'Ole con ole', sin vuelta al ruedo

'Ole con ole', sin vuelta al ruedo

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'Ole con ole', sin vuelta al ruedo
El autor esFélix Ángel Carreras
Félix Ángel Carreras
Lectura estimada: 2 min.

La puesta en escena del 'Ole con ole' es muy buena. Tanto, que todas las puntuaciones del sanedrín de Tribuna, al que se une Antonio Ferreras, otorgan puntuaciones muy altas tanto al local como a la presentación de la mesa; notable alto y algún caso de sobresaliente con el recurso del 'waiter call system' o llamador automático de la mesa para comunicarte con el servicio o, simplemente, pedir la cuenta. Esa primera impresión ya sorprende y marca una clara diferenciación. El entorno, en el antiguo convento de San Francisco Javier (siglo XV), también ayuda a entender que estamos en un lugar distinto.

 

También el servicio, muy cercano a cargo del sevillano Manu que se afanó en poner todo de su parte para estar a gusto y disfrutar de la comida.

 

En el 'Ole con ole' están adaptados a la nueva normativa de las aceiteras no rellenables. Buen detalle. Como el pan, de Valladolid. Otro apunte positivo más antes de llegar al debate sobre la carta. Aunque la reserva ya especificaba cocido, seguimos debatiendo acerca de la idoneidad de presentar a los comensales la propuesta que ofrece la casa, al margen del cocido, o la composición del guiso de este día. Como siempre, no hay acuerdo pero la ausencia de una carta provoca el primer suspenso.

 

La sopa llegó en su punto de calor pero pasada de grasa. A diferencia de otros cocidos, el servicio sirve uno a uno en una vajilla más que digna. Con fideo fino, está aceptable pero sin unanimidad. En nuestra tabla del 0 al 10 hubo de todo; desde un 7 pasando por un 6 y dos aprobados (5).

 

El cocido del 'Ole con ole' es de dos vuelcos. Por tanto, para cuatro comensales después de la sopa llegaron dos bandejas con garbanzos, verdura y toda la generalidad que agrupamos con la denominación de 'carne'.

 

Por partes, no hubo acompañamientos. De ningún tipo. Tras pedir el aceite, este cocido no presenta ni guindillas ni cebolla picada, como ejemplo. El garbanzo, demasiado uniforme hasta pensar que podían ser de tarro, estaba algo tieso. No era precisamente un complemento destacable mientras que la carne era algo más llevadera; dos tipos de tocino, buen chorizo y mejor relleno aunque sin muchos excesos de cantidad y variedad.

 

Un dato importante, a favor, fueron los postres. Recomendable la leche frita y los yogures artesanos. Llama la atención que el entorno, el antes y el después del cocido hayan superado al plato estrella del día. La relación calidad/precio (16 euros) le concede el aprobado, así como el vino, tinto y clarete de Las Nieblas (Fuensaldaña), sorprendentes ambos pero especialmente agradable el clarete. 

 

Las valoraciones del sanedrín tribunero fueron más homogéneas (55, 56 y 57 sobre 100). La puntuación externa de Ferreras se fue a los 68 para dejarlo en una media oficial de 56 que deja la clasificación de la siguiente forma:

 

1. Las Fuentes (Zaratán, ofrecen cocido los lunes)70,60/100 puntos
2. La Venta (Fuensaldaña, los viernes)68,3/100 puntos
3. Bodega San Pedro (Boecillo, los viernes)64/100 puntos
4. El Balcón de las Médulas (Valladolid, todos los días)56.6/100 puntos
5. Ole con ole (Valladolid, los miércoles)56/100 puntos

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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