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Sonia Martín, directora técnica de ACLAD: "Estamos viendo muchos brotes psicóticos por cannabis"

Los expertos alertan del consumo cada vez más desmesurado y temprano de alcohol y advierten del peligro de las mal llamadas "drogas blandas", que además abren la puerta a otras sustancias

Sonia Martín, directora técnica de ACLAD: "Estamos viendo muchos brotes psicóticos por cannabis"
Sonia Martín, directora técnica de ACLAD. Foto y edición de vídeo: Sergio Borja / Imágenes dispositivo San Juan: Young Zone
Rebeca Pasalodos Pérez
Rebeca Pasalodos Pérez
Lectura estimada: 8 min.
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La Asociación Integral a Colectivos en Riesgo (ACLAD) lleva desde 1979 tratando de ayudar a personas que han caído en algún tipo de adicción. Los consumos cada vez llegan más temprano en jóvenes y en este grupo pone un especial foco esta asociación, que trabaja con todo tipo de edades y perfiles desde distintos enfoques para afrontar la prevención, la reducción del daño, la deshabituación y los aspectos sociales derivados del consumo de todo tipo de sustancias. En la actualidad, la "reina" vuelve a ser la cocaína, si bien el alcohol persiste como la puerta de entrada a otros consumos. Sonia Martín, directora Técnica de ACLAD, remarca la importancia de desmitificar a las "drogas blandas" como el cannabis, cada vez más peligrosa, y avisa de productos legales como los vapeadores y las bebidas energizantes.

PREGUNTA: ¿Qué es ACLAD y cuáles son sus líneas de trabajo?

RESPUESTA: ACLAD es una entidad que se preocupa por los colectivos en riesgo. Llevamos desde 1979 que empezamos a trabajar con personas que tenían problemas con adicciones y en estos años hemos ido avanzando a otros colectivos. Dentro de la parte de drogodependencias, trabajamos la prevención y la reducción del daño, es decir, personas que todavía no han empezado a consumir o están iniciando consumos de alcohol y cannabis, como son los jóvenes. Nos solemos desplazar a las zonas de botellón y a los macrofestivales. Formamos a educadores y cuando hay eventos donde se concentran los jóvenes ponemos ahí una carpa. Entramos en los grupos donde están bebiendo y se trata de prevenir, de desmontar mitos que ellos tienen sobre el alcohol y el cannabis y se les anima a que se acerquen a la carpa. Ahí, siempre se les da algún tipo de incentivo a cambio de hacer un juego interactivo donde se les dan mensajes de prevención y se les quitan un poco esas ideas erróneas que tienen respecto al consumo de drogas. Se trabaja también el tema de las intoxicaciones etílicas. Normalmente, cuando estamos allí siempre 10-15 intoxicaciones solemos ver, y vemos como los jóvenes no saben cómo actuar, no saben poner la posición lateral de seguridad. A lo mejor, el joven que en ese momento está bajo los efectos del alcohol, está boca arriba, pudiéndose vomitar, por ejemplo.

P: ¿Y cuando ya se ha llegado a la adicción?

R: Trabajamos con la persona que tiene un problema declarado de adicción y acude aquí a la sede. Hacemos un trabajo interdisciplinar: tenemos médicos, psicólogos, trabajadores sociales, y trabajamos desde la competencia personal, toda la parte de habilidades sociales y también de la salud. Es decir, el médico a veces tiene que prescribir un fármaco y están los tratamientos de metadona, buprenorfina, naloxona, que les ayudan a deshabituarse.

También tenemos un programa dentro de la asistencia de la drogodependencia en los juzgados de Valladolid para gente que la acaban de detener. La delincuencia también está asociada al consumo de drogas, porque para conseguir drogas a veces roban o trafican. Entonces, en los juzgados uno de los servicios que prestamos se llama Servicio de Orientación y Asesoramiento. Allí, les vemos y, en el caso de que consuman drogas los detenidos, pasan. Investigamos que hayan estado en tratamiento en otros sitios y les hacemos un informe donde se refleja su historial de drogodependencia. Este se aporta al juicio de tal manera que lo tengan en cuenta de cara a la sentencia, que les hagan cumplir parte, al menos, en un centro de tratamiento, porque si la causa es la drogodependencia, de nada sirve solamente la prisión si no se rehabilita.

También, toda la parte social. A veces vienen y están en la calle, porque ya las familias  no pueden soportar toda la trayectoria de consumo y hay que trabajar el tema de vivienda, de ayudas económicas. Cuando ya conseguimos la abstinencia, pasamos a la parte de inserción laboral. Tenemos una serie de empresas que trabajan con nosotros conveniadas, de modo que, cuando están preparados, les formamos, les mandamos a esas empresas y empiezan a trabajar.

P: ¿Qué tipo de adicciones se tratan en ACLAD? ¿Se tratan dependencias a todas las sustancias?

R: Sí, la droga más consumida es la cocaína en estos momentos. Ha habido un giro en los últimos 10 años. En estos momentos, el 33% son personas que consumen cocaína, el 22% como droga principal, porque la mayoría son policonsumidores, pero siempre destacamos la principal. El cannabis un 22%, después el alcohol un 20%, los opioides -principalmente heroína- es un 17% y anfetamina es un 4%. Ha habido un descenso en los últimos 10 años de las drogas depresoras, que sería sobre todo la heroína, los opioides. Esto en los datos de ACLAD, pero incluso en los de Castilla y León que ya están publicados, la tendencia es exactamente la misma. En cambio, los estimulantes como por ejemplo la cocaína han pasado del 26% al 33%. Suben quizás por la cultura de ocio, porque estamos más asociados a la fiesta. También, a lo mejor, bajan opioides porque tienen más percepción de riesgo. El síndrome físico da como más miedo, ya que empiezan a temblar cuando dejan de consumir. Y el cannabis se va manteniendo de forma más estable.

