El Pucela se atasca en Cádiz

Los de Guillermo Almada, que rondaron la victoria en algún tramo del partido, se bloquearon en los últimos metros en el Nuevo Mirandilla (0-0)

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El Pucela se atasca en Cádiz
Sergio Delgado lucha por un balón. LaLiga Hypermotion.
El autor esAlejandro De Grado Viña
Alejandro De Grado Viña
Lectura estimada: 3 min.
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El Real Valladolid empató (0-0) ante el Cádiz en el Nuevo Mirandilla. Los de Guillermo Almada que, exceptuando el descuento, acabaron mejor el encuentro que su rival, se bloquearon, sobre todo en los últimos metros, y no lograron definir ante un Víctor Aznar que tuvo que intervenir para desviar un remate de Amath que pudo ser el tanto de la victoria. Su homólogo, Guilherme Fernandes, también se vistió de héroe en un par de ocasiones cuando el conjunto que dirige Gaizka Garitano ya estaba celebrando el gol. 

PRIMERA PARTE INOPERANTE

Fue el Cádiz el que se adueñó del balón. Al menos, en los primeros 20 minutos del primer tiempo. El Pucela, que apenas se acercaba a portería contraria, tampoco estaba sufriendo un acoso y derribo, pero sus constantes imprecisiones en el centro del campo y en la zaga a la hora de sacar el balón jugado, daban alas a la inoperancia, que cobraba protagonismo. Es decir, que el plan de partido de Almada no estaba funcionando. 

Tomeo, más nervioso de lo habitual, falló varios pases y, junto a Juric, quizás su peor partido de la temporada, no eran capaces de enlazar dos jugadas seguidas. De hecho, tuvo que ser Marcos André el jugador que venía a recibir para que el balón cruzara el medio del campo. Ponceau, menos participativo en comparación con el encuentro ante el Granada, tampoco estaba solucionando los problemas y el Cádiz, que le estaba pasando factura sus últimos encuentros, por fortuna, no estaba aprovechando cada balón en forma de regalo blanquivioleta.

Es más, las intentonas de Ocampo y de Caicedo se esfumaron y solo un remate desviado de cabeza de Marcos André abría el camino a la esperanza: a creer en la segunda mitad. Y ese mensaje fue posible gracias, entre otras razones, al paradón de Guilherme, prácticamente a bocajarro, que evitó el tanto de Álvaro García, que se quedó con las ganas. El cuero salió rebotado al larguero y el colegiado pitó, acto después, el descanso.

UN BLOQUEO SIN PREMIO

La reanudación le sentó mejor al Real Valladolid. O eso, al menos, es lo que parecía. Los jugadores de Almada salieron con otra energía, con otra chispa. El remate de Guille Bueno con su pierna menos buena ya avisaba al Cádiz de que el Real Valladolid era otro tras el paso por los vestuarios. Sin embargo, se fue diluyendo como si fuera un azucarillo hasta el punto de que otra intervención de Guilherme, esta vez ante Iuri Tabatadze, puso a los suyos en los pies en el suelo, que fue algo que, con el paso de los minutos, sirvió para reaccionar.

Aun así, las constantes imprecisiones en el centro del campo no permitían al Pucela avanzar. Tampoco los cambios de Almada que, a pesar de que surtieron efecto porque la balanza estaba decantándose hacia el lado visitante, sorprende que quitara a Marcos André en el minuto 56 y mantenga a Jorge Delgado todo el partido, cuando el joven canterano no estaba siendo de la partida. Es más, las alternativas de Tenés y Arnu tampoco parecían valerle al técnico uruguayo que metió sin sentido alguno al '19' en el añadido. Surrealista.

Entre tanto, el Pucela lo intentó. Seguía bloqueado en la creación, pero se acercó con peligro a la portería de Aznar. Un disparo de Biuk salió por poco y otra de Bueno, que no llegó a definir, dejaban un buen sabor de boca a los blanquivioletas que, a pesar de las decisiones controvertidas de su entrenador, no estaban tan lejos de poder llevarse la victoria. Es, concretamente, en este tramo cuando surgió la oportunidad de Amath que solventó el portero cadista y luego su defensa para evitar el tanto pucelano, además de tapar en el rechace a David Torres, que se quedó con la miel en los labios.

La entrada de Ontiveros, minutos después, no varió demasiado un partido que deja al Pucela con sentimientos encontrados. Por un lado, está su buena predisposición, sobre todo, en la segunda mitad cuando parecía que podía llevarse el partido. Y, por otro lado, están las constantes imprecisiones que tratará de evitar el próximo viernes si quiere superar a la Unión Deportiva Las Palmas, que llega al José Zorrilla tras ganar al Racing de Santander y afianzarse en puestos de playoffs, donde los pucelanos no aparecen. 

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