El Caja Rural Aula Valladolid regresó de vacío de su visita al Esperanza Lag, un escenario que históricamente se le resiste. El Atticgo Balonmano Elche impuso su ritmo desde los primeros compases y, con una defensa muy sólida, desactivó a las blanquiazules, que nunca lograron sentirse cómodas en ataque. El resultado final (22-17) reflejó la superioridad local, pese a los siete goles de una inspirada Amaia G. de Garibay.

El inicio del encuentro fue prometedor para las de Salva Puig, que siguieron las indicaciones de su técnico con rápidas transiciones y penetraciones desde la primera línea. Sin embargo, las ilicitanas ajustaron su defensa mixta, con constantes ayudas y cambios de sistema, lo que generó confusión en el ataque vallisoletano. Los fallos de lanzamiento comenzaron a acumularse y obligaron al entrenador visitante a solicitar un tiempo muerto cuando el marcador ya mostraba un 5-2 (min. 13).

El parón no surtió el efecto deseado: el Aula continuó sin acierto de cara a portería y el Elche aprovechó el desconcierto rival para ampliar diferencias antes del descanso (10-6).

Nada cambió tras el paso por vestuarios. Un tanto de Noelia Solla elevó la renta local a cinco goles (11-6, min. 34), mientras Amaia G. de Garibay se multiplicaba en ataque para mantener a su equipo con opciones. Pero los errores ofensivos de las vallisoletanas impidieron cualquier intento de remontada y facilitaron que el conjunto ilicitano controlara el tempo del partido. En el ecuador del segundo tiempo, el marcador seguía reflejando la misma diferencia (14-10).

El Atticgo Elche supo repartir bien su juego ofensivo, alternando lanzamientos exteriores con acciones por los extremos, y consolidó una ventaja que ya no soltó. Pese a los ajustes tácticos de Salva Puig, el Aula no logró reducir distancias ni inquietar a un rival muy ordenado.

La derrota deja al Caja Rural Aula Valladolid con la necesidad de recuperarse rápidamente. El equipo afronta ahora una exigente semana con tres compromisos en apenas ocho días: este sábado recibirá al Rocasa en Huerta del Rey (19:00), viajará después a A Guarda para medirse al Atlético Guardés y cerrará el tramo el 1 de noviembre, nuevamente en casa, frente al Morvedre. Tres duelos tan duros como determinantes para las aspiraciones vallisoletanas.