El Barcelona logró un triunfo tan trabajado como necesario en su regreso europeo al Spotify Camp Nou. Un doblete de Jules Koundé, ambos goles de cabeza y con apenas tres minutos de diferencia, permitió al conjunto azulgrana remontar ante un disciplinado Eintracht Frankfurt (2-1) y sostener sus opciones de clasificación directa para los octavos de final de la Liga de Campeones.
El francés, protagonista inesperado de la noche, no firmó su mejor actuación en defensa, pero su eficacia en el juego aéreo resultó decisiva para superar un partido en el que ni Lamine Yamal —constantemente encimado por la zaga alemana—, ni Raphinha, impreciso, ni un desacertado Lewandowski lograron marcar diferencias. El tanto inicial de Knauff, tras una pérdida de Yamal y un pase al espacio de Brown, castigó a un Barça impreciso, frustrado y torpe en la elaboración durante la primera mitad.
Hansi Flick introdujo cambios respecto al último encuentro. Apostó por Lewandowski, Raphinha y Fermín en el once inicial, dejando a Frenkie de Jong de nuevo en el banquillo y manteniendo a Eric García como mediocentro. El Eintracht, más vulnerable en la Bundesliga que en Europa, se encerró atrás con un planteamiento que combinó ayudas constantes en banda y rápidas transiciones al contragolpe, estrategia que desactivó al Barça y que a punto estuvo de darle el 0-2 justo antes del descanso.
Tras el entretiempo, la entrada de Marcus Rashford buscó agitar el ataque azulgrana, pero los alemanes volvieron a generar peligro en los primeros compases del segundo acto. Cuando el ambiente se tensaba y el Barça seguía sin respuestas, un centro envenenado del propio Rashford encontró la cabeza de Koundé para igualar el marcador. La reacción azulgrana se disparó y, apenas instantes después, un envío de Lamine Yamal permitió al defensa francés repetir la fórmula para establecer el 2-1.
La remontada dio aire al equipo de Flick, que empezó a encontrar espacios ante un Eintracht descolocado. Aun así, el Barça desperdició varias ocasiones claras para sentenciar, especialmente en botas de Raphinha y Ferran Torres, y acabó sufriendo en los instantes finales frente a un rival que no renunció al empate.
La noche, sin embargo, terminó con el nombre de Koundé iluminando el Camp Nou. Sus dos cabezazos devolvieron la sonrisa a un Barça irregular que sigue obligado a mejorar, pero que se mantiene vivo en la Champions gracias a la aparición estelar de su lateral francés.








