentan los puestos de venta de palmas en época de Semana Santa cada vez son mayores.

Teresa Redondo, propietaria de uno de los puestos de venta de palmas de Semana Santa que se ubica en la Plaza de España, cercano a la calle Duque de la Victoria es la tercera generación encargada del puesto, "mi hija ya es la cuarta generación", asegura a TRIBUNA Valladolid.

Aunque el recibimiento del paso de La Borriquilla por las calles vallisoletanas aun sigue protagonizado por las palmas, nada tiene que ver en comparación con otros años. Además, "la economía y la subida de precios este año también se ha notado". A todo esto, se sumó la tractorada que se desarrolló en las inmediaciones del puesto el viernes 21, y que tal y como comentaba la vendedora, no favoreció al número de ventas que se esperaban para ese día.

Aun así, Teresa asegura que tratan de coger un menor número de artículos "para así no tener tantas pérdidas", pues "es un artículo con fecha de caducidad, como una planta".

Por su parte, el puesto de los Hermanos Galicia, el más próximo al quiosco de la Plaza de España, apunta que la tradición de que los padres compren palmas a sus hijos para el Domingo de Ramos y el resto de la Semana Santa "no se ha perdido", sino que "en este negocio dependemos del tiempo, si sigue así hasta el domingo, venderemos bien", situando la lluvia y el agua como "nuestro principal enemigo".

En un 2024 donde los precios de todo aquello relacionado con la Semana Santa se ha incrementado notablemente respecto a otros años, el negocio de las palmas también se enfrenta a ese desafío: "Los precios de las palmas que vendemos no han subido para el público, sí para nosotros", asegura la vendedora.

La familia Galicia, también dispone de los carruseles que se sitúan al lado del Campo Grande para aumentar sus beneficios, "cuando acabe aquí, me voy a los carruseles que pertenecen a la familia", finaliza.

1 comentario

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usuario anonimo 3/23/2024 - 3:00:08 PM
En mi época de juventud (tengo 85 años) el domingo de ramos, era una diferenciación de clases sociales, los niños pobres acudíamos a la misa con un ramo de laurel, del que pendían cosas de provecho, alguna rosquilla casera, alguna fruta que comeríamos de postre algún caramelo y del ramo de laurel se aprovechaban sus hojas para los condimentos de guisos caseros. Por otro lado estaban los niños ricos, estos acudían a la misa con su ramo de palmera, que después se colocaba en la fachada de la casa en que vivían, para que todo el mundo supiera que ali vivía alguien de posibles que ese domingo había lucido palmera. Todavía hoy en día se ven algunas palmeras luciendo en el exterior de las viviendas. No se si lo publicareis, pero como yo piensa muchas personas
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