Rotunda faena del catalán Mario Vilau a un bravo ejemplar de Gabriel Rojas de nombre «largapulla» marcado con el número 11 en la última de las novilladas celebradas con motivo del Piñón de España en Pedrajas de San Esteban, al cortar dos merecidas orejas al utrero que abrió festejo en la tarde de hoy. Galardón que repetiría por su faena ante el tercero de la tarde de nombre «vidriero«, marcado con el número 1.

Cuatro trofeos se llevó el catalán en su esportón que en esta ocasión llenó de flores, romero y besos por una actuación muy destacada, soberana diría yo, por dos faenas además rubricadas por dos estocadas haciendo la suerte del volapié de forma canónica y enterrando el acero hasta la gamuza.

Emocionalmente además puso en pie la plaza para aplaudirle cuando en su primer toro se fue a la misma puerta de toril para brindar la faena a la memoria Adolfo Arranz, cuyo cartel clavado encima del dintel recordaba «Fuerza CHOLO» a Adolfo Arranz «cholo» que permanece ingresado en el Hospital de parapléjicos de Toledo tras una cogida sufrida en su pueblo de Tudela de Duero.

Lo de este joven torero es admirable. Comenzó su periplo yéndose a porta gayola a recibir al primero de la tarde, dándole una larga y lances a la verónica que arrancaron la emoción y los aplausos del público. Luego en la faena de muleta, temple, sosiego, colocación y elegancia en su toreo de verdad rubricado con una estocada que hizo tremolar los pañuelos del personal en el coqueto coso pedrajero.

Y es que con el «vidriero» que le tocó en segundo lugar estuvo con la muleta tanto con la mano izquierda como con la derecha como novillero cuajado, firme y decidido a mostrar la valía que atesoran sus manos, pese a que el animal había salido de naja en su doble encuentro con el caballo. La verdad que este novillo no fue como el primero pero el joven torero le sometió con elegancia y además lo despachó con una estocada para de nuevo originar la aclamación de los espectadores y de sus pañuelos.

El Presidente Josué Rodríguez, en esta ocasión no dudó tampoco en exhibir los dos pañuelos blancos para premiar la labor de este catalán que viene de una tierra aislada para los toros por el totalitarismo de las prohibiciones y que ha generado a un muchacho que se aupará en una gran figura del toreo.

El compañero de este mano a mano último de la feria de San Agustín ha sido Félix San Román, ganadero de Monte la Ermita, arquitecto y novillero que entró en sustitución del anunciado Tomás González. Félix San Román es un espigado torero al que se notó su escaso bagaje de actuaciones hasta la fecha. Sin embargo solventó la papeleta con decisión y entrega, y estuvo como dicen los aficionados «en novillero» frente a «artabano«, brindado a la memoria de Cholo, al que cortó una oreja y otra más a «campeón» que cerraba festejo.

Todo ello le valió salir también por la puerta grande de la plaza, junto a su compañero y además el ganadero de Gabriel Rojas.

En resumen, alegría y contento entre el público pedrajero que salió de la plaza con una sonrisa, viendo el brillante cierre de sus fiestas, y que el encaste «núñez» se ha llevado el gato al agua en esta ocasión frente a los «santacoloma» de Río Grande de ayer y los «domecq» de Piedras Blancas lidiados antesdeayer, a los que ha superado con creces en todos los sentidos.