Carlos Magdaleno se reunió este martes con el subdelegado del Gobierno Jacinto Canales para tratar este tipo de temas de relevancia
La madera, el quebradero de cabeza en las normativas antiincendios
Tras el fuego originado este lunes en un edificio enteramente de madera, TRIBUNA ha consultado cuáles son las normativas que se aplican para este tipo de inmuebles
Un incendio en plena madrugada del lunes al martes en la calle San José de Valladolid ha puesto de manifiesto los desafíos que plantean las estructuras antiguas de madera en situaciones de emergencia. Valladolid, ciudad que ha sido destruida en varias ocasiones a causa de incendios, como el de 1461, que afectó a la Plaza Mayor y zonas aledañas, y el más famoso, el de 1561, que destruyó una décima parte de la ciudad, aún alberga muchos inmuebles construidos con este material natural. Edificios históricos y únicos, pero que plantean algunos problemas en situaciones de emergencia si no están adaptados a las nuevas normativas, las cuales, además, son complejas.
El suceso, que tuvo lugar a las 03:48 horas en el número 7 de la vía, movilizó a Bomberos, Policía Municipal y Policía Nacional, y aunque se saldó sin heridos, obligó a evacuar a más de una decena de vecinos.
El fuego, que en primer instancia, según los Bomberos, parecía haberse iniciado en el primer piso, comenzó, más probablemente y, tal y como señalan fuentes consultadas por TRIBUNA, en la zona más cercana a la buhardilla. Las llamas se externalizaron por la cubierta del edificio, un inmueble de vieja construcción con todas las estructuras de madera vieja y seca, lo que, según fuentes de los Bomberos a TRIBUNA, complicó la actuación. Los hechos fueron alertados por vecinos del inmueble de enfrente, quienes veían llamas y humo negro. La intervención fue compleja, comenzando por la escalera del portal número 7, donde se encontró mucho humo y llamas, para luego abordar el número 9 y finalizar en la parte superior del edificio, levantando tejas para apagar la madera incandescente.

Labores de extinción de incendio en la vivienda de la calle San José. BOMBEROS VLL
Los problemas de la madera en un incendio
Los bomberos destacaron que la estructura de madera, en concreto la antigua y seca, favorece la rápida extensión del fuego, aun cuando, como en el caso del incendio del lunes, haya yeso por encima. La cubierta suele ser una zona más vulnerable porque el fuego se propaga de manera vertical y hacia arriba, debido a la convección. Además la sección de la estructura de cubierta es más reducida y por tanto tiene más posibilidades de colapso. Como resultado, la madera queda muy dañada, debilitando el esqueleto del edfificio. Un factor adicional que agrava la situación es que, al echar agua para apagar el incendio, la madera absorbe el agua, aumentando su peso y, por ende, el daño estructural y el peligro de derrumbe. El portal 7 fue el más afectado, con la escalera en malas condiciones y riesgo de derrumbe, ya que, precisamente, el cajón de la escalera hace efecto chimenea y ello facilita esa propagación vertical de fuego y humo. Por lo tanto, de momento, los vecinos de ese portal no pueden regresar a sus hogares, aunque el fuego no entró en las viviendas.
Cabe añadir, según han confirmado vecinos del inmueble a este periódico, que tanto en las viviendas como en el local del edificio, la estructura está debilitada por los años, falta de mantenimiento así como por intervenciones particulares, quitando paredes y pilares, por lo que el daño del fuego se suma a la propia degradación del edificio.

Estado del cajón de la escalera tras el incendio. BOMBEROS VLL
La normativa actual y la adaptación de edificios antiguos
Ante la complejidad de los incendios en edificaciones de madera, TRIBUNA Valladolid ha contactado con una arquitecta -S.V.-, para desglosar la normativa actual y las exigencias de adaptación para edificios antiguos.
Tal y como ha explicado la experta a este medio, explica que la normativa vigente, el Código Técnico de la Edificación, Documento Básico SI (DB SI), específico para la seguridad en caso de incendio, establece cómo debe comportarse una estructura de madera ante el fuego. El método de cálculo simplificado para la resistencia al fuego de los elementos estructurales de madera se basa en la "sección reducida". Esto significa que, una vez que la madera se carboniza por el fuego, debe quedar en el centro una "sección resistente" sin quemar en el interior que pueda seguir soportando la carga estructural. La "profundidad eficaz de carbonización" (d_ef) se calcula restando de la sección inicial la profundidad nominal carbonizada y un valor adicional de 7 mm.
El objetivo principal de estas normativas es garantizar la seguridad de las personas, no la preservación total del edificio. De este modo, el cumplimiento se mide en "minutos de resistencia al fuego" (R), como R90, R120 o R240, que indican el tiempo que la estructura debe resistir para permitir la evacuación segura del edificio. A este respecto, cabe señalar que en el caso del incendio de la calle San José, todos los ocupantes pudieron evacuar a tiempo.
Las nuevas maderas, seguras en la construcción
Para mejorar la resistencia al fuego de la madera, existen revestimientos ignífugos tales como colas, pinturas, o materiales de recubrimiento, que la protegen retardando la afección de su núcleo estructural y evitando así el colapso de la estructura. Las maderas laminadas modernas, por ejemplo, ya están más preparadas con colas y elementos que aumentan su resistencia al fuego y vienen certificadas.
Concretamente, las nuevas maderas tratadas si no se someten a llama de forma directa, no comenzarán a arder hasta alcanzar aproximadamente los 400ºC; si se expone a llama directa, no se producirá la ignición hasta llegar a temperaturas en torno a los 300ºC. Además, su combustión es lenta y no se deforma como el metal, por lo que en la actualidad, este material, siempre bajo estos tratamientos, es seguro para la construcción.

Fachada del inmueble incendiado de la calle San José. Foto: Sergio Borja
¿Cuándo se exige la adaptación de edificios antiguos?
La profesional consultada por TRIBUNA aclara una cuestión clave: la obligación de adaptar los edificios antiguos a las nuevas normativas de incendio es compleja y no es automática. Generalmente, tal y como expresa, "si tú haces una reforma, sí". Es decir, si se realiza una obra o reforma significativa en un edificio, el ayuntamiento exigirá que cumpla con las normativas actuales de incendios y accesibilidad, entre otras. Esto se debe a que, al presentar un proyecto al ayuntamiento, se activa el requisito de cumplimiento de las normativas en vigor.
Sin embargo, si un edificio antiguo de madera "no se ha tocado" ni se han realizado obras en él, "el edificio está ahí y punto". No se les exige a los propietarios adaptar toda la madera a la normativa vigente cada vez que esta cambia, ya que sería una "locura" dada la gran cantidad de edificios antiguos. La experta enfatiza que los ayuntamientos solo intervienen y exigen actuaciones cuando perciben un peligro inminente, como una fisura en la fachada, una teja cayéndose, o un riesgo de derrumbe. En tales casos, se solicita un proyecto o justificación técnica que demuestre la seguridad de la estructura.
Así, esta situación puede llevar a que muchos propietarios realicen reformas menores, como encolar o aplicar yeso o pladur, sin pasar por el ayuntamiento, para evitar tener que cumplir con todas las exigencias normativas.
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