Los vecinos de Tudela de Duero han expresado su descontento y preocupación por el incumplimiento de los acuerdos alcanzados con la empresa de transporte Linecar, que se habían establecido con el objetivo de mejorar el servicio de autobuses entre esta localidad y Valladolid.

El pasado 20 de julio, tras años de quejas y acciones reivindicativas, un grupo de vecinas de Tudela de Duero consiguió ser escuchado por la Comisión de Transporte de la Junta de Castilla y León. En una reunión celebrada el 16 de junio, que contó con la presencia del alcalde de la localidad, Óscar Rodríguez, el Diputado Provincial de Toma la Palabra, Julio Pereda, y varios vecinos implicados, se acordaron varias medidas con representantes de la empresa Linecar y la Dirección General de Transportes y Logística.

Entre las promesas de la empresa de transporte se incluían la revisión de horarios, la sustitución de autobuses antiguos y la mejora general del servicio. La Junta de Castilla y León también se comprometió a realizar inspecciones de control para evaluar el funcionamiento del servicio.

Incumplimiento y deterioro del servicio

A pesar de un inicio prometedor con la implementación de nuevas unidades y el cumplimiento de horarios, la situación ha vuelto a deteriorarse, tal y como denuncian los vecinos quienes enumeran los problemas que persisten. Para empezar, los ciudadanos de Tudela, en un comunicado remitido a los medios, denuncian que han vuelto los retrasos y cancelaciones de autobuses sin previo aviso. También, advierten de averías en vehículos, en autobuses, "supuestamente nuevos", los cuales presentan averías constantes, "poniendo en riesgo la seguridad de los pasajeros".

Por otro lado, critican las inconsistencia en las normativas. Tal y como indican, se han introducido nuevas reglas no comunicadas adecuadamente, como restricciones en el manejo de bultos y el uso de asientos y teléfonos móviles durante el trayecto. Por último, lamentan la falta de personal, ya que, aseguran, la empresa ha contratado nuevos servicios sin aumentar adecuadamente su plantilla, sobrecargando a los conductores y deteriorando la calidad del servicio.

El regreso de estos problemas está afectando a los vecinos de Tudela de Duero, que se sienten cada vez más "aislados" a pesar de estar a solo 15 kilómetros de la capital. Las irregularidades en el servicio impiden a muchos llegar a sus citas médicas, trabajos y clases, forzándolos a recurrir a otros medios de transporte cuando es posible o a vivir en un estado de constante incertidumbre y estrés.

Los ciudadanos de Tudela, por último, exigen una respuesta inmediata y efectiva por parte de Linecar y de la Junta de Castilla y León para cumplir con los compromisos adquiridos y garantizar un servicio de transporte público adecuado y seguro. La comunidad espera soluciones duraderas que pongan fin a años de problemas y promesas incumplidas, mejorando así la calidad de vida en la localidad.