P: ¿Han tenido casos de fentanilo?

R: No. Yo creo que eso es una alarma que aquí en España, en concreto, aún no está pasando. Es decir, sí que hay una alarma en los medios de comunicación,  pero ni lo estamos viendo, ni nos ha llegado ningún caso. No tiene nada que ver con Estados Unidos.

P: ¿Han notado un cambio en los hábitos de consumo en los últimos años?

R: Sí, sobre todo porque vemos la parte de la prevención. Al acudir a las zonas de botellones hemos visto una diferencia. Hace muchos años se bebía alcohol y se hacían botellones, pero los atracones de consumo que se dan ahora, no pasaba. El cannabis, antes se fumaban porros, pero ahora mismo la potencia del cannabis es siete veces mayor porque la semilla está modificada, han hecho cruces de semillas, de tal manera que se ha visto, que antes no se veía, gran cantidad de brotes psicóticos simplemente por cannabis. De hecho, en el hospital hay camas específicas para los brotes psicóticos de cannabis. Nosotros trabajamos mucho esa concienciación, porque con el cannabis la percepción de riesgo es más baja.

Luego hay otra cosa que son las bebidas energizantes. Estamos viendo cada vez más problema y eso no lo había antes. Las energizantes meten taurina y meten cafeína en grandes cantidades, igual pasa con los refrescos de cola, con la cafeína. Estamos encontrando jóvenes que vienen y a descubres que se beben un litro, dos, tres de cola. Es decir, es una dependencia a la cafeína o a la taurina.

P: ¿Cuál sería la sustancia que actúa de puerta de ingreso para el consumo drogas?

R: Normalmente, la escalada normal es alcohol, tabaco, cannabis. Esas son las primeras, porque normalmente pierden el miedo con drogas legales, que son las que son más fáciles de conseguir. De hecho, ves a los menores y todos tienen alcohol porque siempre tienen al hermano mayor o a una persona que pasa por la calle que les hace el "favor" de ir a comprarlo. A partir del alcohol, luego ya empiezan con el tabaco, exactamente igual, porque es legal. Incluso los vapeadores, que se crearon, se supone, que para deshabituarse del tabaco y ahora vemos que muchos jóvenes, en un porcentaje elevado, consumen vapeadores, que tienen algo de nicotina, y han pasado a fumar tabaco. Es decir, al revés.

P: ¿Cuál es el perfil de personas que acuden a ACLAD?

R: Personas que han venido con dependencia y que han estado en algún programa de tratamiento han sido 1863 en 2023. De ellas, el 85% son varones y el 14% son mujeres. Las mujeres es más difícil que lleguen a tratamiento, por muchas razones. Suelen tener más problemas con el alcohol y con las benzocipinas, es decir, drogas legales. Y tienen más miedo porque suelen tener hijos y está mucho peor visto el estigma de la mujer drogodependiente. Además, el varón suele venir siempre con familiar de apoyo, que suele ser la mujer o la madre, y las mujeres que llegan, suelen venir sin apoyo. Se mantienen muy poco tiempo en tratamiento y suelen tener menos éxito al final. Las que llegan están mucho más deterioradas, porque las da más vergüenza. A veces tratamos de hacer grupos solo de mujeres, pero como hay pocas, es más difícil. Si las metes en un grupo terapéutico donde hay hombres, no hablan, porque no se sienten identificadas con la misma problemática. Es bastante más complejo el trabajo con la mujer drogodependiente

P: En cuanto a edades, ¿cuál sería el perfil?

R: La edad media es 39 años, pero, tenemos a gente menor. Uno de los programas es la dependencia en los jóvenes que están en el Zambrana, que son menores de edad. De menos de 18 años, tenemos 89 personas. Entre 18 y 35 años, 630 personas. Entre 36 y 55 años, 974. Entre 56 y 60 años, 112. Y más de 60 años, 58 personas. Es decir, tenemos gente crónica, gente que ha consumido desde hace muchos años, lleva con una trayectoria de consumo tremenda, tomando metadona a lo mejor desde hace 15 o 20 años y que no conseguimos quitarle la metadona, pero en otras áreas ha conseguido a lo mejor trabajo, o una jubilación o una situación estable. Es decir, no le puedes dar de alta, porque tiene que tomar aquí la metadona, pero que ya el seguimiento que le haces es muy pequeño. Es gente que ha quedado cronificada.

P: Para terminar, ¿podemos lanzar un mensaje de esperanza para quienes han caído en una adicción?

R: Sí. Yo creo que lo primero es reconocerlo. Hay mucha gente que sale, si no, no estaríamos aquí. No digo que sea fácil. Es una cuestión de mentalizarse y darse cuenta que tienes un problema y que hay muchas entidades, igual que la nuestra, que nos dedicamos a ayudarles, que vamos a entenderles y que no les vamos a juzgar, porque no es nuestra función, sino más bien entender por qué inician ese consumo. Luego, dejar de victimizarse. Es decir, si han empezado a consumir por problemas, dejar de echar la culpa a los demás y de decir "es que mi madre, mi padre, mis hermanos...". Eliminar ese "yo soy la víctima y no me queda más remedio que consumir". Es darse cuenta de que no, de que tú tienes la capacidad, tú eres una persona con unas circunstancias, pero igualmente puedes salir adelante y tú tienes responsabilidad sobre ello.