Diez Segundos

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Diez Segundos
Lavadora
Guillermo Delgado
Guillermo Delgado
Lectura estimada: 3 min.

Había quedado a las doce y cuarto en el portal para abrir al transportista que me llevaba la lavadora nueva.

Llamé a su móvil para decirle que me retrasaba un poco.

A las doce y media en punto estaba abriendo la puertecilla del buzón de correos y me encendí a la puerta del portal un cigarro para esperar a la furgoneta.

El hombre puso los dos intermitentes y bajo con una carretilla la lavadora.

Abrimos el portal y no se encendió la luz y el ascensor no daba señal.

En nuestra calle, como en el setenta por ciento de las calles de Valladolid, tenemos obras así que pensamos que era una avería local

El conductor me pidió un cigarro y fue a buscar el móvil a la furgoneta para llamar a una clienta para decirle que en veinte minutos estaba en su vivienda

La mujer, según él, tenía el teléfono apagado.

Dos vecinos bajaron andando por las escaleras y nos saludaron... uno de ellos dijo que otra vez sin ascensores y que iba a llamar al presidente de la comunidad. Su mujer va con andador y estaba harto de cada dos por tres tener que dejarla en casa mientras él hacía la compra.

El bar de al lado también estaba a oscuras y la fotocopiadora y la peluquería. Y la plaza de San Juan y Santa Cruz

A la una menos veinte, desde la Farmacia uno de los trabajadores dijo que se había ido la luz a nivel nacional.

El transportista dejó la lavadora en el rincón del portal, me hizo firmar el albarán y se marchó a su nueva entrega.

Cogí las instrucciones de la lavadora y me senté en la terraza.

El bar estaba sin luz pero tenía botellas de clarete en una cubitera, como de costumbre. Me pedí un vino y abrí el libro de instrucciones por el texto en español.

Muchos opositores a Notaría serían incapaces de entender y memorizar a la primera el funcionamiento de una lavadora ECO. De los siete mandos y funciones que tenía la anterior creo que sólo use uno de ellos. Siete años a mi lado. Muchos familiares han compartido menos tiempo a mi lado.

En un espacio suavizante y en el interior una pastilla y así siete años. Ni un problema, ni un día de baja, al sacar la ropa siempre dejaba la puerta abierta para que respirara, escuchara mi música y las noticias de la radio.

La nueva tiene los mismos mandos que el cohete que ha enviado Elon Musk a Marte.
A la otra, a la mía, a mi compañera la han llevado a una residencia de electrodomésticos donde abandonan a las que ya no funcionan, no tienen energía, ya no centrifugan ni admiten el agua a sesenta grados.

Me hubiera gustado irme con ella en la furgoneta, la cabrona se tragó más de siete calcetines, monedas, me tiño dos veces todo de rojo... pero la respeté y quise más de lo que imagina.
No la volví a ver, se fue sin despedirse, a mi el apagón me dio igual no me ha supuesto ningún problema en mi día a día.

La vida a veces, no te permite despedirte de los tuyos por solo diez segundos.

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