Un buen encierro del Partido de Resina, antes Pablo Romero, de toros bien presentados, con genio y movilidad pusieron la tarde en Cuéllar más que entretenida para los espectadores que desgraciadamente tan solo llenaron apenas media plaza del coqueto coso cuellarano en la segunda de feria y aplaudieron a casi todos los ejemplares cuando salían de toriles. Han sido lidiados con voluntad, ganas y entrega por Sánchez Vara, vuelta y saludos; Jesús Enrique Colombo, silencio y oreja y André Lagravere 'El Galo' oreja y saludos desde el tercio. Además, los tres espadas compartieron tercio de banderillas no demasiado lucido y espectacular, salvo ante el tercero de la tarde con el que completaron una mejor reunión con los garapullos en el morrillo del toro.

Abrió plaza 'bellotero', espectacular de salida que ya desató los aplausos de la concurrencia por su fenotipo, aunque resultó en su lidia duro y encastado, incluso con cierta nobleza aunque sin humillar. Sánchez Vara lo intentó y se fajó con él con alguna desconfianza porque el animal era en ocasiones una prenda peligrosa. Lo despachó con una estocada entera y fue premiado con la vuelta al ruedo. Ante el cuarto de la tarde un 'bellotito' estuvo más que digno el torero, pero se atragantó propinando una estocada defectuosa tras pinchar.

Jesús Enrique Colombo, el venezolano recibió a 'plateador', animal que siempre fue a media altura en sus embestidas, sin humillar. Consiguió una media estocada en el sitio que hizo echarse al ejemplar, pero el puntillero lo levantó, ofreciendo muerte de toro bravo. Recogió silencio, pese a su esfuerzo. En el quinto estuvo lo mejor de la tarde logrando una buena faena, que precisó de dos intentos con la espada por lo que recibió un aviso del palco y fue premiado con la oreja del Pablo Romero.

El mexicano André Lagravere, cuya torería ante el tercero de la tarde, un 'playerito' bravo y encastado, el mejor del encierro, brindado al público, consiguió hilvanar una faena de mérito y entrega, acabada con un desplante delante de la cara del toro y una estocada entera que le valió la oreja, pedida con insistencia por el público. El sexto, un gran toro, 'profesor' se llamaba, de tipo característico de esta ganadería logró una ligera petición de oreja que no le fue concedida y saludó desde el tercio antes de emprender la salida hacia el hotel. Lástima no conseguir redondear su intervención con un poco más de decisión y arrojo que le hubiera abierto sin duda la puerta grande.