Varios vecinos de la zona sur de Valladolid se han levantado las últimas semanas con una sorpresa desagradable "caída del cielo", o, más bien, caída del viaducto de la Avenida Zamora. Desde hace tres fines de semana, una oleada de vandalismo se ha saldado con varios vehículos destrozados en la calle Pedro Calvo a causa del impacto de adoquines lanzados desde el paso elevado de coches. Un peligro que no solo está causando graves daños materiales a los utilitarios aparcados en la calle sino que pone en riesgo la seguridad de peatones que puedan salir bajo el puente justo en ese momento. 

La situación no es nueva. Según Judit, una de las afectadas que ha alzado la voz, los ataques comenzaron en torno al 20 de diciembre. "Llevan ya varios fines de semana denunciando; tiran varios adoquines cada fin de semana", explica, señalando que los autores aprovechan adoquines que están sueltos en el propio puente. A pesar de que la policía ha dado aviso al Ayuntamiento para que cimente esa parte del viaducto y evite que sean usadas como proyectiles, hasta el momento no se ha tomado ninguna medida efectiva.

Vista de la zona en la que se están produciendo los actos vandálicos, en una imagen de Google Maps.

Impacto en los trabajadores y vecinos

Los daños no son solo estéticos, sino que suponen un duro golpe económico para las familias. El padre de Judit ha sido uno de los últimos damnificados: dejó su furgoneta de trabajo el viernes y, el domingo por la mañana, se encontró con un agujero en la luna delantera y el salpicadero.

"No es solo el daño material", denuncia Judit, "es la furgoneta que utiliza para trabajar". "Hasta la semana que viene no se la pueden arreglar", comenta. Además, la situación de desamparo es total frente a los seguros, ya que, según explica la afectada, "estos actos vandálicos no los cubren" en muchas pólizas, afectando especialmente a elementos como la chapa o el interior del vehículo.

Otro vecino de la zona sufrió daños aún peores: un adoquín reventó el techo de su coche, dejándolo prácticamente para el desguace. "Está todo rajado el techo... hay que tirarlo con ganas", relata.

Falta de seguridad y mantenimiento

Más allá de los daños materiales, existe una profunda preocupación por la seguridad ciudadana. La zona bajo el puente es un lugar habitual donde los vecinos pasean a sus mascotas o transitan de madrugada para ir a trabajar. "Si te pilla o vas a trabajar o madrugas... eso es un riesgo", advierte con preocupación.

La crítica se dirige también a la falta de respuesta institucional. Aunque la policía está investigando y tratando de localizar cámaras en la zona, los vecinos sienten que se les ha dejado solos ante un peligro evitable si el mobiliario urbano estuviera en condiciones. "La policía nos ha dicho que por lo menos la ciudadanía tenga en cuenta ese sitio y que no aparquen allí", concluye Judit, haciendo un llamamiento a la precaución ante la llegada de celebraciones como Nochevieja, cuando la falta de aparcamiento suele empujar a los conductores a utilizar cualquier hueco disponible.