Josefina Pablo, presidenta de la Asociación Camino: "El hospital ofrece muy poca información sobre nosotros"

La cara visible de la organización lamenta que la subvención del Ayuntamiento sea "muy pobre", a pesar de la cesión del Antiguo Colegio Rosa Chacel

imagen
Josefina Pablo, presidenta de la Asociación Camino: "El hospital ofrece muy poca información sobre nosotros"
Carlos  Estévez Rodríguez
Carlos Estévez Rodríguez
Lectura estimada: 5 min.

En Valladolid, donde las historias de superación se entrelazan con la esperanza, la Asociación Camino se ofrece como un faro de apoyo para quienes han sufrido Daño Cerebral Adquirido (DCA). La organización, sin ánimo de lucro, ofrece asistencia, acompañamiento y rehabilitación tanto a pacientes como a familias. Anitguamente ubicada en el Hospital Benito Menni, Camino ha estrenado nueva sede en el antiguo Colegio Rosa Chacel, ubicado en la Calle Lucayas. Esta ha sido cedida por el Ayuntamiento por un periodo de 25 años.

Josefina Pablo es la presidenta de Camino y hermana de un paciente con DCA. Desde TRIBUNA, hemos podido charlar con ella para que nos cuente todos los detalles de esta nueva sede, sus funciones como presidenta y sus deseos para el futuro.

PREGUNTA: Para quienes no conocen Camino, ¿cómo definiría el trabajo que realiza la asociación?

RESPUESTA: Camino es una asociación de Daño Cerebral Adquirido (DCA), una lesión cerebral que surge repentinamente tras un episodio de ictus, un accidente o un tumor, por ejemplo. Al principio te atienden en el hospital, pero rápidamente te dan el alta y el paciente sale con unas lesiones cognitivas muy diversas. Aquí acogemos a personas que han pasado la etapa grave y pasan a un estado más estable. Trabajamos con terapias de memoria, habilidades sociales y lo más importante, con las familias. Tenemos una psicóloga que ayuda tanto a pacientes como a familiares, ya que estos últimos pasan por un desconocimiento enorme.

P: ¿Cuál es el perfil habitual de las personas que acuden a ustedes?

R: Es muy diverso. Hay un desconocimiento tan grande al salir del hospital que la gente no sabe qué paso tiene que dar. Nosotros somos de utilidad pública y estamos en redes sociales para que la gente nos conozca. Principalmente suelen venir los familiares en persona para informarse sobre la asociación y nuestra trabajadora social les orienta para que san conscientes de la hoja de ruta. 

P: ¿Qué canales de comunicación tienen los usuarios para poder llegar a ustedes?

R: Pueden ponerse en contacto con nosotros tanto por redes sociales como en persona. Uno de los problemas que tenemos es la poca información que el hospital ofrece sobre nosotros. Llevamos más de veinte años en Valladolid y muy poca gente con DCA nos conoce a través de neurólogos, por ejemplo. Intentamos hacernos un hueco pero es difícil.

Nosotros motivamos a la gente, tanto a pacientes como familias, a que venga aquí ya que encuentran un entorno idóneo para relacionarse. Uno de los síntomas del DCA más notable es la apatía, y al pasar tiempo con nosotros se les nota más felices, con más ganas.

P: ¿Cuáles son las principales mejoras o novedades que ofrece este nuevo espacio en comparación con el anterior?

R: Principalmente ser independientes. Nuestra anterior sede estaba ubicada dentro del Hospital Padre Benito Menni, pero a lo largo de los años hemos estado en muchos sitios distintos: centros cívicos, un local lleno de humedades, en el hospital… En el Benito Menni nos alquilaban tres salas, las cuales pagábamos, pero nos limitaba mucho la terapia. Con este edificio tenemos libertad y amplitud para realizar prácticamente todas las actividades que queramos. Y claro, antes pagábamos alquiler por tres salas y ahora tenemos estas pedazo de instalaciones de manera gratuita, que también es una gran diferencia. La cesión es por 25 años y únicamente hemos tenido que depositar una fianza.

De todas formas, este edificio necesita una reforma pero nosotros no contamos con los fondos para realizarla completa. Por ejemplo, hace una semana pedimos una subvención a Leroy Merlín, ya que está financiando algunas reformas. Nos gustaría poder cambiar las ventanas.

P: ¿Cuántas personas pueden atender?

R: Tenemos unos 90 socios, que son afectados, y luego familiares unos cien, aproximadamente. También tenemos socios colaboradores, que aportan por ayudar. Hay mucha gente que se apunta y finalmente no acaba viniendo por la apatía de la que te hablaba antes. Muchos pacientes no quieren salir, no quieren hacer nada, están como idos.

P: ¿Cómo ha sido el proceso hasta llegar a esta apertura? (contacto con el Ayto, trámites…)

R: Desde siempre hemos reclamado un espacio así. Llevamos detrás del Ayuntamiento años, pedimos cita con casi todos los concejales para contarles nuestra situación. El día 26 de octubre es el Día del Daño Cerebral y hacemos un acto en la Acera de Recoletos donde invitamos a una gran parte de concejales de Valladolid. Rodrigo Nieto, por ejemplo, es un encanto con nosotros. Ya no es cosa de partidos, nosotros con el gobierno socialista teníamos una gran relación y también se portaban magníficamente con nosotros.

En el momento en el que entró el nuevo gobierno en Valladolid, fuimos velozmente a hacernos ver para que nos tuviesen en cuenta. Fue entonces cuando Irene Carvajal nos contactó para venir a visitar este antiguo colegio Rosa Chacel, del que solo nos cedieron la parte de abajo, que nos sobra.

Cuando llegamos, había cucarachas y telas de araña por todos lados debido al abandono. De todas formas, no podíamos decir que no. Al principio se nos cedió de manera provisional y aprobado por Ignacio Zarandona, que nos conocía.

P: ¿Cree que la sociedad está suficientemente sensibilizada respecto al daño cerebral adquirido?

R: Para nada, hay muchísimo desconocimiento. Es una de esas enfermedades que hasta que no te toca en alguien cercano, no sabes nada. Al ser una enfermedad con la cual no se nace, hay mucha desinformación. Por ejemplo, con el síndrome de Down desde que nacen están informados, pero esto al surgir tan de repente te encuentras con una situación que no sabes afrontar.

P: ¿Cree que el Ayuntamiento puede ayudarles más?

R: La subvención del Ayuntamiento es muy pobre. Les presentamos nuestros proyectos y únicamente nos dan dos subvenciones; una de 1000 euros y otra de 1500 euros para todo el año. Con este presupuesto nos da para hacer muy poquito. Sí que es cierto que el edificio ha sido una ayuda enorme, pero seguimos necesitando más para poder tirar hacia delante.

P: ¿Qué mensaje le gustaría dejar a quienes están atravesando una situación de daño cerebral o a sus familiares?

R: Primeramente hay que asumirlo, que es prácticamente lo más difícil. También tienen que saber qué su vida va a cambiar mucho, que no significa que va a ser peor. Yo principalmente recomiendo que vengan a vernos, ya que les vamos a ayudar a mantener una vida social plena. No les vamos a curar, porque es imposible, pero sí que vamos a esforzarnos para que su vida sea lo más amena posible.

0 Comentarios

* Los comentarios sin iniciar sesión estarán a la espera de aprobación
Mobile App
X

Descarga la app de Grupo Tribuna

y estarás más cerca de toda nuestra actualidad.

Mobile App