Los tres novilleros, Diego Bastos, Jesús de la Calzada y Pepe Luis Cirugeda y el mayoral de la ganaderia Luis López han salido a hombros, aupados por los miembros de la Peña encargada del arrastre, tras la excelente actuación ante una novillada cuajada, noble, bien presentada y con hechura de toros, lidiados en una tarde ventosa en el Coso tordesillano de Valdehuertos y donde el toro 'entretenido', lidiado en cuarto lugar, fue premiado con el pañuelo azul.

La verdad que el público que ha acudido esta tarde a la novillada de la feria tordesillana ha salido contento y satisfecho por el espectáculo de bravura, toreo y entrega de los novilleros, con cuatro toros aplaudidos en el arrastre y uno premiado con la vuelta al ruedo, al que Diego Bastos desorejó por partida doble tras una faena, que pese al viento molesto que entorpeció la lidia, entregó lo mejor de su toreo templado y poderoso.

Tres orejas cortó en su lote Jesús de la Calzada, el salmantino que está alcanzando un sitio en todo lo alto del escalafón novilleril. Con el capote puso la piel de gallina, al ceñirse en dos chicuelinas que hicieron saltar el ¡ay! en el tendido y de las que salió airoso y sonriente.

Mucho está haciendo este novillero que además tiene a Tordesillas a gala al haber vencido aquí en aquella convocatoria de novilladas, organizadas por la Fundación del toro de lidia, y que su presencia en Tordesillas se cuenta por triunfos espectaculares. Jesús de la Calzada además se dio un arrimón en la última fase de su faena ante 'separado', segundo de la tarde, reconocido por el público con sus aplausos y premiado con las orejas del burel.

Pepe Luis Cirugeda completaba la terna y estuvo fenomenal con 'danzarina', lidiado en tercer lugar, sin embargo frente al que cerraba corrida, un pavo de tente y no te menees, con trazas de toro de plaza de categoría, armado con dos espabiladeras que impusieron canguelo y angustia a la concurrencia, sobre todo a la cuadrillas que no pudo ni banderillearle en condiciones y al que arrearon dos varas de campeonato. Este toro último de la tarde 'tartano', espectacular de hechuras, repuchó al torero que se dirigió al palco llevándose la mano al ojo, como que estaba reparado de la vista. El caso es que en la faena de muleta el toro acudía a los cites con nobleza y bravura sin acusar ningún defecto. Pese a lo defectuoso de la estocada fue premiado el torero con una oreja del que cerraba corrida.