Así es la nueva sede de la Asociación Camino: patio, salas rehabilitadas y espacios amplios

El antiguo colegio Rosa Chacel se convierte en residencia de la organización tras haber sido cedido por el Ayuntamiento

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Así es la nueva sede de la Asociación Camino: patio, salas rehabilitadas y espacios amplios
Carlos  Estévez Rodríguez
Carlos Estévez Rodríguez
Lectura estimada: 2 min.

El Daño Cerebral Adquirido, conocido como DCA, es una realidad que irrumpe de forma inesperada en la vida de miles de personas cada año. Se trata de una lesión en el cerebro provocada por causas externas, como un ictus, un traumatismo craneoencefálico, una infección o una falta de oxígeno. Las secuelas pueden ser muy variadas y afectar al movimiento, al lenguaje, a la memoria o incluso a la personalidad. Más allá del impacto físico y cognitivo, el DCA transforma profundamente el día a día de quienes lo padecen y de sus familias, obligándolos a reconstruir su vida desde una nueva perspectiva.

En el caso de Valladolid, durante este proceso de reconstrucción vital, es la Asociación Camino la encargada de trazar senderos para tratar de avanzar. Fundada en 1996, Camino se dedica a la atención integral de personas con DCA y estrena nueva sede, con la que podrá "realizar su actividad de forma más plena". El antiguo colegio Rosa Chacel ha sido cedido por el Ayuntamiento a la asociación por un periodo de 25 años, abandonando el Hospital Padre Benito Menni, donde solo contaban con tres salas.

Esta mejora permite a la organización ser independientes y realizar actividades que anteriormente no eran posibles. La principal novedad es el tener un patio de colegio disponible. "El patio nos ha dado la vida. Antes, contábamos con tres habitaciones en un edificio compartido y ahora vemos que necesario es el tener espacios amplios para que nuestros socios estén a gusto", afirmaba Josefina. Tras un largo trabajo de limpieza y rehabilitación, la organización ya ha retomado sus actividades en su nueva sede y tiene los ojos puestos en nuevas mejoras. "Nos encantaría poder hacer el gimnasio. Tenemos una habitación disponible para ello, lo que no tenemos son fondos. Cuando nos llegue un poco de dinero, nos ponemos manos a la obra", sentenció.

Camino cuenta con unos 90 socios, que son afectados, pero también tienen más de cien familiares que visitan la asociación frecuentemente. También existen los socios colaboradores, pero son los menos. Pablo lamentaba que "mucha gente se apunta y finalmente no acaba viniendo por apatía, un síntoma muy común en pacientes con DCA".

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