Medalla de platino a un corredor de fondo de la abogacía en estado puro

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Medalla de platino a un corredor de fondo de  la abogacía en estado puro
Jesús Lago San José.
El autor esJavier Calles-Hourclé
Javier Calles-Hourclé
Lectura estimada: 2 min.
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Este 28 de noviembre 2025 ponen una medalla a mi compañero y amigo Jesús Lago San José.

Sesenta y cinco años dando guerra con la toga, incansable defensor y letrado que a nadie deja indiferente. Si no existiera Jesús habría que inventarle, su ingenio y su tesón para el estrado le hacen un gran jurista, un incansable defensor de sus clientes y un gran batallador de las causas defendibles y de las pérdidas. Hermano de Periodista, hijo de bancario y mentor de algún ministro, Jesús representa la abogacía trabajada, la de siempre, la del día a día en el despacho y los libros, pero también frecuentando foros tan culturales como bohemios. Compartió despacho en esta ciudad y Madrid y llegó a postularse, quizás tarde, como Decano. Es y ha sido un ejemplo de abogado, pícaro, listo e ingenioso se ha desenvuelto entre los negocios togados con gran acierto y éxito. Nunca ha defraudado a un amigo. Siempre ha sabido tener unas palabras de ánimo y aliento para quien le necesita. Su destreza en las leyes se ven reflejadas en su larga trayectoria, defendiendo a la banca, a las empresas a los ricos y a los pobres, que aunque no quiera reconocerlo, jamás les ha negado su ayuda. Quienes le conocemos y hemos escuchado sus intervenciones en los juicios, sabemos y conocemos su valía, pero además quienes tenemos el honor  de ser amigos, nunca negaremos que una tertulia, comida o incluso discusión con él se hace interesante y muy amena. Como algún cliente común me dijo, podría escribirse un libro sobre su vida plena  y peculiar en su actividad profesional,  en este mundo aburrido pero apasionado de la toga. 

Jesús quiero rendirte desde aquí un pequeño y humilde homenaje y seguir disfrutando mucho más de tí en esta nuestra profesión y en la amistad que nos ha unido, a través de la amistad con tus hijos. Me alegra mucho tu imposición de insignia platinada, que pocos han conseguido o conseguiremos, y te desearía otros tantos años más de tu compañía si Dios quiere, pero eso es algo que no nos contestarán ahora, sino después de la publicidad...

Jesús querido amigo y compañero mi más cariñosa enhorabuena.

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