Pepe Rojo volvió a vestirse de gala para una cita copera sin suspense. El VRAC Quesos Entrepinares dejó claro desde el primer minuto que quiere ser protagonista en la Copa del Rey, arrollando a un Ingenieros Industriales Las Rozas voluntarioso pero claramente superado. El contundente 55-5 no solo refuerza las aspiraciones vallisoletanas, sino que confirma que el equipo dirigido por Diego Merino apunta muy alto esta temporada.

Los locales llegaban lanzados tras el triunfo en Altamira y lo demostraron desde el pitido inicial. El conjunto madrileño intentó resistir con juego a la mano y varias fases ofensivas, aprovechando algunas indisciplinas azulonas, pero la falta de acierto a palos frenó sus opciones. Quien sí golpeó primero fue el VRAC: Héctor Toquero abrió el marcador en el minuto 10 (5-0) y activó la maquinaria quesera.

El dominio no tardó en traducirse en puntos. Tsotne Tchurumbidze, imperial en el pack, amplió la renta en el 17’, con transformación de Baltazar Taibo (12-0). El control físico y táctico de los vallisoletanos fue absoluto. Andrea Mastouri firmó el tercer ensayo en el minuto 25 (17-0) y, antes del descanso, llegaron dos nuevos golpes que dejaron el choque prácticamente decidido: Tchurumbidze repitió en el 36’ (24-0) y Álvaro Pirez cerró una brillante primera parte con otro ensayo, convertido por Taibo (31-0).

Tras el paso por vestuarios, el guion no varió. El VRAC mantuvo un ritmo alto, juego dinámico y una eficacia demoledora, castigando cada error rival. Desde el banquillo, Francisco González del Pino se sumó al festival con dos ensayos consecutivos en los minutos 52 y 58, el primero transformado por Samuel Hollingsworth (38-0 y 43-0).

En los instantes finales, Pirez volvió a ver zona de marca en el 74’ (48-0) y Gabriel Vélez puso la guinda en el minuto 80, con conversión de Hollingsworth para sellar el definitivo 55-5. El único ensayo visitante llegó ya en los últimos compases, insuficiente para maquillar un marcador que reflejó fielmente la superioridad vallisoletana.

Más allá del resultado, el VRAC dejó sensaciones inmejorables: una delantera dominante, una línea incisiva y un banquillo profundo, capaz de mantener la intensidad durante los 80 minutos. El trabajo del staff técnico, con Diego Merino al frente y Gareth Griffiths como apoyo, se percibe en la coordinación y madurez de un equipo que quiere, y puede, soñar en grande en esta Copa del Rey.