España dio un golpe de autoridad en su camino hacia el Mundial 2026. En Konya, la salida más complicada del grupo, la Roja borró del mapa a Turquía con un 0-6 memorable, guiada por un triplete de Mikel Merino, un doblete de Pedri y un tanto de Ferran Torres. El resultado le otorga el liderato del Grupo E y deja muy encarrilada la clasificación directa.

Consciente de que era el partido clave, el equipo de Luis de la Fuente salió con su mejor versión. Como ya demostró en la Eurocopa 2024 ante Alemania, el ambiente hostil no es obstáculo. Turquía trasladó el encuentro a Konya buscando presión, pero en apenas seis minutos la Roja apagó la grada con fútbol de alto nivel, evocando la excelencia de la generación que ganó el Mundial y dos Eurocopas.

El plan fue perfecto: posesión tranquila, movilidad constante, ayudas defensivas y verticalidad en cada ataque. En 45 minutos, España marcó tres goles -más que en todas sus visitas anteriores a Turquía- y pudo anotar alguno más con mayor acierto. Cada acción era un ejemplo de coordinación, intensidad y talento ofensivo, mientras que en defensa apenas concedió espacios.

El recital comenzó pronto. En el minuto seis, Pedri abrió la cuenta tras un arranque frenético en el que Unai Simón respondió a Calhanoglu y Cakir evitó el tanto de Nico Williams. Luego, Merino firmó una obra coral tras combinar con Cucurella, Oyarzabal y Nico. El estadio quedó en silencio ante una exhibición que Turquía no pudo frenar pese a la insistencia de Yildiz y la visión de Arda Güler.

En la segunda parte, la Roja mantuvo el hambre. Nico Williams se marchó lesionado, pero Ferran Torres entró para sentenciar en una contra guiada por Pedri y Lamine Yamal. Merino completó su primer triplete como internacional con un zurdazo imparable, y Pedri cerró la goleada tras una gran acción de Oyarzabal. La superioridad española se impuso tanto en la posesión como en las transiciones rápidas.

El seleccionador aprovechó la holgura del marcador para dar minutos a Rodri, Morata y De Frutos, que debutó con la absoluta. La consigna fue clara: nada de relajación. España castigó cada riesgo asumido por Turquía, demostrando que incluso con bajas de peso como Carvajal o Fabián Ruiz, el grupo tiene fondo de armario y mantiene un nivel competitivo sobresaliente.

Con esta victoria, la selección suma 27 partidos sin perder, a dos de su récord histórico, y recupera la autoridad que necesitaba tras tropiezos recientes en duelos decisivos. En Konya, España no solo ganó: dio un recital para la memoria, un aviso serio de que este grupo quiere volver a lo más alto del fútbol mundial.