Ron Lalá cierra el telón de "Olmedo Clásico" con una comedia musical atrevida y profunda

Han recibido una gran respuesta por parte del público, reafirmando esta apuesta

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Ron Lalá cierra el telón de "Olmedo Clásico" con una comedia musical atrevida y profunda
La Desconquista. Olmedo Clásico.
Inés Morencia / Agencia EFE
Lectura estimada: 3 min.

"Ron Lalá" es una compañía que ya forma parte del recorrido de "Olmedo Clásico", que cuelga siempre el cartel de "no hay entradas" y que, este año, se encargará de echar el telón de este festival con "La desconquista", una comedia musical "atrevida, profunda y sin carga ideológica".

Así la ha definido, en una entrevista telefónica con EFE, su director, Yayo Cáceres, quien ha asegurado que este "era un espectáculo necesario, porque hace mirar el mundo de hoy; que es inquietante y climático, pero sobre todo, muy divertido".

Y aunque abordaron esta dramaturgia de Álvaro Tato "con miedo", porque eran conscientes de que el tema de la Conquista y la "Desconquista" de América era "complicado", han recibido una gran respuesta por parte del público, reafirmando esta apuesta.

Cáceres, guaraní descendiente de una cultura que ha conseguido su lengua escrita, precolombina, y Tato, madrileño, han sabido transmitir la defensa de un mestizaje que poseemos todos, en mayor o menor medida, y que aporta esa fortaleza cultural "que debe unir, y no separar".

"La diversidad hace a la inteligencia, y los fanatismos ideológicos, las sinrazones, condenan al conocimiento. Existe aún mucha desinformación sobre este tema y mucho posicionamiento forzado, dogmático. Hace falta más flexibilidad para aprender de nuestra historia", ha explicado.

En este sentido, ha comentado que "pedir perdón por cosas que han sucedido hace 500 años, es un delirio" y considera que "sería mejor pensar en todo lo que hay en común, en asumir esa mezcla, que haya circulación de libertades individuales y se retome la cultura y el conocimiento como base".

El teatro ha sido y es una herramienta maravillosa para acercar a las personas, para ofrecer un espacio de reflexión a través del humor, "porque es asambleario y habla permanentemente de la condición humana, del amor, el desamor, la muerte, el adiós, o el tiempo, que conecta a todos".

Quizá la sociedad no esté pasando por su mejor momento, con tantos conflictos y tanta falta de empatía, con demasiada confrontación y falta de diálogo, que no solo se observa en la clase política, sino también en el periodismo "haciendo comparaciones para dejar al otro mejor, cuando simplemente se deberían relatar los hechos con imparcialidad".

El humor, en todo este contexto de descontrol, permite afrontar los obstáculos a través de un pensamiento lateral que se obtiene leyendo, "si no, es difícil que se entienda o que se descifre una metáfora", y también teniendo inquietud cultural y, al respecto, Cáceres ha advertido que "no se valora como debiera el rico patrimonio que hay en este país".

Para explicar la actualidad, no es necesario crear una obra nueva "porque para eso ya están los Clásicos, para generar preguntas y no respuestas, sobre temas tan candentes como la corrupción, que es un mal endémico, el ansia de poder o la manipulación".

Y tiene claro que "La desconquista" se representaría en América igual que en España, un sueño que le gustaría cumplir, y un primer paso es su pequeña gira por Argentina con la función "4x4", en la que se recopilan los cuatro primeros espectáculos de "Ron Lalá".

"Nadie nos ha saltado al cuello todavía, aunque era una materia delicada, igual que lo puede ser la inmigración, porque siempre hay temor respecto a lo que es diferente, y hay algunos que se están saliendo de madre, pero nos han recibido muy bien y estamos muy contentos", ha indicado.

Continuarán con su participación en diferentes festivales de verano, pero confían en poder llevarla a sala, si bien "faltan teatros que se abran". "La cultura debe ser una cuestión de estado, porque es una inversión en el futuro de un país alimentar el intelecto de su gente", ha precisado.

Este actor, músico y director argentino, de Curuzú Cuatiá, que lleva afincado en España desde hace más de veinte años, ha hallado una segunda patria, y aunque es un férreo defensor del Siglo de Oro, confiesa que le gustaría ponerse al frente de una obra de Shakespeare.

"Me encantaría que me llamasen para afrontar este desafío, porque sería un ejercicio de humillación ante textos de tanta magnitud, tamaño y peso, que siempre hacen pensar que dejas algo en el tintero", ha añadido.

Lo que es seguro es que este domingo volverán a subir al escenario de Olmedo, que supone "una gran responsabilidad, aunque con esa tranquilidad de estar en casa", para seguir fomentando un pensamiento crítico, a través del humor, la ironía, y la música.

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