El Real Valladolid volvió a tropezar en casa y a pagar muy caro su falta de contundencia ofensiva. Cuando el empate parecía inamovible, el Andorra aprovechó el tiempo añadido para llevarse los tres puntos del José Zorrilla gracias a un tanto de Min-su Kim en el minuto 92, culminando un ejercicio de paciencia y resistencia ante un rival incapaz de cerrar el partido.
Tras el triunfo logrado en la jornada anterior frente al Huesca, el técnico Guillermo Almada apostó por repetir once inicial, confiando en dar continuidad a la mejoría mostrada. El equipo arrancó con intensidad, presionando arriba y tratando de imponer ritmo desde los primeros minutos, lo que le permitió generar una ocasión clara muy pronto, aunque sin acierto.
Con el paso de los minutos, el Andorra fue ganando confianza, equilibró la posesión y comenzó a acercarse al área local, obligando a la zaga vallisoletana a mantenerse en alerta constante. El encuentro entró en una fase de máxima igualdad, con oportunidades repartidas y protagonismo creciente de los porteros, que evitaron que el marcador se moviera antes del descanso.
La segunda parte mantuvo el mismo guion: ocasiones claras desperdiciadas por el Real Valladolid y un Andorra firme, ordenado y convencido de que su oportunidad acabaría llegando. La falta de puntería de los locales fue transformándose en nerviosismo y precipitación, mientras el conjunto visitante se mantenía fiel a su plan.
Ni los cambios alteraron la dinámica de un partido que avanzaba sin goles y con la grada perdiendo la fe. Y cuando el reloj se agotaba, el Andorra encontró el premio a su perseverancia. Min-su Kim aprovechó un desajuste defensivo para batir a Guilherme con un disparo raso y silenciar el estadio.
El tanto desató la frustración en el banquillo y en la afición, que volvió a marcharse del José Zorrilla con sensación de déjà vu y críticas hacia el técnico uruguayo. Una derrota dolorosa que confirma las dificultades del Real Valladolid para ofrecer una actuación sólida ante su público y que permite al Andorra romper su mala racha con un triunfo tan sufrido como valioso.








