Valladolid brilla en los Soletes: el Convento de Santa Isabel, estrella monacal de la repostería navideña

Castilla y León suma siete distinciones y Valladolid destaca con el reconocimiento a su histórico obrador

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Valladolid brilla en los Soletes: el Convento de Santa Isabel, estrella monacal de la repostería navideña
'Tsajenà' ("Tengo sed") es el lema de Iesu Communio. Foto: Eva Máñez.
El autor esJulia  Segura Moya
Julia Segura Moya
Lectura estimada: 2 min.

Valladolid se ha situado este año en el mapa nacional de la repostería conventual gracias al Solete Guía Repsol otorgado al Convento de Santa Isabel, uno de los siete reconocimientos que ha recibido Castilla y León en esta edición navideña. La comunidad se convierte así en una de las regiones con mayor presencia en esta nueva categoría dedicada a los obradores monacales. Además de Valladolid, han sido distinguidos conventos de Palencia, Soria, Burgos, Zamora y dos de León, reflejando la enorme riqueza repostera del territorio. 

La Guía Repsol concede por primera vez Soletes a conventos de toda España, 27 en total, como homenaje a una tradición artesana que, aunque centenaria, rara vez entra en el radar gastronómico. El Solete, creado para reconocer establecimientos auténticos, cercanos y con encanto, premia en este caso la labor silenciosa de comunidades religiosas que mantienen vivas recetas ancestrales, muchas de ellas transmitidas de generación en generación.

En Valladolid, el protagonismo recae sobre el Convento de Santa Isabel, cuya repostería es un referente local desde hace décadas. Las monjas clarisas que lo habitan han conservado un obrador donde conviven dulces emblemáticos de la Navidad vallisoletana con especialidades que hablan de tradición, paciencia y saber hacer. Este reconocimiento, explican desde Guía Repsol, pone en valor "el trabajo minucioso y artesanal" de estas religiosas, además de reivindicar el papel cultural y gastronómico que desempeñan los conventos en la memoria colectiva.

El Solete supone, para ellas, una visibilidad poco habitual: un sello gastronómico que las sitúa al nivel de otros establecimientos destacados y que confirma la relevancia de su labor en un momento del año en el que sus hornos trabajan sin descanso.

Con esta distinción, el Convento de Santa Isabel se convierte en un punto de referencia para vallisoletanos y visitantes que buscan dulces tradicionales. Un reconocimiento que no solo celebra la calidad de su repostería, sino también a un oficio que forma parte esencial del patrimonio navideño de Valladolid y de toda Castilla y León.

 

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